El uso interno del dinero siempre ha sido un tema delicado dentro de una institución psiquiátrica residencial. Por una parte, por la falta de control de algunos pacientes, o el abuso que podrían ejercer unos sobre otros. Por otra, su generación en los talleres de laborterapia, independientemente de la justeza o no de los salarios, y el subsecuente gasto, principalmente en el bar y tiendas de conveniencia intramuros, así como su ahorro, voluntario o imperativo en muchas ocasiones.
Con este fin, en algunas instituciones, se diseñaron estrategias sustitutivas del dinero contante y sonante, bien a través de diferentes tipos de vales, bien con fichas o jetones con un determinado valor facial.
Llamativamente, estas prácticas fueron propiciadas en algunas ocasiones para salir al paso de las tentaciones que para algunos cuidadores supuso el dinero de los pacientes, tal y como el padre provincial responsable del manicomio de Ciempozuelos (Madrid) apuntaba en 1907.
Sobre estas fichas y algunas otras cuestiones relacionadas se puede leer y ver en el enlace acompañante.