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Los escáneres muestran conexiones debilitadas en los cerebros de los adolescentes con riesgo de trastorno bipolar



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Noticia | 31/03/2022

Un estudio de imágenes cerebrales de jóvenes con alto riesgo de desarrollar un trastorno bipolar ha encontrado por primera vez evidencias del debilitamiento de las conexiones entre áreas clave del cerebro al final de la adolescencia.


Hasta ahora, los investigadores médicos sabían que el trastorno bipolar se asociaba a una reducción de la comunicación entre las redes cerebrales que intervienen en el procesamiento emocional y el pensamiento, pero el modo en que estas redes se desarrollaban antes de la enfermedad era un misterio.


Ahora, en un estudio publicado en 'The American Journal of Psychiatry', investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW Sydney), el Hunter Medical Research Institute (HMRI) y la Universidad de Newcastle, en Austalia, junto a instituciones internacionales han demostrado que estas redes disminuyen con el tiempo en adultos jóvenes con alto riesgo genético de desarrollar trastorno bipolar, lo que tiene importantes implicaciones para futuras estrategias de intervención.


Los investigadores utilizaron la tecnología de imágenes magnéticas ponderadas por difusión (dMRI) para escanear los cerebros de 183 individuos durante un periodo de dos años. Examinaron los cambios progresivos en los escáneres cerebrales de las personas con alto riesgo genético de desarrollar la enfermedad durante un periodo de dos años, antes de compararlos con un grupo de control de personas sin riesgo.


Las personas con un padre o un hermano con trastorno bipolar se consideran de alto riesgo genético, y tienen 10 veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad que las personas sin el vínculo familiar cercano.


En las exploraciones de imágenes cerebrales de 97 personas con alto riesgo genético de padecer trastorno bipolar, los investigadores observaron una disminución de la conectividad entre las regiones del cerebro dedicadas al procesamiento de las emociones y la cognición durante los dos años transcurridos entre las exploraciones.


Pero en el grupo de control de 86 personas sin antecedentes familiares de enfermedad mental, observaron lo contrario: un fortalecimiento de las conexiones neuronales entre estas mismas regiones, cuando el cerebro adolescente madura para volverse más hábil en el razonamiento cognitivo y emocional requerido en la edad adulta.


El profesor de Scientia Philip Mitchell AM, psiquiatra académico en ejercicio de UNSW Medicine & Health, afirma que los hallazgos plantean nuevas ideas sobre el tratamiento y la intervención en el trastorno bipolar que se desarrolla en los jóvenes con mayor riesgo.


"Nuestro estudio nos ayuda realmente a comprender la vía de las personas con riesgo de padecer bipolaridad --afirma--. Ahora tenemos una idea mucho más clara de lo que ocurre en el cerebro de los jóvenes a medida que crecen".


El profesor Mitchell dice que, al ser un clínico además de un investigador, ve de primera mano cómo los jóvenes pueden tener sus vidas repentinamente al revés cuando experimentan su primer episodio maníaco.


"Vemos a muchos chicos brillantes y capaces que realmente disfrutan de la vida y luego el trastorno bipolar puede ser un enorme impedimento para lo que quieren lograr --explica--. Con nuestros nuevos conocimientos sobre lo que realmente sucede en el cerebro cuando los adolescentes en riesgo se acercan a la edad adulta, tenemos la oportunidad de desarrollar nuevas estrategias de intervención para detener la condición en su camino, o reducir el impacto de la enfermedad".


El profesor Michael Breakspear, que dirigió el equipo del HMRI y de la Universidad de Newcastle que llevó a cabo el análisis de los escáneres de RMD, afirma que el estudio ilustra cómo los avances tecnológicos pueden aportar mejoras que cambien la vida en el tratamiento de las enfermedades mentales.


"Los familiares de las personas con trastorno bipolar -especialmente los hermanos y los hijos- a menudo se preguntan sobre su propio riesgo futuro, y ésta es una cuestión de gran preocupación personal --señala--. También es una cuestión para sus médicos, ya que la presencia del trastorno bipolar tiene importantes implicaciones en la medicación".


Según destaca, "este estudio es un paso importante para disponer de pruebas de imagen y genéticas que podamos realizar para ayudar a identificar a quienes tienen probabilidades de desarrollar un trastorno bipolar, antes de que desarrollen los síntomas incapacitantes y estresantes del trastorno. Esto acercaría a la psiquiatría a otras ramas de la medicina en las que las pruebas de detección forman parte de la atención estándar".


Los investigadores subrayan que es necesario seguir investigando antes de introducir cambios en los actuales modos de tratamiento. Tampoco sería práctico, ni barato, que todas las personas con riesgo genético de desarrollar un trastorno bipolar se sometieran a escáneres cerebrales para ver si el cerebro muestra signos de conexiones debilitadas.


"El hallazgo significativo de nuestro estudio es que hay un cambio progresivo en los cerebros de los jóvenes con riesgo de bipolaridad, lo que sugiere lo importante que podrían ser las estrategias de intervención --resalta el profesor Mitchell--. Si podemos intervenir a tiempo, ya sea con formación en resiliencia psicológica o quizá con medicamentos, quizá podamos prevenir esta progresión hacia cambios importantes en el cerebro".


La doctora Gloria Roberts, investigadora postdoctoral que trabaja principalmente en el proyecto desde 2008 con UNSW Medicine & Health, ha visto cómo los nuevos inicios de la enfermedad mental en los jóvenes con riesgo de desarrollar un trastorno bipolar pueden afectar significativamente al funcionamiento psicosocial y a la calidad de vida.


"Al avanzar en nuestra comprensión de la neurobiología del riesgo, así como de la resiliencia en estos individuos de alto riesgo, tenemos la oportunidad de intervenir y mejorar la calidad de vida de los individuos que están en mayor riesgo", apunta.


Como resultado de los nuevos hallazgos, los investigadores están planeando hacer un tercer escaneo de seguimiento de los participantes en el estudio. También están en las primeras etapas de desarrollo de programas en línea que ayuden al desarrollo de la resiliencia, a la vez que proporcionen a los jóvenes habilidades para manejar la ansiedad y la depresión, lo que esperan que reduzca sus posibilidades de desarrollar el trastorno bipolar.

Fuente: Europa Press
Palabras clave: adolescentes, trastorno bipolar, neuropsiquiatría
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