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La comunicación directa entre cerebros humanos es posible a través de Internet, según un estudio
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,Neurología General,
Fecha de publicación: 05/09/2014
Artículo revisado por nuestra redacción
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Tendencias21. Un equipo internacional de neurocientíficos e ingenieros robóticos ha demostrado por vez primera que la comunicación directa entre cerebros humanos es posible a través de Internet. En la revista PLoS ONE, los investigadores describen cómo consiguieron transmitir información por la Red de Redes, entre cerebros humanos separados por más de 8.000 kilómetros. Según uno de lo...
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Tendencias21. Un equipo internacional de neurocientíficos e ingenieros robóticos ha demostrado por vez primera que la comunicación directa entre cerebros humanos es posible a través de Internet. En la revista PLoS ONE, los investigadores describen cómo consiguieron transmitir información por la Red de Redes, entre cerebros humanos separados por más de 8.000 kilómetros.
Según uno de los autores del avance, Alvaro Pascual-Leone (director del Berenson-Allen Center for Noninvasive Brain Stimulation del Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC) y profesor de Neurología de la Escuela de Medicina de Harvard), básicamente lo que se hizo fue registrar la actividad cerebral de uno de los individuos y trasladarla al cerebro de otro, aprovechando una vía de comunicación ya existente.
Hasta ahora, ya se había logrado establecer este mismo tipo de comunicación, pero solo entre cerebro y ordenador. La ecuación ha sido completada con un cerebro humano más, que hizo las veces de receptor.
Por un lado, en el experimento se usó un electroencefalograma (EEG) -técnica de registro de la actividad bioeléctrica cerebral- que estaba conectado a Internet. Por otro lado, los científicos utilizaron una tecnología de estimulación neuronal no invasiva, conocida como estimulación magnética transcraneana o EMT.
En el experimento participaron cuatro personas sanas, de edades comprendidas entre los 28 y los 50 años, según explica el Beth Israel Deaconess Medical Center en un comunicado emitido a través de Eurekalert.
Uno de los cuatro sujetos (situado en la India) fue asignado a la parte de la interfaz cerebro-ordenador (BCI). Este fue el remitente de los mensajes.
A los otros tres sujetos se los colocó en el otro lado (Francia), en el que había una interfaz ordenador-cerebro (CBI). Estos fueron los que recibieron los mensajes y tuvieron que comprenderlos.
El proceso fue el siguiente: usando el EEG, los investigadores tradujeron los saludos hola y ciao (generados por el cerebro del emisor) a código binario, que es un sistema numérico usado para la de representación computacional de textos e instrucciones. Este código fue enviado, por email, desde la India a Francia.
En el otro lado, la interfaz ordenador-cerebro transmitió estos mensajes al cerebro de los receptores, mediante la ya mencionada tecnología de estimulación cerebral no invasiva o EMT.
De este modo, los receptores experimentaron la llegada de su mensaje telepático, en forma de flashes de luz aparecidos dentro del campo de su visión periférica. Como se ha dicho, las luces representaban secuencias numéricas, que los receptores decodificaron.
Consiguieron así comprender la información contenida en ellas. Un segundo experimento similar fue realizado entre individuos situados en España (en esta investigación han participado científicos del Starlab de Barcelona) y Francia. La tasa total de aciertos alcanzó el 85%.
Para los investigadores, este tipo de comunicación sería el equivalente neurocientífico a la mensajería instantánea. Ellos esperan que, en un futuro, usando neurotecnologías de mayor precisión -como EEG sin cables y EMT robotizada- la fórmula se convierta en una nueva manera de comunicación, no basada en el lenguaje o en el movimiento.
Acceso gratuito al texto completo.
Según uno de los autores del avance, Alvaro Pascual-Leone (director del Berenson-Allen Center for Noninvasive Brain Stimulation del Beth Israel Deaconess Medical Center (BIDMC) y profesor de Neurología de la Escuela de Medicina de Harvard), básicamente lo que se hizo fue registrar la actividad cerebral de uno de los individuos y trasladarla al cerebro de otro, aprovechando una vía de comunicación ya existente.
Hasta ahora, ya se había logrado establecer este mismo tipo de comunicación, pero solo entre cerebro y ordenador. La ecuación ha sido completada con un cerebro humano más, que hizo las veces de receptor.
Por un lado, en el experimento se usó un electroencefalograma (EEG) -técnica de registro de la actividad bioeléctrica cerebral- que estaba conectado a Internet. Por otro lado, los científicos utilizaron una tecnología de estimulación neuronal no invasiva, conocida como estimulación magnética transcraneana o EMT.
En el experimento participaron cuatro personas sanas, de edades comprendidas entre los 28 y los 50 años, según explica el Beth Israel Deaconess Medical Center en un comunicado emitido a través de Eurekalert.
Uno de los cuatro sujetos (situado en la India) fue asignado a la parte de la interfaz cerebro-ordenador (BCI). Este fue el remitente de los mensajes.
A los otros tres sujetos se los colocó en el otro lado (Francia), en el que había una interfaz ordenador-cerebro (CBI). Estos fueron los que recibieron los mensajes y tuvieron que comprenderlos.
El proceso fue el siguiente: usando el EEG, los investigadores tradujeron los saludos hola y ciao (generados por el cerebro del emisor) a código binario, que es un sistema numérico usado para la de representación computacional de textos e instrucciones. Este código fue enviado, por email, desde la India a Francia.
En el otro lado, la interfaz ordenador-cerebro transmitió estos mensajes al cerebro de los receptores, mediante la ya mencionada tecnología de estimulación cerebral no invasiva o EMT.
De este modo, los receptores experimentaron la llegada de su mensaje telepático, en forma de flashes de luz aparecidos dentro del campo de su visión periférica. Como se ha dicho, las luces representaban secuencias numéricas, que los receptores decodificaron.
Consiguieron así comprender la información contenida en ellas. Un segundo experimento similar fue realizado entre individuos situados en España (en esta investigación han participado científicos del Starlab de Barcelona) y Francia. La tasa total de aciertos alcanzó el 85%.
Para los investigadores, este tipo de comunicación sería el equivalente neurocientífico a la mensajería instantánea. Ellos esperan que, en un futuro, usando neurotecnologías de mayor precisión -como EEG sin cables y EMT robotizada- la fórmula se convierta en una nueva manera de comunicación, no basada en el lenguaje o en el movimiento.
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