Los pacientes de cáncer que reciben quimioterapia con frecuencia experimentan un hormigueo doloroso de las extremidades llamado neuropatía periférica. Un estudio reciente sugiere que el antidepresivo Cymbalta podría ser el primer tratamiento que funcione contra la afección.
En el estudio de tamaño reducido, 59 por ciento de los pacientes que habían experimentado neuropatía periférica dijeron que obtuvieron alivio tras recibir Cymbalta (duloxetina), frente al 39 por ciento de los que tomaron placebo.
Tomar Cymbalta a diario "reduce la neuropatía crónica inducida por la quimioterapia y la gravedad del dolor en la mayoría de pacientes que la toman, y mejora la función y la calidad de vida", aseguró la autora del estudio Ellen Lavoie Smith, profesora asistente de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Michigan.
Smith intervino en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology, ASCO), celebrada recientemente en Chicago.
La neuropatía periférica inducida por la quimioterapia conlleva hormigueo y entumecimiento de manos y pies, y es un efecto secundario común de la quimioterapia. Se calcula que hasta el treinta por ciento de los pacientes que la reciben experimentan neuropatía, y ese efecto secundario es un factor contribuyente de que los pacientes abandonen el tratamiento.
En los peores casos, "algunos pacientes aguantan esta dolorosa neuropatía durante meses, o incluso años, tras terminar la quimioterapia", lamentó Smith. "Es una afección crónica, angustiante y que provoca discapacidad, y además hasta ahora en realidad no hay nada que sepamos que sea eficaz para tratar el problema".
En el nuevo estudio, financiado por el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., participaron 231 pacientes de cáncer que habían desarrollado neuropatía periférica tras tomar el fármaco contra el cáncer basado en platino oxaliplatino o el taxano paclitaxel (Taxol). Se asignaron al azar a recibir media dosis de Cymbalta a partir de 30 miligramos (mg) al día durante la primera semana, y luego la dosis completa de 60 mg durante cuatro semanas más; o un placebo durante cinco semanas.
Según Smith, se cree que Cymbalta ayuda a aliviar la neuropatía al alterar los niveles de neurotransmisores del cerebro que se relacionan con la función nerviosa. El fármaco ya se usa para tratar la neuropatía periférica de la diabetes, anotó el estudio.
El estudio halló que más pacientes que tomaban Cymbalta eran más propensos a reportar una reducción en los síntomas neuropáticos en comparación con los que tomaban el placebo. Smith añadió que "33 por ciento de los pacientes del grupo de duloxetina experimentaron un descenso en el dolor de al menos 30 por ciento, y 21 por ciento de los pacientes tuvieron un descenso de por lo menos 50 por ciento en el dolor", cifras mucho más altas que las de los que tomaron el placebo.
Los pacientes que tomaban Cymbalta también "tuvieron un mayor descenso en la cantidad de dolor que interfería con algunas cosas muy importantes, como la actividad general, el movimiento, caminar, el trabajo normal, las relaciones con los demás, el sueño y el disfrute de la vida", señaló Smith.
Aún así, no todos los participantes del estudio obtuvieron un beneficio, y algunos pacientes en realidad experimentaron un aumento en el hormigueo y el entumecimiento durante el ensayo. Sin embargo, esto fue menos común entre los que tomaban Cymbalta (11 por ciento) que entre los que tomaban el placebo (28 por ciento), señalaron los autores.
Smith informó que su equipo trabaja ahora para intentar "predecir quién podría responder[a Cymbalta para poder dirigir el uso de ese fármaco a las personas que tienen más probabilidades de beneficiarse".
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