El cambio de invierno a primavera ha traído consigo diferencias significativas en la climatología de los últimos días. La subida de las temperaturas, combinada con algunos frentes de tormenta que han azotado la Península Ibérica, han sacudido el estado de los ciudadanos. Una de las grandes dudas que siempre surge al respecto es cómo el tiempo puede afectar al estado de ánimo de una persona, ya que existen cambios significativos.
Una teoría que defiende la psiquiatra Luna Palma, quien se ha pronunciado al respecto a través de su canal de TikTok, donde comparte sus conocimientos sobre la materia: “Si vives en España, probablemente en este último mes en tu ciudad no habrá parado de llover. Por lo menos en el sur ha sido así, y no estamos acostumbrados a que llueva tanto, y seguro que todos hemos notado que hemos estado más tristes en este último tiempo”.
“Esto se debe a que la exposición a la luz hace que se fabrique más serotonina, que sería algo así como la hormona de la felicidad. Por eso, cuando el día está nublado y estamos menos expuestos a la luz solar nos sentimos más tristes, con el ánimo más decaído, con menos ganas de hacer cosas”, exponía. De igual forma, la meteorología puede aportar algunos efectos más positivos, dependiendo del estado del cielo.
“También en los días nublados, como hay menos luz, se favorece la producción de melatonina, que es esa hormona que nos ayuda a conciliar el sueño y a mantenerlo. Por eso en esos días más grises, en los que hay menos luz, nos encontramos más cansados, con más ganas de quedarnos en el sofá con la manta o de echarnos la siesta. ¿Pero entonces, qué puedo hacer cuando hay un día nublado y no tengo ganas de hacer cosas?”, cuestionaba.
“Pues muy sencillo: hay que mantenerse activo, salir a correr, a caminar, a pasear, simplemente a tomar algo con los amigos, siempre que el tiempo lo permita y que no sea peligroso. Es importante también que en casa tengamos luces brillantes que puedan engañar a nuestro cerebro y hacerle creer que realmente sí hay luz solar. Realmente estas variaciones del estado de ánimo suelen ser normales en personas sanas, no tienes que preocuparte porque a todos nos pasa”, añadía.
En este sentido, el mal dormir también puede dejar un efecto colateral en nuestro sistema: el envejecimiento de la piel. “¿Qué pasa si duermes menos de seis horas? Aumenta el cortisol, por lo cual aparecen las arrugas, la flacidez, la línea de la expresión y, por supuesto, tanto las bolsas como las ojeras se pueden marcar muchísimo más. Puedes evitarlo durmiendo entre siete y nueve horas, para que tu piel tenga tiempo de regenerarse y repararse”, contaba Helena Sas.