Conclusión práctica
En los adultos mayores hospitalizados, caminar lentamente tan solo 25 minutos al día puede mejorar la capacidad funcional y ayudar a prevenir episodios adversos. Una duración mejor y más adecuada es de 50 minutos. El estudio fue realizado por un equipo español y se ha publicado en la revista British Journal of Sports Medicine.
Antecedentes y/o implicaciones
Durante la hospitalización, incluso los pacientes ancianos ambulatorios pasan la mayor parte del tiempo sedentarios. Esta inactividad se ha relacionado con el síndrome poshospitalario, que a su vez puede llevar a peores resultados, incluido el reingreso.
Las intervenciones que aumentan la actividad física son eficaces, pero no estaba claro cuánta actividad era necesaria ni qué tipo de intervención era la más eficiente.
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Diseño del estudio
Los autores realizaron una revisión sistemática y un metanálisis de 19 ensayos con 3.842 participantes. En cada estudio se examinó el efecto de una actividad física concreta en adultos ≥50 años hospitalizados a causa de una afección médica aguda.
Las actividades incluían amplitud de movimiento, deambulación y actividades multicomponente.
El objetivo era determinar la dosis mínima de actividad para mejorar la capacidad funcional y reducir los acontecimientos adversos.
Las medidas de la capacidad funcional consistieron en la prueba de caminar durante seis minutos y la prueba de sentarse y levantarse.
Resultados
Unos 25 minutos al día de actividad de esfuerzo moderado o 40 minutos al día de actividad de esfuerzo ligero fue la dosis mínima necesaria para mejorar al menos un resultado funcional.Lo mejor eran unos 40 minutos al día de esfuerzo ligero o 70 minutos al día de esfuerzo ligero.
El tipo de intervención de actividad física más eficaz en este contexto fue la deambulación. Con esta actividad, unos 25 minutos al día de marcha lenta fue la dosis mínima, y ~50 minutos, la mejor.
En comparación con la atención habitual, la actividad física dio lugar a menos acontecimientos adversos.
Limitaciones
Alrededor de 10 de los estudios presentaban un riesgo de sesgo elevado. Se disponía de pocos datos posteriores al alta.
Financiación
El estudio fue financiado con fondos de los autores, procedentes en su mayoría de fuentes gubernamentales y universitarias.
