Expertas en salud mental han analizado en Bilbao los aspectos clave para favorecer en la infancia el establecimiento de las bases para una buena salud mental a lo largo de la vida.
La actividad formativa ha estado organizada por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y el Colegio de Psicología de Bizkaia.
La Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y el Colegio de Psicología de Bizkaia han celebrado recientemente en Bilbao una actividad formativa abierta a profesionales y público en general bajo el tema ‘Prevención de la salud mental infanto-juvenil: del nacimiento a las primeras relaciones’.
La misma, que se celebró en el Salón Areilza del Colegio de Médicos de Bizkaia, tuvo como ponentes a Maite Ramírez, psiquiatra infantil y responsable del programa de Hospital de Día de Adolescentes de la Organización Sanitaria Integrada (OSI) Barrualde-Galdakao de Osakidetza-Servicio Vasco de Salud (O-SVS); Elsa Duña, doctora en Psicología, psicóloga clínica y psicoanalista; y Consuelo Panera, psicóloga clínica de la Unidad Terapéutico-Educativa de Ortuella, perteneciente a la Red de Salud Mental de Bizkaia.
La cita fue moderada por Leire Erkoreka, jefa de servicio de Psiquiatría de la OSI Barrualde-Galdakao, profesora de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco y miembro del grupo coordinador de la Sección de Psiquiatría y Salud Mental de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
La bienvenida a las ponentes y al público en general corrió a cargo de Begoña Rueda, decana del Colegio de Psicología de Bizkaia, y Agurtzane Ortiz, presidenta de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.
Los primeros meses tras el parto, un periodo crítico
La psiquiatra Maite Ramírez abrió el turno de las intervenciones con la ponencia ‘El apego en la infancia y su relación con la futura salud mental’.
Según manifestó, «todas las etapas de la vida son importantes, pero algunas lo son más, ya que en ellas el cerebro cambia más rápidamente, por eso las llamamos ‘períodos críticos del desarrollo’».
Tal y como explicó, los primeros meses tras el parto «constituyen uno de esos periodos críticos y, por tanto, la calidad de los cuidados que recibe el bebé, tanto de sus necesidades físicas como emocionales, va a ser un condicionante de su futura salud mental».
Un vínculo seguro del menor con sus cuidadores ayudará al menor en el futuro «a regular sus emociones y a relacionarse mejor y será un factor protector que reducirá la posibilidad de que sufra trastornos mentales. Por ese motivo, tanto los servicios públicos como la sociedad en su conjunto deberían concienciarse de la importancia de apoyar a las familias en la crianza», reclamó.
Educar en la tolerancia al fracaso
A continuación tomó la palabra la psicóloga Elsa Duña, que abordó el tema ‘Cómo ser padres sin morir en el intento’. Durante su charla puso de manifiesto que «la función parental nada tiene que ver con el hecho de ser madre o padre, sino con la capacidad tanto de la mujer como del hombre, para desempeñar la función materna y paterna en base a las diferentes necesidades del hijo». Para la experta, todo encuentro padres-hijo «es una experiencia relacional que les confrontará a ambas partes con una sensación de extrañeza, consecuencia de la alteridad necesaria e ineludible y que siempre conlleva emociones disruptivas para todos».
Además, hizo referencia a las situaciones en las que los padres proyectan en los hijos sus dificultades, algo que ocasiona «lo equivalente a una intoxicación psíquica en el bebé de elementos ajenos a él.
Elementos tóxicos que necesitará expulsar, pudiendo dar lugar a disfunciones corporales y emocionales». Elsa Duña concluyó señalando que la confianza interna «se genera por identificación con un adulto suficientemente cuidador, que soporta también desilusionar al hijo, ayudándole con ello en su desarrollo psíquico y que conlleva una ganancia paulatina en la capacidad para hacer frente a la insatisfacción, a la imposibilidad de realizar todos los deseos y al dolor emocional».
Las experiencias relacionales entre los padres y el bebé son la base de la salud
La última de las tres ponentes, Consuelo Panera, tuvo como título de su ponencia ‘Salud mental en la primera infancia; una mirada preventiva desde la asistencia sanitaria pública’. Durante su intervención, recordó que las experiencias relacionales entre el bebé y sus padres (entorno cuidador) «son la base tanto de la supervivencia, como del desarrollo afectivo y la salud mental».
La prevención en el ámbito de la salud mental de niños y adolescentes, para la psicoterapeuta, «debe centrarse en el periodo que va desde el embarazo hasta los 3 años. Cuidar las condiciones del desarrollo temprano previene o reduce la evolución hacia patologías de salud mental de niños y adolescentes», recalcó.
El cuidado del vínculo afectivo que se desarrolla entre el bebé y sus padres, promoviendo la confianza y el desarrollo de las funciones parentales, así como la detección de situaciones de riesgo, «es fundamental en las consultas de los profesionales que atienden estas etapas». Así, para Consuelo Panera, «los profesionales de salud mental infanto-juvenil y los pediatras y enfermeras deben colaborar estrechamente para atender al menor en los momentos clave del desarrollo temprano. Y acompañar especialmente a familias con factores socioeconómicos y culturales de vulnerabilidad como la inmigración, evitando actitudes punitivas».
Salud mental durante la gestación
En cuanto a la moderadora, la psiquiatra Leire Erkoreka, destacó ante los presentes que, en un contexto de «creciente de preocupación social por el empeoramiento de la salud mental de los más jóvenes, además de incidir en la importancia de la prevención primaria de la salud mental infantil desde el nacimiento, no debiéramos olvidar que dicha prevención primaria debiera comenzar en la gestación».
Según afirmó, «existe una evidencia creciente sobre el impacto que tiene la patología ansioso-depresiva materna, durante el embarazo, en la futura salud física y mental del bebé que se está gestando, por lo que, siguiendo la senda de otros países, se debería reflexionar sobre la importancia de desarrollar programas de salud mental perinatal que, además de mejorar la salud de las madres, podrá potencialmente servir de herramienta de prevención primaria de la salud de sus hijos».
Por otro lado, Begoña Rueda, decana del Colegio de Psicología de Bizkaia, puso en valor la labor de estos profesionales. También destacó la importancia «del apego y su relación con la futura salud mental en la infancia, al igual que la de la mirada preventiva desde la asistencia sanitaria pública» en la salud mental de la primera infancia. La Decana se preguntó en qué medida las vivencias de cuidados de los primeros tiempos de la vida de un bebé afectan e influyen en las diferentes etapas de la vida.
Por último, Agurtzane Ortiz, presidenta de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao expuso a los asistentes que en los primeros años de vida «es fundamental crear un vínculo afectivo seguro entre los padres y el bebé, en un entorno estable, seguro y estimulante, esencial para su desarrollo cognitivo y emocional y que proporcione una base sólida para la salud mental de éste último. Por supuesto cuidando de la salud física y nutricional del bebé». Igualmente, abogó por promover entornos saludables y concienciar sobre la importancia de la salud mental, así como la instauración de políticas y programas de apoyo.