En un estudio a gran escala de más de 3,5 millones de adultos, investigadores del Hospital Pediátrico de Filadelfia (CHOP), la Universidad Drexel y la Universidad George Washington (GWU), todas en Estados Unidos, descubrieron que el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es muy elevado entre los adultos diagnosticados con trastorno del espectro autista.
Además, la coexistencia de TDAH se asoció con peores resultados de salud, aunque los pacientes que recibieron medicamentos para el TDAH tuvieron mejores resultados. Los hallazgos se publican en la revista 'JAMA Network Open'.
Estudios anteriores han demostrado que los adultos con autismo tienen resultados de salud subóptimos y una mortalidad temprana en comparación con la población general. La ansiedad y la depresión son más comunes y pueden conducir a una menor calidad de vida.
Por lo tanto, muchos adultos autistas y sus familias están buscando formas de identificar problemas de salud y encontrar intervenciones adecuadas.
El TDAH es un trastorno concurrente común en jóvenes diagnosticados con autismo y también puede provocar problemas de salud. Sin embargo, dado que las tasas de TDAH suelen disminuir con la edad, existe una brecha de conocimiento crítica sobre la prevalencia del TDAH en pacientes adultos con autismo. Comprender su prevalencia, así como los efectos del tratamiento del TDAH con medicación, podría ayudar a orientar la atención clínica para estos adultos.
En este estudio, los investigadores llevaron a cabo un análisis de una cohorte de adultos estadounidenses inscritos en Medicaid con autismo o discapacidad intelectual. Los datos se recopilaron entre 2008 y 2019 y se analizaron entre septiembre de 2023 y septiembre de 2024.
La muestra del estudio incluyó adultos que tenían al menos 18 años, incluidos adultos autistas con y sin discapacidad intelectual coexistente, adultos con discapacidad intelectual sin autismo y adultos de una muestra aleatoria de personas inscritas en Medicaid. En el estudio se utilizaron datos de un total de 3.506.661 adultos.
"En términos generales, las tasas de TDAH disminuyen a medida que los niños crecen, pero descubrimos que las tasas de TDAH entre los adultos autistas eran casi idénticas a las tasas de TDAH observadas en los niños autistas", comenta el autor principal Benjamin E. Yerys, psicólogo del Departamento de Psiquiatría Infantil y Adolescente y Ciencias del Comportamiento en CHOP.
"A medida que las tasas de autismo continúan aumentando en la infancia, a nivel clínico, debemos asegurarnos de que un mayor número de pacientes con TDAH coexistente en la edad adulta tengan acceso a programas de apoyo que brinden servicios para el autismo y el TDAH a lo largo de la vida de estos pacientes", añade.
El estudio descubrió que, en comparación con la población general inscrita en Medicaid, el 27% de los adultos autistas sin discapacidad intelectual tenían un diagnóstico de TDAH coexistente. Es decir, un aumento de diez veces con respecto a la población general. Además, el 40% de los adultos con autismo y discapacidad intelectual y el 19% de los adultos con discapacidad intelectual pero sin autismo tenían TDAH coexistente. Menos del 50% de todos los adultos con TDAH recibieron alguna receta médica para el TDAH.
En el caso de los adultos con diagnóstico de TDAH, las tasas de consumo de sustancias, enfermedades cardiovasculares y lesiones también fueron más altas en comparación con los adultos sin TDAH. Sin embargo, los adultos con TDAH que recibieron medicación para el TDAH tuvieron tasas más bajas de consumo de sustancias, enfermedades cardiovasculares y lesiones, con una excepción. La medicación para el TDAH no se asoció con tasas más bajas de consumo de sustancias entre los adultos autistas con discapacidad intelectual y diagnóstico de TDAH en comparación con los adultos que no tomaban medicación para el TDAH.
Utilizando estos hallazgos como punto de partida, los autores del estudio sugieren que existe una oportunidad para coordinar mejor los servicios de salud conductual, salud física y discapacidades del desarrollo para estos pacientes, e identificar qué problemas (como el abuso de sustancias) son más frecuentes y pueden conducir a intervenciones más específicas durante las citas de atención de rutina.