Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Catania pone de manifiesto el beneficio de añadir vareniclina a los programas de psicoterapia dirigidos al cese del vapeo. El ensayo ha incluido 140 usuarios diarios y exclusivos de cigarrillos electrónicos, que recibieron el fármaco dos veces al día durante 12 semanas, seguidas de un periodo de monitorización de igual longitud.
El estudio alcanzó tanto su objetivo primario como los secundarios, con una abstinencia continuada y bioquímicamente demostrada en el grupo tratado con el fármaco. Entre las semanas 4 y 12 el doble de pacientes cesó en el hábito, en comparación con el grupo placebo, una diferencia que se mantuvo hasta la semana 24.
Christopher Russell, investigador de Russell Burnett Research & Consultancy y coautor del estudio, afirma que la intervención farmacológica fue significativamente efectiva incluso en los usuarios que no alcanzaron la abstinencia continuada, ya que su frecuencia de vapeo disminuyó. No obstante, la tasa de relapso con vareniclina fue mayor después de la retirada del fármaco.
El científico añade que no hubo ningún caso de relapso que resultara en el uso de cigarrillos convencionales. Aunque la incidencia de efectos adversos fue mayor con vareniclina, la mayoría fueron leves o moderados, siendo causa infrecuente de abandono del tratamiento, asegura Russell. El ensayo ha sido motivado por los resultados de recientes encuestas, las cuales reflejan el creciente interés de jóvenes y adultos en abandonar el uso de cigarrillos electrónicos. A pesar de ello, hasta ahora no existía evidencia para informar las decisiones clínicas a este respecto.
La eficacia mostrada por la vareniclina en el actual estudio sería consistente con su mecanismo de acción sobre uno de los receptores nicotínicos de la acetilcolina, previniendo el síndrome de abstinencia.