-El burnout es un síndrome de agotamiento físico y emocional causado por el estrés laboral crónico en una situación de progresiva fragmentación asistencial y descuido de las condiciones en que ejercen los profesionales.
-En los profesionales de salud mental es debido a la alta carga asistencial y la intensidad emocional de su labor pero también tiene que ver con no privilegiar el cuidado propio y de los equipos.
-Prevenirlo es esencial para garantizar el bienestar de los profesionales y la calidad de la atención que brindan.
-El “cuidado de sí” debe ser promovido desde una visión integral del ser humano y su contexto, mediante acciones concretas y factibles tanto a nivel individual como de equipo
El desgaste profesional (o burnout), que alcanza ya proporciones epidémicas en el colectivo sanitario, no cabe sólo atribuirlo a la carga asistencial (que ha crecido de manera desmesurada, ni a la falta de recursos suficientes para hacer frente a esta creciente demanda) sino que también se debe a la carencia de una “cultura” que reconozca la importancia del cuidado propio en los equipos y en los mismos profesionales, entre ellos, los del ámbito de la salud mental. Todo ello, pese a que la evidencia científica más reciente resalta la importancia de integrar el auto-cuidado en la práctica clínica diaria para garantizar no solo una buena praxis profesional, sino también para prevenir el burnout epidémico que afecta a este colectivo.
La crisis del cuidado se ha intensificado desde la Gran Recesión de 2008 y se ha agravado aún más con la pandemia de COVID-19. El burnout es un síndrome de agotamiento físico y emocional causado por el estrés laboral crónico. Se manifiesta en una pérdida de motivación, reducción de la eficacia en el trabajo y una desconexión emocional.
Estas son algunas de las conclusiones del taller “Cuidarnos para poder cuidar: de los profesionales de salud mental a los equipos” impartido durante el XVII Congreso Nacional de Psiquiatría que se celebra en Donostia-San Sebastián.
El taller fue dinamizado por la Dra. María Dolores Braquehais Conesa, psiquiatra, jefa clínica de la Clínica Galatea, sede asistencial del Programa de Atenció Integral al Professional de la Salut Malalt que forma parte de la cartera de Servicios del CATSALUT; y por la Dra. Amanda Rodríguez Urrutia, psiquiatra, coordinadora de la Unidad BIGU (Brain Immune Gut Unit) del Hospital Vall d’Hebron y coordinadora de tutores y docencia de residentes MIR del Servicio de Salud Mental del Hospital Vall d’Hebron, miembro del Comité Ética Asistencial del mismo hospital y presidenta de la Subcomisión de Salud mental de la Comisión de Docencia de dicho centro. Ambas forman parte también del grupo de investigación en Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Institut de Recerca Vall Hebron como investigadoras adscritas al CIBERSAM.
El objetivo principal de este taller ha sido, según la Dra. Braquehais, "tomar conciencia de la importancia del cuidado propio, tanto a nivel individual como en los equipos de salud mental, a través de la meditación, la reflexión y el diálogo". La Dra. Rodríguez ha añadido que "no se trata de un abordaje puramente teórico, sino de un enfoque práctico que pueda traducirse en acciones concretas, sencillas y factibles". A lo largo del taller, se ha explorado el concepto de “cuidado de sí” desde una perspectiva integral que abarca todas las dimensiones del ser humano: biológica, conductual, social, mental y espiritual, siempre en el contexto particular de cada persona.
Este enfoque, como ha explicado la Dra. Braquehais, "no se limita a la promoción del bienestar individual. Se trata de un concepto más amplio que incluye el reconocimiento de los límites personales, de los compañeros y del entorno, como condición previa a la puesta en marcha de acciones que promuevan el bien común". La Dra. Rodríguez ha destacado que "el cuidado propio no es un acto egoísta, sino una forma de asegurar que los profesionales puedan seguir brindando una atención efectiva y de calidad, incluso en medio de la creciente presión asistencial, al tiempo que se cuidan también a sí mismos y a sus compañeros".
En el taller se ha invitado a los participantes a centrarse en su propia situación personal y contextual. "Se ha promovido el uso de la ‘razón común’", ha explicado la Dra. Rodríguez, "con el fin de que las ideas y reflexiones compartidas puedan convertirse en acciones concretas para mejorar tanto el cuidado personal como el de los equipos". Además, la Dra. Rodríguez ha remarcado la importancia de "enfocarse en la “acción posible”, evitando caer en el fatalismo o el nihilismo, pero sin perder de vista la complejidad de las relaciones personales y los sistemas organizacionales".
ACEPTAR LA REALIDAD DE CADA INDIVIDUO
Una de las premisas fundamentales del taller ha sido la necesidad de “aceptar” la realidad de cada individuo, lo que la Dra. Braquehais ha definido como "un hacerse cargo de nuestras circunstancias, no en una mera resignación". Según ella, "esta aceptación implica reconocer las limitaciones de cada uno, de quienes le rodean y de su contexto y actuar en función de ello, promoviendo el cuidado de sí como un medio, entre otros, que puede ayudar a reducir el desgaste y la progresiva desmoralización de los profesionales de salud mental". La Dra. Rodríguez ha recalcado que "regirse por la lógica del cuidado no sólo puede ayudar prevenir la creciente epidemia de burnout entre los profesionales de la salud sino humanizar el quehacer propio y la convivencia entre compañeros".
El taller ha tenido en cuenta las peculiaridades de los distintos estadios en la carrera profesional de los participantes, así como de los diversos grados de responsabilidad que asumen en sus equipos. "Para aplicar de manera efectiva las enseñanzas del cuidado propio, es esencial adaptarlas a cada realidad personal y profesional", han afirmado las doctoras Braquehais y Rodríguez. Ambas han coincidido en que "a través de pequeños cambios cotidianos, cada participante puede comenzar a sembrar una nueva cultura del ‘cuidado de sí’ que beneficie tanto a los individuos como a sus equipos de trabajo".
ME IMPORTAS: UN TESTIMONIO DE PSIQUIATRÍA VIVA
En línea con algunas de las ideas compartidas en el taller, se alinea el libro Me importas: Un testimonio de psiquiatría viva, del que las doctoras Braquehais y Rodríguez son autoras. Según ambas psiquiatras, “que el otro perciba ese ‘me importas’ es esencial no solo en la relación psiquiatra-paciente, sino en todas las interacciones humanas". La obra apuesta por una “psiquiatría” -en minúsculas- “Viva”-en mayúsculas- pues pretende recalcar que "lo más importante es dar protagonismo a la vida, más allá de nuestra intervención en ella". Como han resaltado ambas psiquiatras, este enfoque también puede servir como una guía para que los profesionales se cuiden a sí mismos y, en consecuencia, puedan acompañar mejor a sus pacientes.
En conclusión, el taller impartido por las doctoras Braquehais y Rodríguez Urrutia “ha sido un intento de reivindicar la importancia del cuidado como un requisito fundamental a la hora de mejorar tanto su bienestar personal como la calidad de la atención que brindan a sus pacientes”. En palabras de las doctoras "en tiempos de alta demanda y estrés, se trata de abrir la posibilidad de poner en práctica una nueva manera de entender el quehacer en el que sea esencial “cuidarse para poder cuidar”, lo que redunda no sólo en beneficio de los profesionales sino también en la calidad asistencial”.