Propósito
Los trastornos de tics son condiciones neurodesarrollistas caracterizadas por movimientos o vocalizaciones involuntarias, comúnmente acompañados de síntomas de ansiedad. Estos trastornos presentan desafíos en entornos clínicos debido a sus complejas interacciones con factores psicológicos. Las relaciones entre la severidad de los tics, la...
Propósito
Los trastornos de tics son condiciones neurodesarrollistas caracterizadas por movimientos o vocalizaciones involuntarias, comúnmente acompañados de síntomas de ansiedad. Estos trastornos presentan desafíos en entornos clínicos debido a sus complejas interacciones con factores psicológicos. Las relaciones entre la severidad de los tics, la edad y los síntomas de ansiedad no están completamente entendidas, planteando preguntas sobre sus interdependencias.
Este estudio tuvo como objetivo explorar la asociación entre la severidad de los tics y la edad y analizar cómo los síntomas de ansiedad podrían influir en esta relación, proporcionando una comprensión más profunda que podría informar enfoques de tratamiento.
Introducción
Los tics son movimientos motores o vocalizaciones repetitivas y súbitas que caracterizan a los trastornos de tics como el síndrome de Tourette y el trastorno crónico de tics. Estos síntomas involuntarios frecuentemente están asociados con angustia emocional, notablemente la ansiedad, que puede exacerbar la severidad de los tics.
Estudios previos han sugerido un posible vínculo entre la progresión de los trastornos de tics y la presencia de síntomas de ansiedad, pero la dinámica de estas relaciones en diferentes grupos de edad permanece pobremente definida.
Esta investigación busca llenar este vacío examinando a pacientes pediátricos con trastornos de tics, enfocándose en cómo la ansiedad impacta la severidad de los tics a medida que los niños envejecen.
Pacientes y métodos
Se realizó un estudio transversal que involucró a pacientes pediátricos diagnosticados con trastornos de tics en la clínica ambulatoria del Departamento de psiquiatría del hospital Infantil de Beijing, Universidad Médica Capital.
El estudio incluyó a 372 participantes (77 mujeres y 295 hombres; edad media = 10. 50 ± 2. 70 años; rango de edad: 6. 33–15. 92 años).
Se evaluó la severidad de los tics utilizando la escala de Severidad Global de Tics de Yale (YGTSS), y los síntomas de ansiedad fueron cuantificados utilizando la escala de ansiedad Relacionada con Trastornos Emocionales en Niños (SCARED).
Se realizaron análisis estadísticos para explorar las correlaciones entre la severidad de los tics, la edad y los niveles de ansiedad.
Resultados
El análisis reveló una correlación positiva significativa entre los puntajes totales y de subescalas de ansiedad y la severidad de los tics en toda la muestra.
Notablemente, los síntomas de ansiedad, particularmente la ansiedad por separación, mostraron una correlación significativa con diferencias relacionadas con la edad en la severidad de los tics.
En el subgrupo con alta ansiedad, la severidad de los tics aumentó significativamente con la edad, alineándose con la tendencia general observada en la muestra más amplia. En contraste, los participantes con niveles más bajos de ansiedad mostraron una severidad de tics relativamente estable a medida que envejecían.
Discusión
Los hallazgos indican que la ansiedad juega un papel fundamental en la exacerbación de la severidad de los tics con el tiempo. Esta relación parece ser particularmente pronunciada en pacientes que experimentan niveles más altos de ansiedad, sugiriendo que el manejo de la ansiedad debería ser una parte integral de las estrategias terapéuticas para niños con trastornos de tics.
La presencia de ansiedad puede servir como catalizador para aumentar la severidad de los tics, especialmente a medida que los niños se acercan a la adolescencia, un período marcado por numerosos cambios psicológicos y fisiológicos.
Conclusión
El estudio subraya la importancia de considerar la ansiedad en el manejo clínico de los trastornos de tics en niños. Al destacar la interacción entre la severidad de los tics, la edad y la ansiedad, enfatiza la necesidad de un enfoque integral que aborde tanto los aspectos neurológicos como psicológicos en el tratamiento de los trastornos de tics. Investigaciones futuras deberían centrarse en estudios longitudinales para comprender mejor las relaciones causales y desarrollar intervenciones dirigidas que puedan mitigar el impacto de la ansiedad en la progresión de los tics en poblaciones pediátricas.
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