Jennifer Muehlenkamp, psicóloga clínica y profesora en la Universidad de Wisconsin, esboza el problema.
La situación es alarmante. Así calificó la Asociación Española de Pediatría (AEP) al aumento de autolesiones y suicidios en niños y adolescentes en España tras la pandemia, en un comunicado difundido en enero de este año.
Pero el problema no es exclusivo de España. La tendencia es común a otros países occidentales y así lo puso de manifiesto Jennifer Muehlemkamp, psicóloga clínica, investigadora en temas de autolesiones y suicidios de niños y adolescentes y profesora en la Universidad de Wisconsin, durante su intervención en el XXI Congreso Nacional e Internacional de la Asociación Nacional de Psicólogos Clínicos y Residentes (Anpir), que se ha celebrado estos días en Murcia.
Pregunta: ¿Cuál es el porcentaje de menores de 18 años que se autolesiona de manera intencionada cada año?
Respuesta: La estimación es que hasta el 18% de los adolescentes se infringen autolesiones con intenciones no suicidas durante su vida. Este porcentaje es similar en todos los países europeos, aunque con ligeras diferencias. Son similares también en Canadá y en Estados Unidos. Los porcentajes en otras partes del mundo son menos conocidos.
P.: ¿Afecta por igual a mujeres y hombres?
R.: Es ligeramente mayor en mujeres que en hombres. Sin embargo, los adolescentes varones tienden más a quemarse con cigarrillos u otros objetos ardientes, mientras que las jóvenes tienen más a cortarse.
La incidencia aumenta en los casos de adolescentes transgénero o no binarios, antes de salir del armario. Y, si bien, los porcentajes son también mayores en casos de gay, lesbianas y bisexuales; los jóvenes bisexuales son los que tienen las tasas más altas para ese grupo de identidad.
P.: ¿Qué lleva a un adolescente a autolesionarse?
R.: Hay muchas, muchas razones detrás de la autolesiones en la infancia y adolescencia. De manera simplificada puedo decir que frecuentemente la persona experimenta una emoción negativa que le sobrepasa y siente una necesidad urgente de que cese ese sentimiento.
Por encima de eso frecuentemente hay una fuerte inseguridad y un odio hacia sí mismo. El adolescente cree que no podrá hacer frente a la angustia que tiene y que los demás no creerán que su angustia es real o tan dolorosa y mala como él la siente. Entonces se produce la autolesión para ayudar a aliviar ese momento de angustia intolerable.
Hay muchos estudios que muestran que las autolesiones funcionan para aliviar la angustia tanto biológica como psicológicamente, lo que termina reforzando ese comportamiento para que vuelva a producirse.
P.: Estos adolescentes, con un historial de autolesiones, ¿tienen más posibilidades de sufrir una enfermedad mental cuando sean adultos?
R.: No hay muchas investigaciones que hayan seguido a adolescentes que se autolesionan en su edad adulta para dar una respuesta a la pregunta.
Tenemos estudios que muestran que estos adolescentes paran de autolesionarse a mediados de los veinte. Sin embargo, aquellos en los que este comportamiento es más recurrente y está más arraigado puede continuar más tiempo.
Estudios en adultos muestran que del 3-4% se autolesionan. Estas muestras son algo sesgadas debido al método de muestreo. No hay evidencia de que los jóvenes que se autolesionan tengan más trastornos mentales cuando son adultos, pero sabemos que es más probable que los sufran en relación a los jóvenes que no se autolesionan.
Si reciben tratamiento y aprenden a sobrellevar mejor la situación, la mayoría se recuperará por completo y no seguirá luchando en su edad adulta.