El impacto psicológico de un diagnóstico de cáncer está bien documentado en la literatura científica: la magnitud de los problemas de salud mental es considerable en las primeras semanas tras el diagnóstico. Según algunos estudios, su prevalencia supera el 20 % ocho semanas después del diagnóstico, con casi un 10 % de casos de depresión mayor.
Sin embargo, es crucial distinguir entre depresión y desmoralización antes de considerar una estrategia terapéutica. La profesora Anja Mehnert (psicóloga, Centro Médico Universitario de Hamburgo, Alemania) explicó esta distinción en la conferencia MASCC-AFSOS (celebrada del 27-29 de junio de 2024 en Lille).
"Es importante diferenciar la depresión de emociones negativas como la tristeza y el duelo, los sentimientos de desesperación ligados a una posible reducción de la esperanza de vida, el dolor físico crónico, los trastornos de ansiedad, la fatiga, otros síntomas somáticos y, por último, la desmoralización", explica la especialista. La desmoralización está vinculada a la espiritualidad del individuo.
Se caracteriza por un estado de desánimo y desesperación, una pérdida de sentido y propósito, y una incapacidad para afrontar eficazmente los acontecimientos estresantes y las pruebas de la vida. La definición clínica de la depresión también está bien establecida.
En la práctica, la desmoralización del paciente es específica de cada uno de estos contextos: "en la desmoralización, la angustia es inespecífica y el sentimiento de impotencia subjetiva va acompañado de incertidumbre sobre el camino a seguir. El paciente no percibe ningún objetivo ni ninguna razón para continuar", resume. En cambio, "en la depresión se produce un descenso significativo de la motivación, incluso cuando se conocen las acciones que hay que emprender".
La desmoralización es un factor de riesgo independiente para la ideación suicidaLa desmoralización también debe tratarse, ya que puede tener un impacto negativo en los procesos de afrontamiento y la calidad de vida de los pacientes. "Cuando es intensa, también puede ser un factor adicional del deseo de morir, al exacerbar la desesperación existencial y, a veces, la pérdida de dignidad que sienten los pacientes", advirtió.
Según la bibliografía, la desmoralización es clínicamente significativa entre el 13 % y el 18 % de los pacientes con una enfermedad progresiva o un cáncer. Más concretamente, la desmoralización está presente en más de la mitad de los pacientes con enfermedad avanzada o metastásica, a menudo con una intensidad significativa. Tras ajustar los problemas de salud de los pacientes, un estudio alemán describió la desmoralización como un factor de riesgo independiente que duplica el riesgo de ideación suicida.
Existen intervenciones específicas: entre las diversas psicoterapias evaluadas en este contexto, los enfoques de psicoterapia centrada en el significado se han desarrollado específicamente para el tratamiento del cáncer.
Este contenido se publicó originalmente en Univadis Francia y se ha traducido utilizando varias herramientas editoriales, incluyendo la inteligencia artificial, como parte del proceso. El contenido ha sido revisado por un grupo de editores humanos antes de su publicación.