Según el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal (IESMP), se estima que los trastornos de salud mental perinatal afectan a un 20 %-25 % de las díadas madre-bebé durante el periodo perinatal. Una cifra que aumenta considerablemente cuando se consideran otros problemas como ansiedad, estrés, depresión leve o traumas derivados del parto. No obstante, de acuerdo con una investigación sobre los recursos públicos especializados para la atención de la salud mental perinatal llevada a cabo por dicha institución, España destaca por la ausencia de estos programas y la desatención en este ámbito.
Esta es la conclusión que arroja el mapa de recursos de salud mental perinatal desarrollado en nuestro país gracias a un formulario que recolectó datos del 2023 y 2024. Dicho cuestionario, que tenía como fin obtener una visión amplia y detallada de la situación, fue diseñado específicamente para recopilar información sobre las iniciativas existentes en este ámbito y se distribuyó entre profesionales de salud mental perinatal y aquellos que se han formado IESMP.
De acuerdo con las estadísticas que arroja el trabajo, denominado como “el mapa del desierto”, aunque se recogieron datos de 46 iniciativas en todo el país, se observa una distribución desigual, con áreas que carecen por completo de programas en la red pública. Además, muchos profesionales señalan obstáculos institucionales que dificultan el funcionamiento efectivo de estos programas, que en ocasiones dependen demasiado del esfuerzo individual de los especialistas y se ven afectados por ausencias de personal cualificado.
Uno de los hallazgos más relevantes que muestra el mapa es la disparidad en la disponibilidad de especialistas, con un número considerable de programas que carecen de psiquiatras, aunque en casi el 80 % de los casos sí cuentan con al menos un psicólogo.
Como declara en un comunicado Ibone Olza, psiquiatra perinatal y directora del IESMP participante en la investigación, “nuestras conclusiones indican que, a pesar de los esfuerzos realizados por algunas profesionales y asociaciones, existe una carencia generalizada de estrategias formales y recursos especializados a nivel estatal para tratar la salud mental perinatal, lo que impide a las madres y familias alcanzar la ayuda que necesitan a tiempo”. Otra cuestión importante que señala su organización es la aún insuficiente formación de profesionales en este campo, lo que complejiza la atención especializada durante el embarazo y el posparto, incluyendo la interrupción abrupta del tratamiento psiquiátrico en el embarazo o de la lactancia en el posparto así como la falta de consultas pregestacionales en psiquiatría perinatal.
Las conclusiones que arroja esta investigación exhiben, sostienen las expertas del IESMP, la imperante necesidad de que en España se cree un Plan Nacional de Salud Mental Perinatal que integre enfoques multidisciplinarios, promueva la formación especializada de profesionales de la salud que atienden a la maternidad, garantice el acceso equitativo a servicios de calidad y sensibles al trauma, y aborde de manera prioritaria la violencia de género durante el embarazo y el posparto.
Además, las autoras del mapa consideran imprescindible invertir en investigación para recopilar más datos y poder evaluar la eficacia de las intervenciones existentes, así como que los profesionales de la salud estén capacitados y respaldados por las instituciones para brindar un apoyo adecuado a las mujeres embarazadas y madres recientes, así como a sus bebés y al resto de la familia. De acuerdo con Olza, “a menudo nos llegan solicitudes desesperadas de madres o familias que necesitan atención urgente y especializada para problemas como depresión durante el embarazo, psicosis postparto o pérdida gestacional. Es vital que reciban apoyo rápido y, si es necesario, en su hogar, ya que la falta de atención en este momento crítico puede empeorar la situación”.
Como concluye su organización, resulta una urgencia aumentar la conciencia sobre los problemas de salud mental durante el periodo perinatal, así como asegurar que las madres reciban el tratamiento y apoyo necesarios para mejorar su experiencia de maternidad y reducir su sufrimiento. Esto implicaría sensibilización social, formación profesional y mejoras en los recursos gubernamentales e institucionales para abordar los trastornos mentales perinatales.