El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó recientemente los resultados de una encuesta a los españoles, preguntándoles cuál era la principal razón que genera violencia contra las mujeres. La opción más votada entre la sociedad fueron los problemas de salud mental de los agresores, razón completamente errónea desde el punto de vista de la Psiquiatría. Redacción Médica habla con tres especialistas que desmitifican esta idea plasmada entre la sociedad, ofreciendo a su vez una visión mucho más realista de la realidad ligada a las agresiones sexuales.
Josefina Pérez, psiquiatra del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, expone las cifras actuales para romper con una visión que se ha generalizado entre la población en relación a la violencia contra las mujeres: “Solamente el cinco por ciento de los maltratadores tienen una enfermedad mental. Por otra parte, si nos ceñimos a agresiones sexuales, la cifra aún baja más, ya que hablamos de solamente un uno por ciento de personas que violan en grupo o individualmente y sufren una patología mental. Los violadores son conscientes de lo que hacen, son malas personas y no enfermos mentales”.
Por otra parte, la especialista remarca que la población que sufre alguna enfermedad mental acostumbra “a ser a menudo víctima de la violencia, tanto hombres como mujeres, y no al revés. Así pues, la violencia es mucho más alta entre la población que no sufre ningún tipo de patología psiquiátrica”.
"La tasa de trastornos mentales en las víctimas de agresiones es muy superior a la que se da entre los agresores", concuerda Manuel Martin Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM). "En general, las personas con trastornos mentales son víctimas, no agresores", añade.
El estigma que existe sobre la enfermedad mental es el motivo por el cual, según el psiquiatra Narcís Cardoner, “las personas lo consideran la causa de estas acciones. Hay una visión estereotipada y estigmatizada de lo que significan determinadas acciones que se atribuyen a la enfermedad, y es todo lo contrario. Los que teóricamente son los provocadores acaban siendo las víctimas. Nos encontramos ante una situación opuesta a lo que la población considera como más probable”.
La violencia sexual, "muy cercana" de la víctima
Otro aspecto remarcado por la psiquiatra es que esta situación es un problema social, además de asegurar que “la violencia sexual es muy cercana. La mayoría de las veces las personas que lo sufren viven en la misma casa que el agresor, se encuentran en su entorno o son gente conocida. En un porcentaje muy alto existe relación con la víctima. El ser humano desgraciadamente tienen una parte de violencia interna que no tiene nada que ver con la salud mental. Tener actitudes perversas no tiene que ver directamente con una patología del cerebro, se trata de otra dimensión totalmente desvinculada de la especialidad”.
El psiquiatra sigue la estela de Pérez, y afirma que “se deben tener en cuenta otros determinantes que no tienen nada que ver con la salud mental, como pueden ser los sociales, económicos, los valores, etc. Que muchas veces definen a una sociedad. Se trata de un tema que debe hablarse con más profundidad y trasmitir a la población visiones mucho más realistas”.
Por su parte, Martín añade que lo que sí se ha visto es un consumo de "alcohol y sustancias tóxicas, como la cocaína" en un porcentaje importante de los agresores sexuales. "Esto se ha visto en es en estudios que se han hecho en personas que han sido condenadas por agresiones sexuales". " El alcohol y otras sustancias tóxicas podrían ser factores que están relacionados con las agresiones sexuales, pero no la enfermedad mental", afirma el psiquiatra.
Además, el psiquiatra señala que "sí que en cierta medida puede reflejar un cierto estigma hacia las personas con enfermedad o trastornos mentales". Pero, añade que, aunque la encuesta del CIS "destaca" esto, los porcentajes de todas las opciones "son bajos". "Tampoco creo que se pueda decir que sea la principal causa a la que se atribuye", explica. Ya que también destaca un 10 por ciento que piensa que es por falta de educación y valores, un 8 por ciento que habla de sentimiento de superioridad, poder y derechos y un 6 por ciento que indica como posible causa los sentimientos de inferioridad, inseguridad, falta de autoestima y complejo. "Si los sumamos son más que el porcentaje que se atribuye a trastornos mentales", concluye.