Una vez publicados los listados de número de orden provisional de los exámenes MIR, EIR y FIR 2022, los candidatos dedican esta semanas a reflexionar sobre qué pondrán en su lista de plazas. Y para eso la mayoría de las veces la elección de la especialidad es clave, ya que será a lo que se dediquen durante el resto de su vida profesional. En función de sus preferencias y el número de orden que hayan sacado, teniendo en cuenta la elección de plaza de otros años, los aspirantes pueden estar barajando varias opciones y no tener claro por cuál inclinarse.
"La elección de la especialidad es un poco como la de la carrera: debe de ser algo que de verdad te guste, tener la perspectiva de que es a lo que vas a dedicarte los próximos 30 años...", plantea Isabel González Anglada, Jefa de Estudios del Hospital Universitario Fundación Alcorcón.
Asegura que es normal y hasta positivo que se barajen varias opciones: "Muchas especialidades te pueden resultar atractivas y si tienes un plan B y C, me parece estupendo, porque significa que puedes ser feliz en cualquiera".
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"Los aspirantes, en función de su número de orden, tienen que tomar dos grandes decisiones; elegir la especialidad que quieren y el destino para hacer la residencia. Nosotros siempre recomendamos priorizar la especialidad al destino si su situación personal se lo permite", argumenta Alfredo Carnicero, matrón y responsable de Oposalud (@alfreopeir en Instagram).
Criterios
Una vez los candidatos conocen sus opciones para escoger especialidad (dado que unas se suelen acabar antes que otras), llega el momento de reflexionar qué nos interesa, cómo será nuestro día a día y las salidas profesionales de esa opción.
Domingo Antonio Sánchez, vocal MIR de la Organización Médica Colegial (OMC), aconseja fundamentalmente "elegir una que te haya gustado estudiar, porque en la residencia vas a estudiar mucho, y si conoces a alguien de las especialidades, que te cuente un poquito ese día a día".
"Debes tener en cuenta diversos factores, entre ellos qué es lo que más te gusta hacer, el estrés que puedes llegar a tener o el estilo de vida que quieres en un futuro", aconseja José Francisco Gil Fernández, vocal del Comité de Residentes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
En su opinión, "en la decisión influyen diversas variables que no pueden reducirse únicamente a lo observado durante las prácticas en el grado o lo estudiado en cada asignatura", así que, si existen dudas importantes, recomienda que "vuelvan a pasarse por los servicios para tener una visión más o menos global que quizás no tuvieron en un principio".
No hay una receta única, dado que se trata de una decisión muy personal. Alicia Acedo, coordinadora académica de GoFIR, señala que el aspirante "debe informarse muy bien de la especialidad, es decir: tipo de rotaciones, técnicas que van a ver o realizar, el papel del especialista, salidas profesionales de la especialidad….al final se debe poner todo en una balanza y priorizar lo que se considere más importante".
Las especialidades del MIR, por ejemplo, suelen dividirse entre las que son más clínicas, más quirúrgicas, las médico-quirúrgicas y laboratorio. "Hay muchas especialidades médicas, pero tienen distinta carga de consulta o de técnicas. Tienes que ver qué te gusta más, aunque luego ya se verá el desarrollo de tu profesión en el futuro, hay gente que hace más intervencionismo cuando ni lo había pensado", expone González.
"Si te ves más horas de tu vida en el quirófano y te atrae algo manual, cirugías emergentes, pasar planta o consulta, diagnosticar patologías más complejas, intubando, haciendo cateterismos… Puedes valorar centros donde se realizan técnicas invasivas que comparten similitudes a la cirugía", opina Gil.
El desarrollo profesional
"Hablamos de los 30 años de vida profesional y parece que es una decisión que marca muchísimo, pero las especialidades tienen una amplitud brutal entre ellas", argumenta Sánchez. En el caso de Oncología, su especialidad de elección, "está el que se dedica a una patología en concreto, el experto en biología molecular, el que gestiona, el de los ensayos clínicos...desde cada especialidad hay luego un amplio abanico de posibilidades".
En opinión de Carnicero, "si el número de orden no le llega para hacer la especialidad que desea nosotros recomendamos enfrentarse de nuevo a la prueba EIR el siguiente año porque las posibilidades de coger mejor puesto aumentan mucho y hacer una especialidad que no te gusta no suele tener un buen final".
"La profesión es preciosa y en todas las especialidades te puedes sentir igual de realizado", opina la jefa de estudios de la Fundación Alcorcón. "Y hay alternativas. No es frecuente, pero cada dos o tres años tenemos alguno que pide un cambio de especialidad o renuncian. Hasta que empiezas a trabajar no vives realmente la especialidad: a lo mejor uno se espera en Traumatología operar mucho y el 80% son consultas. Siempre hay tiempo para cambiar".
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