Investigadores de UVA Health, el sistema de salud de la Universidad de Virginia (Estados Unidos), han descubierto una molécula en el cerebro responsable de orquestar las respuestas del sistema inmunitario a la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis múltiple (EM), lo que podría permitir a los médicos potenciar la capacidad del organismo para combatir esas y otras enfermedades neurológicas devastadoras, según publican en la revista 'Cell'.
La molécula identificada, denominada quinasa, es crucial tanto para eliminar la acumulación de placa asociada al Alzheimer como para prevenir la acumulación de residuos que causa la EM, según han descubierto los investigadores, que han demostrado que lo hace dirigiendo la actividad de unas células limpiadoras del cerebro llamadas microglía. Estas células inmunitarias fueron ignoradas en su día por los científicos, pero en los últimos años han demostrado ser actores vitales en la salud del cerebro.
Los nuevos hallazgos de la UVA podrían permitir algún día a los médicos aumentar la actividad de la microglía para tratar o proteger a los pacientes del Alzheimer, la esclerosis múltiple y otras enfermedades neurodegenerativas, informan los investigadores.
"Desgraciadamente, los médicos no disponen actualmente de tratamientos eficaces para atacar las causas fundamentales de la mayoría de las enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o enfermedad de Lou Gehrig. En nuestros estudios, hemos descubierto un controlador maestro del tipo de célula y de los procesos que se requieren para proteger al cerebro de estos trastornos", recuerda el investigador principal John Lukens, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia y su Centro de Inmunología Cerebral y Glía (BIG), así como el Centro de Inmunología Carter y el Instituto del Cerebro de la UVA.
"Nuestro trabajo demuestra además que dirigirse a esta nueva vía proporciona una potente estrategia para eliminar los culpables tóxicos que causan la pérdida de memoria y el deterioro del control motor en las enfermedades neurodegenerativas", resalta.
Se cree que muchas enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y la esclerosis múltiple, están causadas por la incapacidad del cerebro de limpiarse de las acumulaciones tóxicas. Los recientes avances en la investigación neurocientífica han arrojado luz sobre la importancia de la microglía en la eliminación de los residuos nocivos del cerebro, pero el nuevo descubrimiento de la UVA ofrece una visión práctica de cómo se produce este proceso de limpieza - y las consecuencias nefastas cuando no lo hace.
Utilizando un modelo de ratón de la enfermedad de Alzheimer, los investigadores de la UVA descubrieron que la falta de la molécula que identificaron, la tirosina quinasa del bazo, desencadenaba la acumulación de placas en el cerebro y hacía que los ratones sufrieran pérdida de memoria, como los síntomas que se observan en los humanos con Alzheimer.
Además, los neurocientíficos lograron reducir la acumulación de placas activando esta molécula y la microglía en el cerebro, lo que sugiere un posible tratamiento para los pacientes humanos, aunque para ello se necesitaría mucha más investigación y pruebas.
"Nuestro trabajo ha descrito un elemento crítico de la función microglial durante la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis múltiple --afirma la investigadora Hannah Ennerfelt, primera autora de un nuevo artículo científico en el que se describen los hallazgos--. Comprender la biología subyacente de estas células durante la neurodegeneración puede permitir a científicos y médicos desarrollar intervenciones terapéuticas cada vez más informadas y eficaces".
La falta de la molécula en un modelo de ratón de EM, por su parte, provocó la acumulación de mielina dañada, una capa protectora de las células nerviosas. Cuando la mielina está dañada, las células no pueden transmitir mensajes correctamente, lo que provoca síntomas de EM como problemas de movilidad y espasmos musculares.
Los investigadores de la UVA concluyen en un nuevo artículo científico que la molécula que han identificado, abreviada como SYK, está "fundamentalmente implicada" en la crucial eliminación de los restos de mielina.
"Si potenciar la actividad de SYK en la microglía puede disminuir la cantidad de restos de mielina en las lesiones de EM, el desarrollo de nuevos fármacos dirigidos a SYK podría detener la progresión de la EM y ayudar a revertir el daño --subraya la doctora Elizabeth L. Frost, investigadora crítica del proyecto--. Se trata de una opción especialmente prometedora, dado que la mayoría de los fármacos disponibles actualmente para el tratamiento de la EM amortiguan la inmunidad adaptativa".
Según apunta, "estos fármacos inmunosupresores provocan susceptibilidad a las infecciones y un mayor riesgo de efectos secundarios potencialmente mortales, como la leucoencefalopatía multifocal progresiva. Además, algunas formas de EM no tienen una fuerte implicación del sistema inmunitario, por lo que actualmente hay opciones de tratamiento muy limitadas para esos pacientes", añade.
"Dirigirse a SYK en la microglía --sostiene--, sortearía múltiples limitaciones de la terapéutica actual para la EM".
Basándose en sus prometedores resultados, los investigadores informan de que dirigirse a la molécula para estimular la actividad inmunitaria del cerebro podría ofrecer una vía para tratar no sólo el Alzheimer y la EM, sino un "espectro" de enfermedades neurodegenerativas.
"Estos hallazgos son especialmente emocionantes porque apuntan a una vía de tratamiento en la que podríamos alterar el comportamiento de estas células cerebrales nativas, la microglía, para que se comporten de una manera más neuroprotectora --destaca la investigadora Coco Holliday, una estudiante de la UVA que trabaja en el laboratorio de Lukens--. Podría aplicarse a una variedad de enfermedades neurológicas diferentes que comparten el problema de la acumulación de residuos tóxicos en el cerebro".