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El lugar de trabajo es óptimo para medir el riesgo de ictus e iniciar programas de intervención, según experto



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Noticia | 08/07/2024

 


El lugar de trabajo es un sitio óptimo para estratificar el riesgo vascular y de ictus, seleccionar a aquellas personas que presentan riesgo alto y poner en marcha programas de intervención, según ha destacado el coordinador del grupo funcional de promoción de la salud de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo, Guillermo Soriano Tarín, en el marco de la X Edición de Espacio Ictus 'Riesgos vasculares e ictus', promovido por Fundación Freno al ictus.


Soriano ha señalado que los accidentes vasculares "son la primera causa de muerte en el trabajo, mucho más que el atropello, el vuelco de maquinaria o la caída en altura". Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, en el año 2022 el 40 por ciento de la mortalidad relacionada con contingencia profesional se debió a accidentes vasculares.


Más allá, en el mismo año, las enfermedades cardiovasculares, que incluyen cardíacas y cerebrovasculares, produjeron 70.000 procesos de incapapacidad temporal, tal y como recoge la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo.


Por ello, el experto ha explicado que el médico del trabajo puede actuar sobre los factores de riesgo conductuales que influyen en el desarrollo de estas enfermedades, como el sobrepeso, el tabaco, la inactividad física o la alimentación, que "dependen de nuestro cerebro, de querer cambiar nuestros hábitos".


"Unas malas condiciones de trabajo que no promuevan estilos de vida saludables van a tener un impacto directo en la salud de las personas trabajadoras", ha añadido.


En paralelo, ha presentado varios estudios que coinciden en concluir que unos peores estilos de vida derivan en una menor capacidad laboral. Es por ello que resulta "rentable" que las empresas inviertan en la promoción de la salud y "no esperar a que la gente se ponga enferma, sino actuar mucho antes".


La jornada ha contado también con las ponencias de la representante del Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, Blanca Fuentes Gimeno; el coordinador del grupo de trabajo de Diabetes, Endocrinología y Metabolismo de SEMERGEN, Ezequiel Arranz Martínez; y el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Ignacio Fernández Lozano. Todos ellos han querido poner el foco en los factores de riesgo asociados al ictus y las medidas de prevención que cada persona puede poner en marcha para evitarlo.


Fuentes ha comentado que con el ictus "estamos hablando de una pandemia, no infecciosa, no contagiosa, pero una pandemia desde el punto de vista de impacto en mortalidad". Según ha señalado, hasta la llegada de la pandemia de Covid, el ictus era la primera causa de muerte en mujeres en España, la segunda causa de muerte global, la segunda causa de demencia después del Alzheimer y la tercera causa de discapacidad en adultos.


Además, ha hecho hincapié en explicar que el ictus "es una enfermedad que puede ocurrir en cualquier momento de la vida" y no una enfermedad de personas mayores.


"Estoy hablando desde ictus intraútero, que puede ocurrir, hasta los más de ciento y pico años que pueda vivir una persona, puede ocurrir a cualquier edad".Entre los principales factores de riesgo, ha apuntado la hipertensión arterial, la diabetes, los niveles de colesterol elevados, arritmias como la fibrilación auricular, el tabaco, el alcohol, consumo de drogas, la obesidad y el sobrepeso, el sedentarismo y la dieta no saludable, la contaminación y el estrés crónico.


En este sentido, ha subrayado que "en el ictus hay muchos otros factores de riesgo que no están mediados por el corazón. De hecho, solamente un 20 por ciento de las personas que sufren un ictus tiene una enfermedad cardíaca".


Sin embargo, también ha indicado que "hasta el 90 por ciento de los casos de ictus son evitables". Con el objetivo de prevenirlo, ha especificado que "tenemos que considerar tres cosas: conocer la enfermedad y sus factores de riesgo, reconocerlos en nosotros mismos, y actuar".


"Al final tenemos que cambiar nuestra cultura y actuar de forma diferente todos nuestros días, independientemente del riesgo que teóricamente tengamos, por supuesto si tenemos más riesgo, habrá que incidir más en ello, pero creo que tiene que ser algo en el que nos complementamos todos como sociedad", ha concluido.


Por su parte, Arranz se ha centrado en cómo influye la obesidad en el desarrollo de cualquier enfermedad cardiovascular. "Si además yo asocio otros factores de riesgo, por ejemplo, que tenga diabetes, o que tenga diabetes e hipertensión, o que tenga diabetes, hipertensión y dislipemia, el riesgo de mortalidad cardiovascular aumenta ostensiblemente", ha añadido.


Por ello, ha apuntado que la pérdida de peso aporta muchos beneficios a estos factores de riesgo. "Si yo pierdo solo un 5 por ciento, ya mejoro mi nivel de azúcar. Si pierdo entre un 5 y un 10 por ciento, puedo prevenir el desarrollo de diabetes. Entre un 10 y un 15 por ciento mejoro, en conjunto, cualquier problema cardiovascular, pero si llego a perder más de un 15 por ciento, puedo revertir la enfermedad".


Debido a ello, ha insistido en intentar frenar la situación "tan dramática" que existe hoy en día de acumulación de factores de riesgo y de enfermedad. "Hoy en día existen posibilidades amplias para el control de la diabetes, con productos que incluso mejoran el riesgo cardiovascular de una persona que no la tiene. Es decir, hoy en día tenemos medicación para la diabetes que mejora el riesgo cardiovascular de pacientes sin diabetes", ha destacado.


Por otra parte, Arranz ha comentado que los determinantes sociales "no afectan igual" a las mujeres que a los hombres.


En general, la mujer "tiene mayor riesgo" por determinantes sociales que el hombre y los problemas cardiovasculares afectan más a la mujer que al hombre. Sin embargo, "la mayoría de los estudios que se desarrollan a lo largo de los tiempos incluyen más a hombres que a mujeres".


En esta misma línea, el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Fernández Lozano, ha expresado que la mujer tiende a "minusvalorar" los síntomas de la enfermedad cardiovascular porque "cree que el corazón no va con ella", al contrario de lo que sucede con otras enfermedades como el cáncer de mama, de ovario o de colon. Asimismo, ha destacado que "los médicos a veces no hacemos suficientemente caso a los síntomas de la mujer".


Con el objetivo de revertir esta situación, ha señalado que la Sociedad Española de Cardiología está esforzándose por hacer campañas para que se tome conciencia, fundamentalmente sobre insuficiencia cardíaca, pero también por cardiopatía isquémica e ictus.


"Si llegamos a concienciar de la importancia que tienen las enfermedades cardiovasculares en las mujeres podemos salvar muchas vidas".


Por último, al ser preguntada acerca de cómo proceder ante un posible caso de ictus, Fuentes ha explicado que hay que actuar "siempre que una persona a nuestro lado de repente tenga una pérdida de fuerza, de brazo, de la pierna o de la cara, una pérdida de sensibilidad de un lado del cuerpo, que haya dejado de ver por un ojo o que tenga una sensación de desequilibrio muy brusco".


"En ese caso lo que hay que hacer es llamar al 112, que sabe dónde nos tiene que llevar y va a priorizar el Código Ictus. Cuando tienes un ictus al hospital no se va, te llevan", ha remachado.


 

Fuente: Europa Press
Palabras clave: intervención, ictus, lugar de trabajo
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