Las personas con rasgos de personalidad como la meticulosidad, la extraversión y el afecto positivo tienen menos probabilidades de ser diagnosticadas con demencia que aquellas con neuroticismo y afecto negativo, según un nuevo análisis realizado por investigadores de la Universidad de California en Davis y la Universidad Northwestern, ambas en Estados Unidos.
Según indican los investigadores en la revista 'Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association', la diferencia no está relacionada con los daños físicos en el tejido cerebral que sufren los pacientes con demencia, sino más bien con el modo en que ciertos rasgos de la personalidad ayudan a las personas a superar los trastornos relacionados con la demencia.
Estudios anteriores habían tratado de establecer vínculos entre los rasgos de personalidad y la demencia, pero en su mayoría eran pequeños y sólo representaban a poblaciones específicas, apunta Emorie Beck, profesora asistente de psicología en la UC Davis y primera autora del trabajo.
"Queríamos aprovechar las nuevas tecnologías para sintetizar estos estudios y comprobar la solidez y consistencia de estas asociaciones", explica .
Si esos vínculos se mantienen, entonces centrarse en los rasgos de personalidad para cambiarlos en intervenciones en etapas tempranas de la vida podría ser una forma de reducir el riesgo de demencia a largo plazo.Beck y sus colegas analizaron los datos de ocho estudios publicados que incluían a más de 44.000 personas, de las cuales 1.703 desarrollaron demencia.
Analizaron medidas de los "cinco grandes" rasgos de la personalidad (concienciación, extraversión, apertura a la experiencia, neuroticismo y afabilidad) y el bienestar subjetivo (afecto positivo y negativo, y satisfacción vital) en comparación con los síntomas clínicos de demencia (rendimiento en pruebas cognitivas) y la patología cerebral en la autopsia.
Según Beck, normalmente se piensa que la personalidad está relacionada con el riesgo de demencia a través del comportamiento.
Por ejemplo, las personas que puntúan alto en concienciación pueden ser más propensas a comer bien y cuidar de su salud, lo que se traduce en una mejor salud a largo plazo.
Los investigadores descubrieron que las puntuaciones altas en rasgos negativos (neuroticismo, afecto negativo) y las puntuaciones bajas en rasgos positivos (concienciación, extraversión, afecto positivo) se asociaban a un mayor riesgo de diagnóstico de demencia.
Las puntuaciones altas en apertura a la experiencia, amabilidad y satisfacción vital tuvieron un efecto protector en un subconjunto más pequeño de estudios.Sin embargo, para su sorpresa, no se encontró ninguna relación entre estos rasgos de personalidad y la neuropatología real en los cerebros de las personas después de la muerte.
"Éste fue el hallazgo que más nos sorprendió --reconoce--. Si la personalidad predice el rendimiento en las pruebas cognitivas pero no la patología, ¿qué podría estar ocurriendo?".
Una explicación es que algunos rasgos de la personalidad podrían hacer a las personas más resistentes al daño causado por enfermedades como el Alzheimer. Las personas con niveles más altos de algunos rasgos pueden encontrar formas, sean conscientes de ello o no, de sobrellevar y trabajar en torno a las deficiencias.
Otros trabajos realizados por miembros del equipo del estudio han demostrado que algunas personas con una patología bastante extensa pueden mostrar poco deterioro en las pruebas cognitivas.Los investigadores también analizaron otros factores que podrían moderar la relación entre personalidad y riesgo de demencia y neuropatología, como la edad, el sexo y el nivel educativo.
"Casi no encontramos pruebas de efectos, salvo que el efecto protector de la concienciación aumentaba con la edad", señala Beck.
Muchos factores contribuyen al desarrollo de la demencia. Entre los que no están directamente relacionados con la genética, este estudio es un primer paso para desentrañar las asociaciones entre personalidad y demencia, indica Beck.
Los investigadores planean continuar y ampliar el trabajo, incluyendo el estudio de personas que muestran poco deterioro frente a mucha patología. También esperan estudiar otros factores cotidianos que puedan influir en el desarrollo de la demencia.