Resumen

Estudios de neuroimagen anteriores han sugerido que las alteraciones en la estructura del cerebro puede ser una consecuencia del consumo de cannabis. Los hermanos discordantes para el consumo de cannabis ofrecen la oportunidad de utilizar los datos de corte transversal para separar dichas hipótesis causal de los efectos compartidos de genéticas y ambiente familiar en la estructura del cerebro y el consumo de cannabis.El objetivo de este estudio es determinar si el consumo de cannabis se asocia con diferencias en la estructura cerebral en una amplia muestra de gemelos / hermanos y para examinar pares de hermanos discordantes para el consumo de cannabis para separar potenciales factores casuales y predisposicionales que vinculan la exposición al cannabis de por vida a alteraciones volumétricas.

Entrevista de diagnóstico transversal, y los datos conductuales y de neuroimagen fueron obtenidos de un muestreo comunitario y se establecieron registros de la familia a partir de agosto de 2012 hasta septiembre de 2014. Este estudio incluyó datos de 483 participantes (22-35 años) inscritos en el Human Connectome Project, con 262 participantes que informaron de la exposición al cannabis (es decir, que alguna vez ha consumido cannabis).

La exposición al cannabis se midió con la Evaluación Semi-estructurada para las Genéticas del Alcoholismo. Se relacionó todo el cerebro, el hipocampo, la amígdala, el estriado ventral y los vólumenes de la corteza orbitofrontal con el consumo de cannabis de por vida (nunca usado, edad de inicio y la frecuencia de consumo) usando regresiones lineales. Las correlaciones genéticas (?g) y ambientales (?e) entre el consumo de cannabis y los volúmenes cerebrales se estimaron. Se utilizaron modelos lineales mixtos para examinar las diferencias de volumen en concordantes no expuestos emparejados por sexo (n = 71 pares) , expuestos (n = 81 pares), o discordantes expuestos (n = 89 pares) pares de hermanos.

Entre 483 participantes del estudio, la exposición al cannabis se relacionó con la amígdala izquierda más pequeña (aproximadamente 2,3%, p = 0,007) y los volúmenes del estriado ventral derecho (aproximadamente el 3,5%, p <.005). Estas diferencias volumétricas estaban dentro del rango de variación normal. La asociación entre el volumen de la amígdala izquierda y el consumo de cannabis se debió en gran parte a factores genéticos compartidos (?g = -0,43; p = 0,004), mientras que el origen de la asociación con los volúmenes del estriado ventral derecho no estaba claro. Es importante destacar que los volúmenes cerebrales no difirieron entre hermanos discordantes emparejados por sexo para el consumo (efectos fijos = -7,43; t = -0,93; p = 0,35). Tanto los hermanos expuestos y los no expuestos en pares discordantes para la exposición al cannabis mostraron una reducción de los volúmenes de la amígdala en relación con los miembros de pares no expuestos concordantes (efectos fijos = 12,56; t = 2,97; p = 0,003).

En este estudio, las diferencias en el volumen de la amígdala en los consumidores de cannabis eran atribuibles a factores predisposicionales comunes, genéticos o ambientales en su origen, con poco apoyo para las influencias causales. Las influencias causales, de forma aislada o en combinación con factores predisposionales, pueden existir para otras regiones del cerebro (por ejemplo, el estriado ventral) o en niveles más severos de implicación del cannabis y merecen mayor estudio.

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