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Un estudio halla que a las personas les va mejor en las tareas mentales cuando disfrutan de su temperatura preferida

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Noticia |
Fecha de publicación: 25/04/2014
Artículo revisado por nuestra redacción
Investigaciones anteriores han sugerido que las personas piensan mejor cuando están en un ambiente más fresco. Ahora un nuevo estudio publicado en la revista Psychological Research prueba que las personas piensan mejor cuando la temperatura del aire está a un nivel que le hace sentir el máximo de comodidad.
El estudio investigó la relación entre la temperatura objetiva y las preferencias subjetivas para predecir el rendimiento en tareas cognitivas simples y complejas.
Para ello se incluyeron a dos grupos de participantes con distintas preferencias de temperatura ambiental: fresca o cálida. Se pidió a los grupos que completaran tareas de pensamiento en tres habitaciones con distintas temperaturas: 77, 68 o 59 grados Fahrenheit (25, 20 o 15 grados Celsius).
A los participantes les fue mejor en las tareas cuando estaban en la habitación con su temperatura preferida. Se cree que trabajar en una temperatura en que uno se halla cómodo ralentiza el uso de energía requerida para hacer las tareas mentales, apuntaron las autoras del estudio, Lorenza Colzato y Roberta Sellaron, de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.
"Los resultados confirman la idea de que las temperaturas influyen sobre la capacidad de pensar. Trabajar en la temperatura ideal de una persona puede fomentar la eficiencia y la productividad", escribieron los investigadores.
Para acceder al texto completo es necesario consultar las características de suscripción de la fuente original: http://link.springer.com/journal/426
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Artículo revisado por nuestra redacción
El estudio investigó la relación entre la temperatura objetiva y las preferencias subjetivas para predecir el rendimiento en tareas cognitivas simples y complejas.
Para ello se incluyeron a dos grupos de participantes con distintas preferencias de temperatura ambiental: fresca o cálida. Se pidió a los grupos que completaran tareas de pensamiento en tres habitaciones con distintas temperaturas: 77, 68 o 59 grados Fahrenheit (25, 20 o 15 grados Celsius).
A los participantes les fue mejor en las tareas cuando estaban en la habitación con su temperatura preferida. Se cree que trabajar en una temperatura en que uno se halla cómodo ralentiza el uso de energía requerida para hacer las tareas mentales, apuntaron las autoras del estudio, Lorenza Colzato y Roberta Sellaron, de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.
"Los resultados confirman la idea de que las temperaturas influyen sobre la capacidad de pensar. Trabajar en la temperatura ideal de una persona puede fomentar la eficiencia y la productividad", escribieron los investigadores.
Para acceder al texto completo es necesario consultar las características de suscripción de la fuente original: http://link.springer.com/journal/426
Psychological Research