El psicólogo del área de Investigación de la Confederación Autismo España, Guillermo Benito, ha asegurado que "aunque ya no existe la categoría diagnóstica de 'Síndrome de Asperger', se mantiene la denominación social por el sentimiento de pertenencia que pueden presentar las personas que recibieron dicho diagnóstico".
Y es que, en la actualidad, el síndrome de Asperger se define como "trastorno del espectro del autismo cuando no va acompañado de discapacidad intelectual ni de dificultades significativas de lenguaje en sus aspectos formales". Pero, como ha señalado Benito, más allá de las etiquetas diagnósticas, "se debe poner el foco en las personas, en sus necesidades y en lo que les puede ayudar para mejorar su calidad de vida".
En este contexto y, con motivo del Día Internacional del 'Síndrome de Asperger', que se celebró este domingo, 18 de febrero, la Confederación Autismo España ha organizado una jornada 'on line' bajo el título 'Vivir con síndrome de Asperger'.
La jornada ha contado con la participación de tres personas con síndrome de Asperger, que han compartido sus vivencias, las barreras que se encuentran en su día a día y los apoyos que necesitan para promover su participación social en igualdad de condiciones.
La primera de ellas ha sido el barítono Johann Sebastian Salvatori, graduado en la Escuela Superior de Canto de Madrid en 2022, que acaba de terminar un Master en Musicoterapia con una nota de sobresaliente. Johann ha resaltado que, para superar las barreras que se le han presentado a lo largo de su vida, tanto académica como personal, "es necesario tener adaptaciones, apoyos, que te escuchen y te den consejos".
"No importa si tenemos una discapacidad, no importa de dónde vengamos, lo importante es cómo seamos y lo que hagamos con lo que tenemos", ha asegurado Johann.
"Todavía queda mucho camino por recorrer para que se entienda el autismo, pero va a ser un camino más fácil cuando comprendamos que los límites los tenemos en la cabeza y nos los ponemos nosotros mismos", ha añadido.
Desde Girona, Irene Farrero ha puesto el foco en la importancia de un diagnóstico temprano para poder acceder cuanto antes a los apoyos especializados necesarios. Y es que, en su caso, fue diagnosticada con 45 años, lo que le ha supuesto muchas dificultades tanto a nivel físico como emocional.
"Después de 8 años desde el diagnóstico estoy empezando a saber cómo quiero que sea mi vida, gracias a los apoyos", ha asegurado Irene, que también se ha referido al camuflaje que se ven obligadas a hacer muchas mujeres autistas para encajar en la sociedad ante la falta de adaptaciones y de comprensión.
"Hay gente que todavía no conoce lo que es el concepto del autismo, hay muchos mitos". Por ello, se ha convertido en una activista por los derechos de las personas autistas y en coach motivacional para ellas y sus familias.
La última persona en intervenir ha sido Rubén Fariñas quien, desde A Coruña, ha hecho balance de su etapa académica y de su paso por la Universidad, donde se ha graduado en Biología y cursado un Máster en Biodiversidad Terrestre. Usuario de la Asociación Asperga, Rubén ha coincidido en señalar la importancia de los apoyos y también de la atención individualizada que le han prestado desde Asperga, que le han permitido mejorar mucho.