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Actualidad y Artículos | Psiquiatría legal y forense   Seguir 5

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Aplicación de la Psychopathy Checklist Screening Version (PCL:SV) en una muestra forense.

  • Autor/autores: Cuquerella A*, Torrubia R**, Subirana M*, Mohíno S***, Planchat LM*, Orós M*, Navarro JC****, López JM****, Genís F****.

    ,Artículo,Psiquiatría legal,


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Artículo | 24/02/2003

INTRODUCCIÓN.

Una de las preocupaciones más patentes en la sociedad actual, y específicamente dentro del mundo científico es el aumento alarmante de los índices de violencia y de comportamientos antisociales intraespecie. La violencia y las conductas agresivas son cada vez más relevantes dentro de las pautas anormales de convivencia humana, lo que plantea a la sociedad y a los especialistas en conducta humana cuál es realmente el alcance de dicho fenómeno.



El comportamiento agresivo es innato, defensivo intra e interespecies, y muchas veces se concreta en actitudes, gestos, miradas y otros comportamientos humanos de no-contacto físico, que solucionan la mayor parte de potenciales conflictos. De otro modo, sí es un hecho que la violencia física, psíquica y la hostilidad contra las personas y las cosas ha aumentado lo cuál, juntamente con edades cada vez más precoces en la manifestación de estos fenómenos, o la aparición de diagnósticos dentro del ámbito forense y penal como el Síndrome del niño maltratado, la mujer maltratada, o el maltrato a los ancianos, crean un clima de cierta alarma social. La preocupación social por la violencia es, por lo tanto, creciente, y prueba de dicho interés es el aumento paralelo de congresos, simposiums y artículos de investigación referidos al fenómeno.



Dentro del ámbito estrictamente penal, el estudio del comportamiento agresivo específicamente humano se interrelaciona fundamentalmente con algunos trastornos de la personalidad, cada vez más eficazmente diagnosticados. Así, fuera del Trastorno límite de la personalidad, el Trastorno antisocial de la personalidad -TAP- aparece como un patología asociada con frecuencia a delincuentes preventivos y penados dentro de nuestros centros penitenciarios.



De una manera más específica, podríamos decir que el Trastorno antisocial de personalidad -TAP- se diagnostica alrededor de un 70% en población reclusa. El hecho de que el propio comportamiento delictivo forme parte del diagnóstico de este trastorno hace que éste sea poco discriminante entre todas aquellas personas que son acusadas y/o penadas de delitos especialmente graves dentro del sistema judicial. Un diagnóstico mucho más específico seria el de Psicopatía, que reuniría características conductuales propias del DSM-IV (APA, 1994) y rasgos de personalidad del CIE 10 (OMS, 1990), evaluando en el individuo aspectos de personalidad potenciales, y conductas observadas. La psicopatía -TPP- sí discrimina entre la población reclusa, estableciéndose aproximadamente una prevalecida del 15-25% de TPP dentro de dicho grupo.



El diagnóstico de psicopatía permite pronosticar riesgo de peligrosidad futura en el individuo. Así, se ha constatado, en individuos con dicho diagnóstico: (1) más alto riesgo de reincidencia delictiva, (2) mayor número de sanciones en el ámbito penitenciario, (3) asociación con delitos más graves (lesiones graves, violación, homicidio, asesinato), (4) más número de quebrantamientos de condena, (5) asociación mayor con delitos como las agresiones sexuales (violaciones), o (6) menor adaptación a programas de tratamiento usuales en internos de prisiones, con distorsión y/o manipulación del resto de internos.



Es en esta línea que la entrevista semiestructurada denominada Psychopathy Checklist Screening-Version (PCL-SV) permite diagnosticar, mediante una (a) entrevista al sujeto de unos 45-60' y (b) información complementaria de éste (archivos penitenciarios, informes psicológicos, informes sociales, familiares), el alto, medio o bajo grado de psicopatía, con las implicaciones directas respecto al futuro penitenciario y penal ulterior que describíamos en el párrafo anterior.



La importancia de estos datos dentro del ámbito la población forense en nuestro ámbito cultural (detenidos, preventivos) permitiría disponer de una herramienta diagnóstica de alto nivel, validada ja en el ámbito penitenciario , que evaluaría cuantitativa y cualitativamente la psicopatía dentro del subgrupo poblacional que usualmente ve el médico forense antes del juicio oral, peritando el estado psíquico del sujeto e informando al tribunal sentenciador de variables que pueden ser muy útiles en cuanto al establecimiento de la responsabilidad del sujeto, o las posibles medidas de seguridad que pudieran estimarse.

MARCO TEÓRICO.

<b>2.1 TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD VERSUS PSICOPATÍA:

</b>



El Trastorno Antisocial de Personalidad -TAP-, de acuerdo con la última versión del DSM-IV (APA, 1995), se caracteriza por una "persistente violación de los derechos de los demás", concretándose dicha transgresión en una serie de conductas que el evaluador debe valorar para objetivar o no dicho trastorno. Por otro lado, el ICD 10 (OMS, 1993) evalúa diferentes rasgos o aspectos de la personalidad (crueldad, intolerancia a la frustración, incapacidad para sentir culpa) que orientan más el diagnóstico hacia variables de personalidad no contempladas en la clasificación de la APA. Ambas clasificaciones definen por separado aspectos conductuales y de personalidad, por otro lado cada vez más cercanos y convergentes, que diferentes autores han ido integrando en el diagnóstico actual de la psicopatía. Cleckley (1941) aunó diferentes características conductuales y rasgos de personalidad que sentaron las bases actuales para el diagnóstico de dicho trastorno, y que se exponen a continuación:

Foto MARCO TEÓRICO.

Será un autor como R.D. Hare quien operativiza y actualiza mediante la Psychopathy Checklist las características conductuales, interpersonales, afectivas y cognitivas propias de la psicopatía, desde un modelo dimensional de la misma. Mediante la evaluación de 22 ítems, inicialmente (PCL; Hare, 1980), y posteriormente 20 en la Psychopathy Checklist: Revised (PCL:R; Hare, 1991), Hare evalúa en esta entrevista semiestructurada, junto con información objetiva complementaria del propio sujeto, el grado de psicopatía. Ya en 1995 publica la versión reducida de la PCL-R, esto es, la Psychopathy Checklist: Screening Version (PCL:SV; Hart, Cox y Hare, 1995), cuyos ítems se agrupan en dos factores, siendo éstos:

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<b>2.2 ASPECTOS NEUROBIOLÓGICOS Y EDUCACIONALES DE LA PSICOPATÍA</b>



Si bien la investigación ha enfocado desde siempre la psicopatía desde una perspectiva de personalidad anómala, cuyas potencialidades y conductas deben ser prevenidas, diagnosticadas y/o tratadas adecuadamente en un futuro, el origen de dicho trastorno sigue siendo ampliamente debatido. Desde perspectivas puramente biologistas, hasta razonamientos estrictamente sociológicos, las teorías que han intentado explicar este trastorno han ido sucediéndose.



El enfoque actual de esta cuestión, pragmático, empírico y ampliamente replicado por diferentes autores, englobaría fundamentalmente datos neurobiológicos, sociológicos y educacionales, considerando al psicópata una potencialidad que "nace", y que el ambiente modela hasta alcanzar una socialización y una relación determinada con el medio que le rodea. Los estilos parentales (Lykken, 2000) pueden determinar que un educación intensa sobre un niño difícil pueda convertir a éste en un sujeto socializado, y a la inversa, una educación incompetente por padres sin un mínimo de control sobre su hijo, pueden convertir a un niño normal en un sujeto fuertemente antisocial. En el primer caso pueden existir componentes temperamentales (conductas compatibles con psicopatía) que dificulten un aprendizaje correcto, pero alcanzable con una adecuada intensidad docente y sanciones adecuadas; en el segundo caso, el sujeto puede llegar a ser sociopático.

Fig. 1: Relación competencia parental/socialización (Lykken, 2000)

El conjunto de datos que pueden explicar, de algún modo, la génesis o modelaje de los comportamientos psicopáticos, sociopáticos y/o agresivos son los siguientes:

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En relación a las bases neurobiológicas de la psicopatía, es ya un hecho probado que la disfunción del sistema nervioso central, en cuanto al lóbulo frontal, sistema límbico, hormonas sexuales, o incluso frente a determinados neurotransmisores, que puede condicionar las respuestas ante el medio del sujeto desde pequeño, mediatizada por los estilos parentales, el aprendizaje vicario o los tóxicos, por ejemplo.



Si bien todos estos datos podrían entenderse desde una óptica jurídica como deterministas, o limitadoras del sujeto en cuanto a su libre cognición y volición y, por tanto, merecedoras con más relevancia de atenuantes o eximentes ante conductas probadamente delictivas de éstos sujetos, nuestra intención sólo es considerar dichos hallazgos como un elemento más a la hora de entender el por qué de las conductas de los sujetos en general, y de los psicópatas en particular. Los hallazgos simplemente explican la mayor vulnerabilidad o fragilidad de determinados sujetos ante determinadas situaciones, no las justifican o predeterminan en un sentido Lombrosiano.



Es con relación a los comportamientos antisociales y violentos, que la íntima relación entre lóbulo frontal, impulsividad, condicionamiento insuficiente al miedo y conducta delictiva, entre otros, queda patente en el siguiente esquema:

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<b>2.3 EVALUACIÓN FORENSE DE LA PSICOPATÍA: PCL-SV </b>



Se han utilizado hasta el momento actual numerosas pruebas psicométricas para la evaluación de la psicopatía. Así, encontramos las escalas de Desviación psicopática (Pd)





y/o Hipomanía (Ma) del MMPI (Hathaway y McKinley, 1943; Dahlstrom y Welsh, 1960; Butcher, Dahlstrom, Graham, Tellengen y Kaemer, 1898), incluso junto a la escala de Socialización (So), mostrando correlaciones fundamentalmente con el factor II de Hare, al igual que la escala So del CPI de Gough.



Otras escalas cuya correlación es positiva con el factor II (PCL:SV) serían la Sensibilidad al castigo-Sensibilidad a la recompensa (SCSR; Torrubia, Ávila, Moltó y Segarra, 1993; Torrubia, Ávila, Moltó y Grande, 1995), escala de Búsqueda de Sensaciones (SSS, Zuckermann), escala de Antisocialidad del Millon Clinical Multiaxial Inventory (MCMI-I/MCMI-II; Millon, 1981, 1987) o las escalas N5 (impulsividad) y E5 (búsqueda de sensaciones) del NEO-PI-R (Costa y Mc Rae, 1993).



Con el factor I de la PCL-SV obtenemos correlaciones positivas con la escala de Maquiavelismo (Match IV), o la escala de narcisismo (NPI). Si bien las escalas mencionadas anteriormente nos acercan al diagnóstico dimensional de la psicopatía según Hare, sí permiten dar validez de contenido a lo que medimos realmente con la PCL-SV, es únicamente esta última herramienta la que aúna características parciales apuntadas en dichas escalas, caracteriales respecto al factor I, y conductuales respecto al factor II.



Otras pruebas psicométricas utilizadas para evaluar la impulsividad han sido por ejemplo la Eysenck impulsivity scale, Barrat impulsiveness scales, o el IVE (impulsividad, aventura y empatía). Las escalas de agresividad directa/indirecta de Karolinska, la hostilidad del Buss-Durkee hostility inventory, escala de Maquiavelismo (Match IV), o la escala de narcisismo (NPI) también han sido útiles.



La Psychopathy Checklist Screening-Version (PCL-SV) es una nueva herramienta para evaluar la psicopatía, las características psicométricas de la cuál (fiabilidad interevaluadores, consistencia interna, validez concurrente -escalas SCSR, Karolinska scales of personality y Questionnaire of psychopathy-) ya se han demostrado en una muestra penitenciaria española . El PCL-SV es una escala clínica que utiliza información procedente de las respuestas del individuo a una entrevista semiestructurada (antecedentes personales, familiares, laborales, afectivos, delictivos), y por otro lado la información que se obtiene de archivos penitenciarios (datos obtenidos de entrevistas a familiares, informes psicológicos previos, antecedentes penales, pruebas psicométricas anteriores, informes escolares) que completan y objetivan la anterior. Sin la información complementaria, pues, es inocua la valoración sólo en función de los datos que en la entrevista que el sujeto nos haya podido facilitar, pues evidentemente es información fácilmente manipulable por el propio entrevistado, y debe ser siempre contrastada con fuentes externas (objetivas) al sujeto.



La puntuación de los 12 ítems de que consta la prueba oscila entre el 0 (no aplicación ítem) hasta 2 (total concordancia total con el ítem). La puntuación total oscila entre 0 y 24 puntos, con una línea de corte media de 18 (psicopatía significativa), siendo el puntaje total la suma de la correspondiente al parcial del primer factor o Factor I (egoísmo, insensibilidad y ausencia de remordimiento) más la del Factor II (estilo de vida crónicamente inestable y antisocial) del Análisis factorial.



En su utilización, son los propios autores (Hart, Cox y Hare, 1995) quienes recomiendan un período de entrenamiento con casos reales y un supervisor, en orden a homologar (a) el actual concepto de psicopatía (Hare) en el que se basa la PCV-SV, (b) la propia administración de la entrevista, sin sesgos por parte del entrevistador, y (c) la correcta puntuación de los 12 ítems a evaluar, cuya ponderación real sólo se obtiene evaluando tipología o perfiles delictivos.



Con relación a esta última cuestión, podríamos considerar determinados perfiles de evaluación, propuestos en este artículo con fines únicamente metodológicos, con individuos tipo I, cuyo prototipo serían rasgos caracteriales marcados de psicopatía (factor I de Hare +) sin graves conductas antisociales; tipo II, cuyo perfil respondería al TAP (DSM IV, 1995), con puntuación en factor II de Hare significativa y rasgos caracteriales poco relacionados con la psicopatía; tipo III, sin puntuaciones significativas en ninguno de los dos factores (delincuente común, por ejemplo), y tipo IV, cuyas elevadas puntuaciones en ambos factores orientarían hacia una psicopatía clara y concordante plenamente con el actual concepto que de ella tenemos actualmente.



Finalmente, también pueden valorarse diferentes "intensidades" en cuanto a la puntuación total de la escala PCL-SV. Si en el párrafo anterior diferenciábamos cuatro "subtipos" en función de su peso específico relativo a los factores I (parte 1ª) o II (parte 2ª) de la escala, en cuanto a la puntuación total, los autores7 diferencian alta psicopatía (psicopatía significativa) a partir de un puntaje de 18, media psicopatía entre 12 y 17, y baja psicopatía cuando la puntuación es inferior a 12. Podríamos decir que no es comparable por ejemplo, una puntuación de 12 sólo en el factor I, en el que se evidenciarían rasgos caracteriales psicopáticos importantes, sin conductas "antisociales" objetivables, frente a una puntuación de 12 entre ambos factores, cuyo



interés forense o relativo al diagnóstico de psicopatía quedaría, pues, más diluido.



No hay que olvidar, por otro lado, que se define a la PCL-SV como un instrumento de screening, esto es, un instrumento psicométrico cuya finalidad es la poder identificar sujetos candidatos al diagnóstico de Psicopatía, originario por otro lado de la matriz PCL-R. El propio autor de ambas pruebas sugiere que, una vez detectado un sujeto con posible psicopatía, debería entonces afinarse el diagnóstico aplicando la PCL-R, mucho más exhaustiva y sin tantos falsos positivos como su versión reducida.



Si bien en ámbitos anglosajones y nacionales (Moltó, Poy y Torrubia, 2000) la utilización tanto de la PCL como de su versión revisada PCL-R, para evaluación en contextos forenses, ha sido creciente en nuestro país, la progresiva utilización de la versión PCL-SV y su correlación con variables penitenciarias, sociodemográficas o delictivas también ha motivado un creciente aumento de su uso en nuestro medio para su aplicación en ámbitos forenses. Así, variables como edad de abandono del hogar, edad de la primera relación sexual, variedad de abuso de sustancias, edad del primer arresto, número de ingresos en prisión, número total de penas cumplidas, o el número total de condenas por año de libertad correlacionan significativamente con el factor II (conducta persistentemente antisocial, crónica e inestable).

<b>2.4 ASPECTOS JURISPRUDENCIALES</b>



En el conflicto entre los denominados psicópatas o sociópatas, y la sociedad, los tribunales solicitan al perito forense evaluaciones sobre la responsabilidad en la conciencia y volición respecto a aquellos actos antinormativos cometidos -imputabilidad- en orden a establecer la culpabilidad o no sobre dichos actos, y por ende, su pena en las correspondientes sentencias.



De un modo somero, reuniendo sentencias, documentos y aspectos parciales de determinados códigos penales internacionales (Estados Unidos, Canadá, Israel, China, Portugal, Alemania, Italia, Gran Bretaña o Argentina, entre otros), abordamos (Ortega-Monasterio, Cuquerella, Subirana, Mohíno y Sánchez, 2001) en este apartado las diferentes sensibilidades en ámbitos judiciales nacionales e internacionales, frente al Trastorno Antisocial de Personalidad.



Podemos afirmar, de otro lado, que la corriente jurisprudencial del Tribunal Supremo, hasta hace pocos años, consideraba en la mayoría de los casos una plena imputabilidad -plena conciencia/inteligencia y volición sobre los actos penales cometidos, cuando únicamente se diagnostica TAP, si bien la actual corriente aplica





en determinados casos la llamada atenuante analógica (art. 21.6º de Código Penal) si concurren, además del TAP, politoxicofília (patología dual), oligofrenia leve, trastorno límite, alcoholismo, pedofília, trastornos depresivos u otros TP asociados, o incluso aprecian una eximente incompleta (art.21.1º CP), si la gravedad del trastorno asociado es mayor, reduciendo considerablemente la punición por los actos cometidos.



No deja de ser paradójico que hallemos sentencias en las que se habla de psicopatía epileptoide, psicopatía hipertímica de Schneider, psicopatía explosiva (Martínez, 2001), en las que se generaliza el término psicopatía ("Trastorno Psicopático de Personalidad") a la totalidad de trastornos de la personalidad, o a aspectos clínicos de la misma que podrían, desde un punto de vista psiquiátrico, englobarse en entidades nosológicas tal vez más precisas. Debería pues, abandonarse la antigua asimilación entre tipologías de Schneider y psicopatía, en lo que a su actual concepto se refiere.



En cuanto a la legislación comparada, la consideración relativa a una responsabilidad plena también es generalizada, si bien de forma particular algunos países consideran atenuantes o agravantes en función de la profundidad de trastorno -caso de Sudáfrica, Alemania, Italia, Estados Unidos-, aplican -o no (China, Rusia)- la intoxicación como atenuante/agravante, o considerar la peligrosidad/reincidencia o riesgo de violencia futura como agravante -Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel-.

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<b>2.5 CORRELATOS PCL-SV Y PATOCRONOBIOGRAFÍA DEL PSICÓPATA. PELIGROSIDAD.</b>



Hasta el momento actual, la peligrosidad criminal del reo ha sido y es, en al ámbito judicial en general, y en la aplicación de medidas de seguridad en particular, una cuestión tan relevante como difícil de acotar. La antaño Ley de Peligrosidad social, sucedida por la Ley de Vagos y Maleantes, englobaba a tipologías de delincuentes y perfiles de personalidad tan dispares, que su conceptualización desde el punto de vista estrictamente médico forense se hacía harto complicada. Es más, asomaban en determinadas épocas puntos de vista morales ligados a la época, que hacían inalcanzable una exacta acotación de su significado en estrictos términos medico forenses.



Es en la época actual, gracias al uso cada vez más frecuente de la evaluación psicométrica de la personalidad, fruto de la colaboración entre la medicina y la psicología forense -emergente en el ámbito judicial-, que ha supuesto un enfoque técnico enriquecedor para el conjunto de las evaluaciones de delincuentes, incluyendo aquellos casos en los que gravedad del delito, y/o de las características conductuales/caracteriales del sujeto que lo comete, requieren en su valoración penal y penitenciaria la evaluación de aspectos como la posibilidad de reincidencia, trastornos psiquiátricos o de personalidad asociados, o el nivel de toxicofília. En todo caso, el estudio de la personalidad del delincuente es básico en todo sujeto en el que no sean relevantes trastornos psicopatógicos mayores.



Una aseveración sí es cierta a todas luces: "la mejor manera de prever el futuro es estudiar el pasado". Es en esta línea, que la PCL-SV basa parte de su evaluación del sujeto en estudiar su comportamiento infanto-juvenil y adulto, en orden a estudiar longitudinalmente en la biografía del sujeto qué aspectos son más relevantes en su modus vivendi, incluyendo las actividades delictivas o margino-delicuenciales. En otro orden de cosas, ya durante las últimas dos décadas se ha correlacionado en ámbitos anglosajones, puntuaciones entre la psicopatía-PCL y conductas ulteriores del sujeto a dichas evaluaciones, obteniéndose resultados concluyentes que realzan la importancia de dicho instrumento. Así, variables precedentes a futuros delitos del propio sujeto (sociodemográficas, delictivas, penitenciarias) han pronosticado con certeza estadística conductas consecuentes.



Con relación a diagnósticos de eje I del DSM-IV (APA, 1995), y a otros surgidos recientemente, el Trastorno Antisocial de la personalidad o psicopatía puede asociarse a entidades como el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, Trastorno negativista desafiante, Trastorno de control de los impulsos no-especificado, Trastorno sádico de personalidad, Trastorno por dependencia a estimulantes, ludopatía, Síndrome de la mujer maltratada, Síndrome de la gente mayor maltratada, o incluso del propio Síndrome del niño maltratado. Muchos comportamientos psicopáticos o antisociales estas implicados parcialmente en los perfiles de sujetos responsables o implicados en las patologías antes mencionadas.



La psicopatía evaluada mediante la PCL-SV, correlaciona pues, significativamente desde un punto de vista estadístico, con variables como:

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Otras variables de personalidad que se han asociado, junto con la psicopatía, en establecer un especial pronóstico de gravedad o peligrosidad en la comisión de delitos son:

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Centrándonos más específicamente en tipologías delictivas, diremos que en cuanto a delitos sexuales, únicamente se detectan personalidades psicopáticas en un 10-15% de delincuentes paidófilos, mientras que en violaciones puede alcanzarse el 40-50%. Stone (1998) postula la coexistencia del "Trastorno Psicopático de Personalidad" con el denominado Trastorno Sádico de Personalidad. Estudios sobre perfiles criminales en USA describen a un 50% de asesinos de policías diagnosticados como psicópatas. Finalmente, un 25-30% de maltratadores domésticos se han asociado al TAP/TPP (Echeburúa et al, 1996).

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Así, los diferentes aspectos estudiados anteriormente (rasgos de personalidad, delitos, entidades psicopatológicas y aspectos delictivos) podríamos concluir que existe un correlato positivo entre estas variables y los dos factores que definen a la PCL-SV, esto es, el factor I (desapego emocional) y el factor II (estilo de vida antisocial, crónico e inestable).

OBJETIVOS.

Dada la inexistencia dentro de nuestro medio de datos relativos al ámbito estrictamente medico forense, esta investigación pretende (a) iniciar el estudio y evaluación sistemáticas de la psicopatía dentro de población delictiva de nuestro medio cultural (Cataluña, España), en fase de instrucción judicial-, y (b) establecer una mínima pero futurible base de datos, relativa al estudio con un instrumento adecuado en población forense de un subgrupo de individuos que aislamos del poco discriminante diagnóstico de psicopatía. La prevención de conductas de riesgo futuras como la reincidencia delictiva o los quebrantamientos de condena, peligrosidad criminal, o la predicción de respuesta a futuras intervenciones psicosociales sobre estos sujetos pueden fundamentarse sólidamente los resultados de la aplicación de la PCL-SV, tal y como ya se ha demostrado en otros países en los últimos años.



Además, y de acuerdo a los datos obtenidos, pretendemos (c) agrupar los casos en diferentes grupos, intentando replicar las diferentes tipologías de delincuentes (comunes, antisociales, insensibles emocionalmente y psicópatas) en función de las puntuaciones de la Psychopathy Checklist Screening Version -PCL:SV-, mediante un análisis tipo cluster.

MÉTODO.

El diseño del estudio ha sido de tipos transversal -retrospectivo-, aplicando la Psychopathy Checklist Screening version -PCL:SV- a un total de 17 sujetos.

<b>4.1 SUJETOS:</b>



Los sujetos se han obtenido aleatoriamente, de todos aquellos casos judiciales donde se requirió la intervención pericial del médico forense por la autoridad judicial. Se han recogido casos en los juzgados de guardia de Barcelona, y en los respectivos juzgados de instrucción de los autores del trabajo y de sus colaboradores -Juzgados de Barcelona, Cornellá de Llobregat, Sant Boi de Llobregat i Terrassa-.





a. Los criterios de admisión han sido:



-Sexo: hombres.

-Edad: desde los 18 años en adelante. El estudio de R. Hare establecía un promedio en sus muestras de validación de la PCL:SV de 31.2 a 34 años).

-Bagaje cultural: se han descartado sujetos de culturas ajenas a la propia del país, para evitar distorsiones (creencias, valores) del medio del cuál provenían.

-Antecedentes penales, delictivos, ingresos psiquiátricos: preferente-mente antecedentes en el sujeto de impulsividad, delitos graves -homicidio, lesiones, maltratos-.



b. Criterios de exclusión:



-Diagnósticos de deterioro o retraso mental, o anomalías conduc-

tuales severas y/o sedación farmacológica excesiva, durante la

exploración.

-Negativa (no voluntariedad) del sujeto a formar parte del estudio.

-Pacientes que contesten aleatoriamente a la entrevista, o a las

pruebas psicométricas añadidas a las respectivas periciales.

<b>4.2 INSTRUMENTO. PCL:SV </b>



La versión reducida de la PCL-R, es decir, la PCL-SV, evalúa 12 ítems que permiten establecer un diagnóstico baja, media o alta psicopatía, con demostradas propiedades predictivas y pronósticas.



El tiempo medio de administración de la PCL:SV suele ser de 60-90', con un total de doce ítems. Los seis primeros ítems -superficialidad, pretenciosidad, falsario/mentiroso, ausencia de remordimiento, ausencia de empatía, y no-aceptación de responsabilidades- se agrupan bajo un primer factor denominado "egoísmo, insensibilidad y utilización de los demás sin remordimiento", y un segundo factor denominado "inestabilidad crónica y antisocial, estilo de vida socialmente desviado", que agrupa los ítems: impulsividad, pobre control de conducta, ausencia de objetivos, irresponsabilidad, conducta antisocial en la adolescencia, y conducta antisocial adulta.



Los datos colaterales se obtendrán del historial médico y/o entrevistas con familiares si es posible, de acuerdo al siguiente protocolo:



1. DATOS DEMOGRÁFICOS

2. HISTORIA FAMILIAR

3. HISTORIA EDUCACIONAL

4. HISTORIA LABORAL

5. RELACIONES MARITALES Y DE PAREJA

6. HISTORIA MÉDICA

7. HISTORIA DE ABUSO DE SUSTANCIAS

8. TESTS PSICOLÓGICOS

9. MISCELÁNEA DE INFORMACIÓN ADICIONAL

10.DELITOS ANTIGUOS

<b>4.3 VARIABLES ESTUDIADAS. ANÁLISIS ESTADÍSTICO </b>



Los datos han sido tratados estadísticamente mediante el paquete estadístico SPSS/PC, y estudio analítico con técnicas de (a) correlaciones bivariantes (Spearman-Brown), (b) alfa de Cronbach (consistencia interna), x2 (análisis cualitativo) entre la PCL:SV y las variables sociodemográficas. Finalmente, se utilizó el análisis cluster (método Ward con distancia euclídea al cuadrado), además del ANOVA y contrastes Schefé.



El listado de variables sistematizadas con Excel '95 en los 17 casos obtenidos ha sido el siguiente:



1. CÓDIGO CASO

2. DATA DE NACIMIENTO DEL SUJETO

3. EDAD

4. ETNIA

5. NIVEL EDUCATIVO

6. NÚMERO DE HERMANOS

7. POSICIÓN ENTRE HERMANOS

8. PRESENCIA/AUSENCIA DE ALCOHOLISMO I/O MALTRATO PATERNO

9. PRESENCIA/AUSENCIA DE ALCOHOLISMO Y/O MALTRATO MATERNO

10. NÚMERO DE RELACIONES DE PAREJA ESTABLES

11. EDAD PRIMERA RELACIÓN SEXUAL

12. NÚMERO RELACIONES SEXUALES PUNTUALES

13. ANTECEDENTES PSIQUIÁTRICOS

14. PUNTUACIÓN TOTAL PCL:SV

15. PUNTUACIÓN FACTOR I PCL:SV

16. ÍTEM 1: SUPERFICIALIDAD

17. ÍTEM 2: PRETENCIOSIDAD

18. ÍTEM 3: FALSARIO/MENTIROSO

19. ÍTEM 4: AUSENCIA REMORDIMIENTO

20. ÍTEM 5: AUSENCIA DE EMPATÍA

21. ITEM 6: NO ACEPTACIÓN RESPONSABILIDAD DELICTUAL

22. FACTOR II PCL:SV

23. ÍTEM 7: IMPULSIVIDAD

24. ÍTEM 8: POBRE CONTROL DE CONDUCTA

25. ÍTEM 9: AUSENCIA DE OBJETIVOS VITALES

26. ÍTEM 10: IRRESPONSABILIDAD

27. ÍTEM 11: CONDUCTA ANTISOCIAL ADOLESCENTE

28. ÍTEM 12: CONDUCTA ANTISOCIAL ADULTA

29. EDAD EMANCIPACIÓN

30. TOXICÓMANAS

31. DELITO DEL QUE SE LE ACUSA

32. PRISIÓN ANTERIOR

33. TIEMPO PRISIÓN ANTERIOR

34. DELITOS PREVIOS

35. AUTOLESIONES

36. INTENTOS DE AUTOLISIS

37. ACTIVIDAD LABORAL

38. TEST MILLON: ESCALAS Si, De, Al, Es, F0, De, Hi, Na, An, Pa/Sa, Co, Pa/Ag,

Au, Es, Li,Pa, An, Hi, Hi, Ne.De, Ab.ol, Ab.dr., Pe.Ps,

De.Ma, Td.De

39. BETA ARMY TEST

40. TEST CAGE

41. TEST PNP:

42. TEST MMPI: EscalAs ?, L, F, K, Hs, D, Hy, Pd. MF, Pa, Pt, Sc, Ma, Si

43. TEST MINIMULT: Escales L, F, K, 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9

44. TOMOGRAFÍA AXIAL COMPUTERIZADA

45. PATOLOGIAS PREVIAS

RESULTADOS: ANÁLISIS ESTADÍSTICO.

<b>5.1 METODOLOGIA:</b>



El análisis estadístico de los datos se ha realizado, como se citó anteriormente, mediante (a) variables cualitativas [correlaciones bivariadas tipo Spearman-Brown], y mediante análisis cuantitativo con x2 [coeficiente de correlación de Pearson]. Se han establecido las medianas y desviaciones estándar de la edad, edad de emancipación, factor I, factor II, PCL:SV total, número de hermanos, número de relaciones de pareja, edad de la primera relación sexual, número de relaciones sexuales esporádicas, y tiempo de prisión anterior, con correlaciones. El nivel de confianza estimado se ha aceptado como bueno en todos aquellos resultados cuya p < 0,1.



La consistencia interna del (a) Factor I, (b) Factor II y (c ) Puntuación total PCL:SV se ha realizado con la "alfa" de Cronbach.



Finalmente, se ha realizado un análisis cluster (método Ward con distancia euclídea al cuadrado), con tal de intentar obtener una posible clasificación "en grupos" dentro de la propia muestra de 17 casos, en base a las puntuaciones de los dos factores de la PCL:SV.

<b>5.2 RESULTADOS:</b>



A. CORRELACIONES SIGNIFICATIVAS VARIABLES CUANTITATIVAS:



De acuerdo a los ítems descritos en el apartado anterior respecto a la variables cuantitativas, se han obtenido las siguientes medianas y desviaciones estándar:

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De estos datos, las correlaciones significativas entre variables cuantitativas con p < 0,10 han sido:

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B ASOCIACIONES SIGNIFICATIVAS VARIABLES CUALITATIVAS:

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C ANÁLISIS CLUSTER:



Con el propósito de efectuar una clasificación de los individuos en base a las puntuaciones obtenidas en los dos factores de la PCL:SV, se ha efectuado un análisis tipo cluster (método Ward con distancia euclídea al cuadrado).



Se obtuvieron cuatro grupos. El grupo 1 está configurado por cuatro sujetos. El segundo incluye a cinco individuos. El tercer grupo está integrado por cinco sujetos, i finalmente el cuarto engloba los tres restantes individuos (total casos=17). El grupo 3 y el grupo 4 fueron los más similares, todo y que se estimó la opción de coniderarlos como grupos separados, a fin de que el número de sujetos por grupo fuera lo más similar posible. A continuación exponemos el dendograma de agrupación de individuos:

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Con la finalidad de definir los cuatro grupos establecidos en el análisis anterior, se buscaron las diferencias significativas entre los dos factores de la PCL:SV, con un nivel de significación propuesto de p>0,05. La tabla siguiente muestra los resultados:

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Los resultados indican que el grupo 1 es el que presentó puntuaciones más bajas en todos los factores. El factor I presentaba puntuaciones significativamente inferiores al grupo 1 y, a pesar de presentar una mediana inferior al resto de grupos (3 i 4), aquéllas no resultaban significativas.

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El grupo 2 se diferenció del resto de individuos por presentar una puntuación significativamente superior al factor I. Respecto al factor II, se diferenciaba del grupo 1, presentando el grupo 2 puntuaciones significativamente superiores.



El grupo 3, respecto al factor I, únicamente se diferenciaba del grupo 2, presentando el grupo 3 puntuaciones inferiores. En relación al factor II, se diferenció del resto de grupos al obtener puntuaciones más elevadas en este factor.



El grupo 4 no se diferenciaba del resto de los grupos en cuanto al primer factor. Respecto al segundo factor, presentaba puntuaciones superiores al grupo 1 e inferiores al grupo 3.

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A continuación, se procedió a diferenciar los cuatro grupos respecto a la puntuación total de la PCL. La tabla siguiente expone las medianas y desviaciones estándar de cada grupo respecto a la puntuación total de la PCL:SV, y el gráfico anexo muestra las diferencias significativas entre los cuatro grupos, a excepción del grupo 1, que presentó medianas significativamente más bajas respecto al resto de los grupos.

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DISCUSIÓN. CONCLUSIONES .

De acuerdo con los postulados teóricos descritos en el primer apartado del presente artículo, y en base a la muestra de sujetos recogida dentro del ámbito forense desde julio hasta diciembre, debemos manifestar en primer lugar que los resultados obtenidos han sido indiciarios, aunque altamente esperanzadores, en una línea que creemos prometedora, y que en un futuro inmediato serán implementados con una casuística adecuada. El análisis estadístico realizado, arriesgado obviamente dada la escasez de la muestra, posiblemente aportará resultados más concluyentes cuando se aumente el tamaño muestral. En este sentido avanzamos en el presente artículo resultados parciales, aunque estadísticamente significativos, no contradictorios con lo esperable dentro de los fundamentos teóricos y empíricos obtenidos hasta el momento con la Psychopathy Checklist Screening Version (Hare, 1995; Moltó, Poy y Torrubia, 2000; Cuquerella, Torrubia, Navarro, López i Genís, 2002 -no publicados en su totalidad- ).



Así, en relación a las variables CUANTITATIVAS, lógicamente han sido positivas las correlaciones entre las puntuaciones de la PCL:SV Total y el factor I, factor II y tiempo de prisión anterior. La psicopatía asocia más riesgo o peligrosidad delictiva, lo cuál es compatible con delitos anteriores, variables y graves generalmente. A más tiempo en prisión anterior, pues, más elevada puntuación en los factores I, II, y puntuación total. De esta manera la mayor estancia anterior en prisión es compatible con más elevadas puntuaciones de la PCL:SV. Finalmente, es más compatible una elevada estancia en prisión con un elevado factor II (significativo), pues es el factor que asocia las conductas más propiamente "antisociales o conductas disruptivas penalmente" (estilo de vida persistentemente antisocial, crónico e inestable), tal y como refleja nuestra muestra.



De otro lado, hemos observado relaciones estadísticamente significativas entre la edad del sujeto y la edad de emancipación, reflejando la precocidad dentro de las muestras del sistema penal de individuos que abandonan a edades tempranas el hogar familiar.

En cuanto a las variables CUALITATIVAS, es valorable el hecho de que sean significativas las asociaciones dentro de nuestra muestra entre bajo nivel educativo y superior nivel de intentos de autolisis, traduciendo quizás menos recursos/habilitadas cognitivas aprendidas, para canalizar tensiones o inestabilidades emocionales. Es en este sentido que podríamos también intentar explicar el mayor número de autolesiones en aquellos sujetos con más antecedentes delictivos. Es también explicable que los antecedentes de prisión y la menor actividad laboral previa, por falta de hábitos laborales o interferencias entre la actividad delictiva previa y la adquisición de pautas laborales estables.



Un segundo aspecto que querríamos comentar es el hallazgo de cuatro grupo en función de las puntuaciones PCL:SV total, factor I, y factor II. A pesar del pequeño tamaño de la muestra, que no justificaría plenamente la utilización de determinados instrumentos estadísticos que sí hemos aplicado, los resultados obtenidos nos pueden orientar positivamente hacia un posible contructo teórico y empírico hallado en otros estudios (Cuquerella, Torrubia, Navarro, López i Genís, 2002). Así, mediante la combinación de los dos factores de la PCL, factor I (caracterológico: frialdad emocional) y el factor II (conductual: antisocialidad) respecto a la puntuación PCL:SV total, nuestros cuatro grupos muestran con una aproximación esperanzadora los perfiles de delincuentes que hemos podido hallar en la muestra de validación española de la PCL:SV. Así, tal y como definíamos en el apartado teórico de una manera arbitraria pero metodológicamente válida, con la PCL:SV sabíamos que pueden combinarse las puntuaciones parciales de la PCL:SV en este sentido:



I. Individuos con factor I bajo y factor II bajo: compatible con delincuentes

comunes

II: Individuos con factor I alto y factor II bajo: caracteropatía psicopática:

frialdad emocional, ausencia de empatía, ausencia de arrepentimiento

encanto superficial, narcisismo, i ausencia de responsabilidad

delictiva.

III.Individuos con factor I bajo y factor II alto: sociopatía, compatible con

diagnóstico de Trastorno antisocial de la personalidad, pero mínimos

rasgos psicopáticos. Dentro de la muestra de Hare (1995), los resul-

tados indicaban aproximadamente un 70% de trastorno antisocial

de personalidad dentro de las prisiones, y entre un 15 a 25% de

psicopatía significativa (PCL:SV superior o igual a 18).

IV.Individuos con factor I elevado y factor II elevado: psicopatía

clínicamente significativa, con los dos factores elevados.





En el cluster obtenido, a pesar del pequeño tamaño de la muestra, parece indiciario el hecho de haber obtenido, dentro de los cuatro grupos, un Grupo 1 con puntuaciones bajas en todos los factores; Grupo II, con altas puntuaciones en el factor I (rasgos caracteriales); Grupo 3, con elevada puntuación en el factor II (antisocialidad), y el Grupo 4, parecido al grupo 3 pero con puntuaciones menores del factor II (menos "antisociales", si se me permite la expresión). Con una muestra más numerosa, posiblemente la diferencia entre grupos sería mayor, hecho que pretendemos demostrar en investigaciones próximas.



En cuanto a los grupos, sí podríamos afirmar que el grupo 1 no muestra antecedentes delictivos, con una PCL:SV total baja, coincidiendo casualmente dos de los tres casos con un delito sexual como causa de imputación penal.



El grupo 2, con preeminencia del factor I elevado, destaca por integrar sujetos con alta impulsividad y pobre control conductual e intolerancia a la frustración, relacionados con delitos también impulsivos (agresión sexual repetida, agresión con lesiones faciales deformantes, homicidio, asesinato y numerosos delitos asociados en el mismo individuo, o numerosos robos con intimidación el último sujeto).



El grupo 3, que podríamos denominar como el grupo psicopatológicamente más alterado, incluye individuos que presentan bien ideación paranoide (como trastorno de personalidad o trastorno psicótico delirante), o bien deterioro cognitivo asociado a politoxicomanía (robos con fuerza/intimidación en los dos casos).



Finalmente, al grupo 4 incluye a tres agresores sexuales (uno en serie), un delito de homicidio y uno de estafas repetidas a ancianas.



Finalmente, y en relación a los sujetos de la muestra descritos a lo largo del estudio, vale afirmar que la muestra obtenida expone "más factor II o antisocialidad" que factor I (ausencia de empatía i arrepentimiento, locus externo o minimización-negación del delito/efectos en víctimas, entre otros), lo cuál es compatible con el sesgo que supone la muestra recogida. Es decir, queda claro que la muestra obtenida es judicial, forense, por lo cuál estudiamos a sujetos que han sido detenidos y están pendientes de una instrucción judicial (incluso algunos en prisión preventiva), lo cuál ya ha excluido previamente por el método de selección de sujetos a todos aquellos posibles psicópatas con éxito (succesful psychopaths) que gracias a las habilidades personales, cognitivas, han podido por el momento "huir" del sistema policial y/o penal, y por tanto aún permanecer nocivamente en la sociedad sin que ésta haya podido aplicar medidas penitenciarias o de seguridad una vez juzgados conforme a derecho. En este sentido, la muestra de individuos obtenida, ha sido sesgada precisamente a causa de la elección de casos con especial relevancia criminal, y no en base a perfiles psicológicos sospechosos de psicopatía.

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AGRADECIMIENTOS:

Este artículo ha podido ver la luz gracias a la beca concedida por el "Centre d'Estudis Jurídics i Formació Especialitzada" (Departament de Justícia de la Generalitat de Cataluña), mediante la resolución JUS/2006/2002 de 26 de junio (DOGC núm. 3676, de 12/07/2002). Agradecemos a dicha institución la posibilidad que nos ha ofrecido de poder iniciar una línea de investigación relativa a la psiquiatría forense en nuestro ámbito, que prometemos será implementado con nuevas iniciativas en un futuro próximo.



Querría agradecer a los coautores de este trabajo, y especialmente a la Sra. Susana Mohíno Justes y a la Dra Mercè Subirana Domènech, el soporte tanto personal como técnico en la realización de este artículo.



A todos aquellos médicos forenses que han colaborado en la aportación y/o posible selección de la casuística medico forense a estudiar, como el Dr. Amadeu Pujol Robinat y la Dra Lluïsel.la Puig Bausili, Dr. José Luis Samanes Ara, Dr. Fco Javier González Olivan, Dra Teresa Tortosa López, Dra María Teresa Talón Navarro, Dr. Leopoldo Ortega-Monasterio Gastón Dr. Jordi Jornet Lozano, Dr. Javier Dolado Cuello, Dra Adela Vicens Gallart y Dr. Joan Ignasi Galtès Vicente.



Al personal y cargos directivos del Instituto de Medicina legal-Clínica Forense de Barcelona, por las facilidades y trato recibidos en todo momento.



Al Dr. Rafael Torrubia Beltri, profesor titular de la Universidad Autónoma de Barcelona, y al equipo de trabajo de dicha universidad en psicopatía, formada por los psicólogos Sr. Juan Carles Navarro. Sr. Juan Manel López Capdevila, Sr. Ferran Genís y Sra Yolanda Pardo Cladellas, sin los cuáles los contenidos teóricos y prácticos de este trabajo no habrían sido posibles.


Palabras clave: Psicopatía, PCL:SV, Hare, forense, Trastorno Antisocial de la Personalidad, peligrosidad
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