Antecedentes maternos de depresión mayor, apoyo social de los pares y riesgo de pensamientos y conductas autolesivas en los niños

Aquí tienes tu texto traducido, mejorado y ampliado a unas 400 palabras, con lo más importante en negrita: Los pensamientos y comportamientos autolesivos (SITBs, por sus siglas en inglés) —que incluyen tanto la autolesión no suicida como la conducta suicida— constituyen una creciente preocupación de salud pública en la población infantil y adolescente. Aunque la depresión materna es un factor de riesgo ampliamente documentado para el desarrollo de psicopatología en la descendencia, menos se sabe acerca de los factores protectores que podrían atenuar o incluso contrarrestar este riesgo. Entre ellos, el apoyo social de los pares, especialmente en la transición hacia la adolescencia, ha surgido como un factor clave con potencial para reducir la vulnerabilidad a los SITBs. Sin embargo, la investigación previa ha prestado poca atención al impacto diferencial de distintos dominios de la influencia de los pares, como el apoyo recibido de amigos cercanos frente al de compañeros de clase, que representan facetas distintas y específicas del entorno social juvenil.

En este estudio longitudinal de dos años, se evaluó la aparición de SITBs en 215 niños y niñas de entre 8 y 14 años, de los cuales la mitad tenía madres con antecedentes de trastorno depresivo mayor (MDD) durante la vida de sus hijos. La hipótesis central fue que la historia materna de MDD incrementaría el riesgo de que los hijos desarrollaran SITBs, pero que niveles elevados de apoyo social por parte de los pares podrían moderar este efecto adverso.

Los análisis de supervivencia confirmaron la hipótesis: los hijos de madres con MDD fueron más del doble de propensos a desarrollar SITBs durante el seguimiento, en comparación con los hijos de madres sin dicho antecedente. De forma especialmente relevante, se observó que un mayor apoyo percibido por parte de los compañeros de clase se asoció con una reducción significativa del riesgo de SITBs, incluso tras controlar el efecto del historial materno de depresión. Curiosamente, este efecto protector fue más robusto en el caso de los compañeros de aula que en el de los amigos cercanos, lo que resalta la importancia del entorno escolar como un espacio fundamental de socialización y resiliencia.

Estos hallazgos sugieren que los entornos amplios de pares —y no solo los vínculos íntimos— cumplen un papel protector frente a los SITBs en la juventud. Desde una perspectiva clínica y de salud pública, los resultados subrayan la relevancia de implementar intervenciones escolares que promuevan la inclusión social, la cohesión grupal y el sentido de pertenencia como estrategias preventivas para reducir la incidencia de SITBs en poblaciones en riesgo.

Resumen modificado por Cibermedicina 

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