La terapia visual ayuda a mejorar o reforzar las habilidades visuales del niño con dislexia que además tenga una alteración en la visión, como podría ser el caso de una insuficiencia de convergencia (transtorno de la visión en el cual los ojos son incapaces de mantener la función binocular), según la optometrista del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime, Elena Santolaria.
En ocasiones, trastornos en el aprendizaje como la dislexia "pueden mejorar, si de manera complementaria a su tratamiento médico se tratan con terapia visual", siempre que dichos casos tengan un componente visual, añade la especialista.
La dislexia es un trastorno de aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico que se da en niños que no presentan ningún 'handicap' físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de "una alteración del neurodesarrollo, no de visión", afirma Santolaria.
El proceso visual se desarrolla durante la etapa de crecimiento del niño y alcanza su plenitud en la etapa de escolarización, por ello "es importante realizar un análisis completo de la visión del niño", asegura la experta, en el que se deben probar, además de los factores como la agudeza visual, otras anomalías visuales como ojo vago (ambliopía), insuficiencia de convergencia y excesos acomodativos que, entre otros, afectan a la capacidad de enfoque y desenfoque de un objeto cercano o lejano.
La rehabilitación o terapia visual, también conocida como entrenamiento visual, consiste en una secuencia de actividades individuales prescritas y monitorizadas por un optometrista con la finalidad de desarrollar eficazmente las habilidades del sistema visual y el procesamiento de este tipo de información.