Cuando un parto se produce antes de tiempo, el ingreso de un bebé prematuro en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) puede producir sentimientos de conmoción, culpa, miedo, tristeza e impotencia en los progenitores. La experiencia en la UCIN genera con mayor frecuencia problemas de la salud mental entre los padres y madres que pasan por este trance en comparación con la población general.
Así lo demuestra un estudio realizado por la Fundación NeNe que arroja que las madres de bebés prematuros presentan con frecuencia problemas de salud mental: ansiedad (42%), depresión (38%) y estrés postraumático (45%), cifras mucho más elevadas que entre las madres de niños nacidos a término (se indican más adelante). Además, este estudio ha demostrado que, en comparación con los padres, las madres presentan mayores niveles de ansiedad durante los dos primeros meses del postparto.
La Fundación NeNe para el Desarrollo de la Neurología Neonatal cada año, con motivo del Día Mundial de la Prematuridad que se conmemora el próximo 17 de noviembre, se ocupa de poner el acento en un aspecto relevante que condiciona el futuro de los bebés prematuros y que no está suficientemente atendido. "Nuestro objetivo y punto de partida no es otro que conseguir un adecuado desarrollo biopsicosocial de estos bebés.", explica el vicepresidente de NeNe, Simón Lubián, neonatólogo y jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Puerta del Mar de Cádiz
Para situar el escenario, anualmente, nacen en el mundo 15 millones de prematuros (antes de las 37 semanas de gestación). En las últimas dos décadas, se observa un constante aumento de la tasa de prematuridad en casi todos los países del mundo. En Europa, nacen anualmente 250.000 niños prematuros (5-7% de los nacidos vivos). Actualmente en España nacen 330.000 niños al año, de los que más de 20.000 son prematuros (6%) y, en los últimos 20 años se ha incrementado un 200,4% los nacimientos de grandes prematuros (nacidos antes de las 32 semanas de gestación).
El parto se asocia a un riesgo de aparición o recurrencia de problemas en la salud mental de las madres. La depresión y la ansiedad son los problemas de salud mental más comunes durante el embarazo y el postparto: hasta el 18% de las embarazadas padece depresión, el 30%, ansiedad y muchas experimentan ambas. Con frecuencia la depresión materna postparto va precedida, durante la primera semana postparto, de una forma más leve de síndrome depresivo descrito como "tristeza o melancolía postparto". Este estado de melancolía puede agravarse y convertirse en depresión materna postparto. Estos síntomas depresivos pueden interferir en la capacidad de los progenitores para estar emocionalmente disponibles y ser sensibles a las necesidades del recién nacido, por lo que aumenta el riesgo de consecuencias negativas en la relación padre/madre-hijo y en el desarrollo del bebé.
Como ya se ha señalado, estas cifras en caso de partos prematuro aumentan y superan el 40%. En este marco, que no se preste suficiente atención a la salud mental de los progenitores en general y de las madres en particular no es un hecho aislado: tienen un impacto directo en el neurodesarrollo de sus hijos, con una mayor frecuencia de trastornos conductuales como trastornos de déficit de atención con hiperactividad, agresividad, síntomas emocionales y ansiedad de separación.
En un intento de encontrar los fundamentos neurobiológicos de estos trastornos conductuales observados en hijos de madres con problemas de salud mental, en los últimos años se han descrito diferencias en el desarrollo cerebral de estos bebés. Así, se ha observado en estos pequeños, además de alteraciones en la estructura y conectividad cerebral, un menor perímetro cefálico, un menor volumen de materia gris cerebral y del cerebelo, y alteraciones en el tamaño de estructuras cerebrales (hipocampo y amígdala) involucradas en la memoria, el aprendizaje y el procesamiento de las emociones. Estas alteraciones de la estructura cerebral se han observado en niños de hasta 10 años cuyas madres presentaron depresión durante la gestación y/o el periodo postnatal.
En resumen, "la presencia de problemas de salud mental en las madres de los niños nacidos prematuros condiciona sus capacidades cognitivas y aumenta la posibilidad de aparición de trastornos de conducta", subraya Isabel Benavente, neonatóloga y patrona de la Fundación NeNe. Por ello, "desde la Fundación NeNe instamos, en este Día Mundial de la Prematuridad, a que se implanten en las Unidades de Neonatología programas de identificación precoz de problemas de salud mental en las madres de todos los prematuros, y que se posibilite el tratamiento y seguimiento psicológico de las madres con estos problemas", destaca Lubián. "Con ello se conseguirá optimizar el neurodesarrollo de estos niños y niñas y disminuir la incidencia de trastornos conductuales, con la consiguiente mejora en su rendimiento escolar e integración social", explica el vicepresidente de NeNe.