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VI. Estados mentales, Emociones, Comunicación.
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Autor/autores: Fernando Ruiz Rey.
,Artículo,Investigación,
Artículo revisado por nuestra redacción
Estados MentalesEl Dr. Maturana piensa que al concebir el fenómeno del lenguaje como constitutivo de toda realidad, se puede superar la paradoja que plantea la relación mente-cerebro, concebidas tradicionalmente como entidades independientes con características inconmensurables. Para el autor, el lenguaje, la mente y los fenómenos espirituales en general (6:27) dependen del funcionamiento...
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Estados Mentales
El Dr. Maturana piensa que al concebir el fenómeno del lenguaje como constitutivo de toda realidad, se puede superar la paradoja que plantea la relación mente-cerebro, concebidas tradicionalmente como entidades independientes con características inconmensurables. Para el autor, el lenguaje, la mente y los fenómenos espirituales en general (6:27) dependen del funcionamiento de la corporalidad (cerebro), pero no ocurren en élla; escribe:
ellos son distinciones hechas por un observador de las diferentes maneras de operación de los sistemas vivos en sus diferentes dominios de interacciones. (6:27) Esto es, los estados mentales son meras distinciones que hace el observador en las redes de conversaciones en que vive, en acoplamientos recursivos. El cerebro, la mente, la consciencia, etc. surgen en el lenguajeo, son descripciones de operaciones realizadas en diferentes dominios de la praxis de vida de un observador.
El Dr. Maturana hace emerger los estados mentales como producto de sucesivas recursiones. El Dr. Maturana concluye que: La conciencia, la auto-reflexión, la mente, el pensar o, la intencionalidad no ocurren en el cuerpo, sino que ocurren a través de la operación del cuerpo, porque ocurren o emergen como relaciones o distinciones que hacemos del sistema vivo con el medio, e incluye ambos, cuerpo y medio, en el dinámico flujo del vivir (1;IV;3) Los procesos mentales -nos dice el Dr. Maturana- son fenómenos conductuales relacionales. (9;Int.)
Como ya se ha comentado, los procesos de las operaciones consensuales pueden convertirse en objeto para operaciones consensuales posteriores, lo que, no sólo permite la emergencia del lenguaje, sino todos los estados mentales; escribe el autor: Una segunda recursión da emergencia a la observación, esto es, la distinción de la operación de distinción de un objeto. Una tercera recursión genera al observador, en la distinción de la observación que localiza la observación. La consciencia de sí mismo [self-consciousness], esto es, la observación del observador, emergerá de la cuarta recursión de la coordinación de las coordinaciones de la conducta consensual. La quinta recursión dará emergencia a la experiencia de la responsabilidad como auto-conciencia [self-awareness], y la sexta recursión da emergencia a la experiencia de libertad como auto-conciencia de la auto-conciencia. (9;IV:4)
Realmente esta descripción de la emergencia del observar, de la auto-consciencia, de la responsabilidad y de la libertad humana, a través meros procesos físico-químicos recursivos deterministas es tan misterioso que la explicación raya en lo absurdo. A esta fractura conceptual tan seria, deben agregarse otras inconsecuencias, como por ejemplo: en la segunda recursión emerge la observación antes que el observador que aparece en la tercera. En este contexto sería interesante saber qué entiende el autor por observar, porque observar implica a alguien que observa. Si se argumenta que esta sucesión de recursiones es sólo un proceso organizador de un observador externo al proceso, habría que señalar que la lógica de su organización es obviamente imperfecta.
La consciencia aparece en un observador, nos dice el Dr. Maturana:Cuando un observador ve un flujo de coordinaciones de coordinaciones de conducta a través de coordinación de acciones sobre el cuerpo de seres lenguajeantes, entonces puede afirmar que los seres están comenzando a operar en un dominio de consciencia de partes de sus propios cuerpos. La operación de auto-consciencia es la distinción reflexiva de un yo [self] en lenguaje que ocurre como una operación que constituye nuestro cuerpo y nuestro ser como un objeto en interobjetividad. (5:12-3)
Para el Dr. Maturana entonces, la auto-consciencia emerge con el lenguaje: (1;9:3) Las consecuencias de esta proposición lleva al Dr. Maturana a sostener que: como un dominio de distinciones en el que los observadores participan en las distinciones consensuales de sus participaciones en el lenguaje a través del lenguajeo. el individuo sólo existe en el lenguaje, lo mismo que: el Sí mismo [self] existe sólo en el lenguaje. (1;9:3) Pero más aún, puesto que el lenguaje ocurre en el dominio consensual social- sostiene el biólogo que:la auto-consciencia es un fenómeno social, y como tal, no ocurre en los confines anatómicos de la corporalidad de los sistemas vivos que lo generan; por el contrario, es externo a ellos y pertenece a su dominio de interacciones como una manera de coexistencia. (1;9:3) También escribe el Dr. Maturana: El lenguaje, la consciencia de sí mismo y la mentalidad, son formas diferentes de existir en el dominio relacional en el cual un ser viviente vive, no modos de operación del sistema nervioso. (9;V) Estas elucubraciones de la tesis que revisamos le otorgan al lenguaje toda la capacidad propia de lo humano, pero presentado como emergiendo de simples conductas determinadas por estructuras, aunque en esta sección podemos apreciar el énfasis que coloca el autor en las interacciones consensuales (sociales), confirmando la confusa ambigüedad con que la tesis trata el fenómeno del lenguaje en su relación a las estructuras del sistema y al dominio consensual. Además, confirma lo previamente señalado: el lenguaje entraña lo típicamente humano, pero reducido a imprecisas y enigmáticas conductas.
Emociones
Las emociones en la tesis del Dr. Maturana son un fenómeno conductual, más específicamente, son el carácter que tienen las conductas relacionales; escribe el autor: Las emociones son clases de conductas relacionales. (11;1:4) El autor explica: lo que connotamos cuando sostenemos que distinguimos una emoción en otros seres humanos, en animales no-lenguajeantes, o en nosotros mismos, es el dominio de conductas relacionales en las cuales pensamos que estamos, o que los otros seres están..connotamos en otros o en nosotros mismos, los tipos de conductas relacionales, que otros o nosotros mismos podemos generar, y no ningún tipo particular de conducta. (11;1:4) Para conocer las emociones hay que observar las conductas: Las emociones y las conductas apuntan ambos a las dinámicas relacionales. (13:11) Las emociones tiñen las conductas relacionales de un carácter específico. El biólogo otorga a las emociones una importancia especial, al punto que, la configuración de nuestras emociones es lo que especifica nuestra identidad humana.
Las emociones son resultado de coherencias operacionales en el organismo, fundamentalmente el sistema nervioso. Lo que el observador distingue como emociones en la vida ordinaria, de acuerdo al Dr. Maturana,:...son disposiciones corporales dinámicas (por supuesto envolviendo al sistema nervioso) que especifican en cada momento el dominio de acciones en el que el organismo se mueve. (6:17) Las emociones en el ser humano se entrelazan con el lenguaje, lo impulsan, lo detienen y cambian el dominio cognitivo en que opera; las emociones no cambian sin embargo, las coherencias del lenguaje.
Las emociones son fenómenos diferentes de la razón, la conducta racional emergió con el lenguaje en nuestros ancestros: en el uso que hicieron de las abstracciones de las coherencias de su vivir diario en cuanto operaban como seres lenguajeantes. (11;1:5) En cambio, las emociones tienen un carácter primario, según el autor: nuestros ancestros como todos los animales no-lenguajeantes hacen, coordinan sus conductas a través de su emocionar consensual e innato. (11;1:3) El Dr. Maturana propone que la razón surge a posteriori por abstracción realizada por un observador en el lenguaje espontáneo. Ya hemos comentado que la abstracción es un proceso de extracción de aspectos que se encuentran en la concretidad en que se realiza. Tal como lo presenta el autor, esto es como un proceso secundario, pareciera que se implica que esos aspectos abstraídos sólo emergen en existencia con la abstracción, con lo que deja al lenguaje espontáneo como a-racional; a mi parecer una conclusión insostenible: lenguaje sin racionalidad, no es lenguaje. Por otro lado, el Dr. Maturana sostiene que las emociones sí se dan primariamente en el lenguaje espontáneo, antes de ser distinguidas o abstraídas como tales por el observador; esto indica una quiebra de la lógica empleada en la tesis: todo se constituye en las descripciones/distinciones realizadas por el observador, y por tanto, también las emociones debieran ser constituidas por el lenguaje reflexivo.
En los seres humanos las emociones y el lenguaje se juntan -sin confundirse- para generar lo que el autor: Llamo al trenzado consensual de lenguaje y emociones, conversación. (11;1:4) Y como consecuencia de esta íntima unión, emergen la sociedad, la cultura y la técnica.
La importancia fundacional de las emociones en la vida humana es explicada por el Dr. Maturana: puesto que lo que pensamos forma parte de la red de conversaciones que constituyen nuestro vivir, llegamos a ser de acuerdo a nuestro emocionar entrelazado con nuestra acciones en el flujo de nuestro lenguajear. Así, puesto que nuestras emociones especifican el dominio relacional en el cual estamos en todo instante, es nuestro emocionar lo que define el curso de nuestro vivir individual, como también el curso de nuestra historia cultural, no nuestra razón. (11;II:2) También escribe: es la emoción desde donde escucho, ya que es élla la que determinará el curso de mi relación con el otro o la otra. (13) Para el Dr. Maturana, existimos en un flujo de emociones, en cuanto nos movemos de una a otra emoción, cambiamos el dominio de las co-ordenación de acciones y por tanto de las relaciones.
Las conversaciones se dan en el dominio consensual y están moduladas por las emociones, que según el Dr. Maturana: ...determinan como nos movemos en la conversación a través de distintos dominios de co-ordinaciones de acciones. (6:18) Concomitantemente, a la conversación, ocurren cambios de corporalidad de los participantes. Los seres humanos pueden participar en diferentes conversaciones simultánea o sucesivamente en nuestra integración con la comunidad que opera con distintos dominios de realidad. La corporalidad nos centra en estas interacciones.
La conversación se realiza en las interacciones con otros, y podemos participar en varias conversaciones simultánea o sucesivamente, todas estas conversaciones se realizan a través de la corporalidad de los participantes. La corporalidad se constituye como el centro de identidad de los sujetos que participan en diversas conversaciones. Según el Dr. Maturana la corporalidad es donde se intersectan las diversas comunidades de conversaciones en las que participa el ser humano; escribe:
el ego es el nódulo dinámico en un espacio multidimencional de identidades humanas, y el yo, el individuo humano, es la corporalidad que realiza la intersección de redes de conversaciones que constituye el ego. (6:32) Estas distintas áreas de conversación no se intersectan, pero afectan la corporalidad, y de este modo, se influyen indirectamente. Todas estas conversaciones son, según el Dr. Maturana- :
un resultado de nuestra dinámicas estructurales. (6:32) A su vez todas estas dinámicas estructurales son el resultado de la conducta interacciones- del organismo. Un círculo interactivo que:
nos sucede en el presente de nuestra continua realización biológica como seres humanos. (6:32) Nuevamente vemos como el autor da una especial importancia al área consensual en donde ocurren las conversaciones que nada menos constituyen el ego y el yo, por mucho que el lenguaje y las emociones estén determinadas por las estructuras del organismo.
Las emociones al especificar los dominios relacionales (interacciones) en que se encuentran los seres humanos interactivos, constituyen una guía fundamental en la conducta; el emocionar y el lenguaje, que siguen sus propias coherencias, se influyen mutuamente, de modo que las emociones guían la conversación y la conversación determina el flujo de las emociones; el ser humano puede participar en diferentes comunidades de conversación bajo la influencia de distintas emociones. El Dr. Maturana afirma:no es la información lo que constituye la realidad que vivimos. La realidad que vivimos emerge instante a instante a través de la configuración de las emociones que vivimos.(11;III:2) Y, como podemos reflexionar sobre lo que hacemos, podemos cambiar nuestro emocionar, y con éllo, nuestro hacer y, consecuentemente, nuestra cultura. (11;III) Es claro que la reflexión propia del dominio consensual juega un papel importante en la modulación del emocionar y, como consecuencia, del curso del lenguaje, al punto de crear la cultura en que se vive; las dificultades en compaginar esta influencia y el determinismo son obvias.
Las emociones son el fundamento de la conducta relacional, según el Dr. Maturana este emocionar se aprende en la convivencia con los demás durante la niñez, especialmente de aquellos adultos que tienen la responsabilidad de la crianza durante los primeros años de vida; un niño crea el emocionar que vive y vivirá como adulto, como una expansión del emocionar que vive con otros seres vivos (14:5) Para el autor el amor es la emoción fundamental en la conservación de la existencia e identidad humana, y se ha aprendido durante la evolución filogenética. El amor posibilita las coordinaciones de operaciones de aceptación que constituyen el fenómeno social. El amor no es un sentimiento ni una acción hacia el bien, según el biólogo, el amor es un fenómeno biológico que permite la socialización. Para el Dr. Maturana: Cada sistema social está constituido como una red de co-ordinaciones de acciones, o conductas, que sus componentes realizan a través de sus interacciones en aceptación mutua. (6:29)
El amor es la emoción básica de la vida social del ser humano. Sin embargo, otras emociones pueden gobernar las coordinaciones de acciones en grupos y generar una socialización diferente a la que induce el amor, que es la socialización propiamente tal. Esta pseudosocialización se observa, por ejemplo, cuando la emoción que rige las interacciones es la obediencia o la entrega al trabajo.
El amor en la tesis del Dr. Maturana está tratado como una emoción y, por tanto es un fenómeno consensual relacional; el autor lo describe: La emoción que constituye la coexistencia social es el amor. Y amor es el dominio de esas conductas relacionales a través de las cuales emerge otro ser como un legítimo otro en coexistencia con uno mismo. (11;II:5) Para el Dr. Maturana legítimo se refiere a que el otro u otra: no tiene que disculparse de ser (17:9) lo que es, en la convivencia establecida; la negación de la legitimidad del otro es lo que caracteriza la agresión. Esta definición de amor es sólo una abstracción de las coherencias de nuestro vivir en donde se encuentra el amor como carácter de conducta. El otro que surge en conexión con el amor, al que se le debe permitir ser lo que es, indica que tiene sustento propio que debe se dejar ser. Esta situación entra en conflicto con las bases epistemológicas establecidas para la tesis que rechaza toda realidad independiente del observador.
El Dr. Maturana propone que el amor nos libera del sufrimiento y del dolor causado por el aferrarse a realidades y valores que no tienen soporte trascendente [ver más adelante: Realidad, verdad y conocimiento) El amor nos libera de ataduras a todo lo trascendente, permitiendo así, la creatividad y la expansión de la inteligencia al dejar lo otro que sea lo que es, sin esperar nada en retorno; esto nos trae autonomía, responsabilidad y libertad. Para el autor, el amor es fundamental en la condición humana, gracias a esta emoción se ha podido constituir la humanidad; escribe: Somos animales amantes. (13:11)
El amor es un vivir en desapego, un vivir que acepta lo transitorio y efímero de la vida; el Dr. Maturana escribe: el amar consiste precisamente en el abandono de las certidumbres, las expectativas, las exigencias, los juicios, es la emoción que consiste en la realización del camino del desapego en todas las dimensiones del vivir como un resultado espontáneo de su mero ocurrir en la aceptación unidireccional de la legitimidad de todo en el vivir, incluso del rechazo de lo que se quiere que ocurra. (17:10) Sin dudas esta es una peculiar concepción del amor; el amor en estos términos, se identifica con desapego y está muy cerca de una educada indiferencia ante las vicisitudes de la existencia humana; la vida humana así descrita, corresponde mejor a la descripción de la conducta de un robot, sin auténticas emociones, ni destino alguno.
Igualmente, cuando se habla de sentimientos se está hablando de abstracciones de procesos de distinciones realizados por el observador en su propio actuar (auto-observación); el Dr. Maturana explica abstrusamente: Los sentimientos ocurren como un aspecto de nuestra auto-distinción en lenguaje en cuanto la coordinación de coordinaciones de conductas de distinción de relaciones entre las distinciones del cuerpo expanden el dominio de interobjetividad, en un meta-dominio de auto-distinciones. (5:12).
El énfasis en esta concepción de las emociones parece estar puesto en el aspecto cognitivo (en sentido habitual del término), más que en el aspecto subjetivo vivencial que es fundamental en la descripción de las emociones y sentimientos en psicología. La concepción del amor es especialmente anti-intuitiva, el desapego no es precisamente lo que caracteriza a esta emoción, aún en sus formas más tenues; por el contrario, cuando se habla del amor se reconoce a menudo, cómo puede teñir la percepción del otro, y de las cosas en general.
Comunicación
De acuerdo a la tesis del Dr. Maturana, en las interacciones consensuales de los organismos sistemas- no hay traspaso de instrucción, de información (simbólica). El proceso se reduce a una estructura dinámica del sistema y a la emisión de una conducta que constituye la comunicación, en cuanto otro sistema es capaz de recibir dicha señal que incita a desencadenar cambios estructurales independientes en el organismo receptor; todo esto, en rigor, ocurre en un plano físico-químico, al menos, hasta que se genera el lenguaje.
El proceso de acoplamientos sucesivos en la interacción de los sistemas a través de la filo y ontogenia- genera un dominio consensual, como el que se observa en las conversaciones actuales de los seres humanos. En las interacciones y acoplamientos sucesivos se van generando conductas nueva hasta llegar a producirse una verdadera conversación. Las interacciones precomunicativas o anticomunicativas que ocurren previas a la generación del lenguaje propiamente tal, son para el biólogo: interacciones creativas que conducen a conductas nuevas [novel]. (2;40:55) el Dr. Maturana continúa: Si este proceso conduce a un dominio consensual, es, en sentido estricto, una conversación, un dar vuelta juntos, de tal manera, que todos los participantes realizan cambios estructurales no triviales hasta que se establece una conducta homomórfica y ocurre la comunicación. (2;40:54) En otras palabras, el dominio consensual, donde se dan las conversaciones, es un área de cambios estructurales independientes, incitados mutuamente, pero paradójicamente, sin intercambio de mensajes; como hemos visto anteriormente, una conversación de este tipo, es básicamente un conjunto de interactuantes, monologando, en una situación incomprensible.
El Dr. Maturana señala que para que se genere una conversación los individuos deben estar en una situación de interacción continuada, como sería, según el autor: interés común, confinamiento espacial, amistad, amor o lo que mantenga a los organismos juntos (2;40:55) Pero estas situaciones fáciles de entender para los hombres actuales-, no lo es tanto si las pensamos para nuestros primitivos predecesores que comenzaban a interactuar; porque para que se constituyan estas situaciones se requiere un conocimiento preverbal o, al menos, concomitante al surgimiento del lenguaje propiamente tal; y para que este conocimiento previo ocurra, no se pueden omitir las facultades mentales que permitan una evaluación de las situaciones y un cierto grado de comprensión en el que surga concomitantemente la comunicación, primero no-verbal y luego verbal (lenguaje propiamente tal) (piénsese en la relación madre hijo en los comienzos de la vida del bebé: qué riqueza de comunicación pre-verbal). Las dificultades de concebir un estado pre-verbal se hacen patentes con el requerimiento del Dr. Maturana de una etapa de interacción no-creativa previa al establecimiento de un dominio consensual, para que ocurra una conversación: Sin éllos, nunca podría establecerse un dominio consensual, y comunicación, puesto que la coordinación de modos de conducta no-creativa ontogénicamente adquirida, nunca ocurriría. (2;41:55) Pero, el estado previo a la constitución de un dominio consensual es difícil de concebir; esto es, un estado sin lenguaje, o sea, sin conciencia de nada; porque según el Dr. Maturana el mundo y todo lo que en el existe, se constituye en el lenguaje; un mundo sin evaluación de posibilidades de conducta y de elección, un mundo en que todo está determinado por estructuras y acoplamientos físico-químicos, un mundo de máquinas ciegas y sin conciencia de nada. Un mundo de este tipo sólo puede existir para un observador consciente, un observador que se postula emerge milagrosamente de ese mismo mundo insensible y mecánico, y no constituido.. No se puede evitar el preguntar, cómo puede nacer la consciencia de lo inconsciente y la racionalidad de lo irracional, cualquier teoría acerca del origen del lenguaje y de las cogniciones que no enfrente seriamente estos aspectos de la condición humana, está destinada a la insuficiencia y al fracaso.
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