Sara Ortega (1986, Santander), neuropsicóloga de profesión, lleva más de quince años trabajando e investigando el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Forma parte de la Fundación Cántabra de Déficit de Atención e Hiperactividad (Cadah) desde hace años, primero como responsable del área clínica y después como directora.
-El psicólogo de prestigio internacional Luis Rojas Marcos defiende que el abordaje del TDHA es una labor de todos, no solo de los padres.
-El tratamiento del TDAH debe abordarse desde un enfoque integral, ya que impacta de forma directa en todas las áreas del afectado; personal, familiar, académica-laboral y social. La clave del éxito se basa en la coordinación de todos los agentes, como el sanitario, educativo, familiar y por supuesto, de la sociedad en general. Hablamos del trastorno psiquiátrico con mayor prevalencia en la etapa infanto-juvenil y por este motivo deben existir no solo mecanismos eficaces de intervención, sino también de detección y para ello, es fundamental la sensibilización y la formación.
-La presidenta de la Fundación, Regina Cobo, ha advertido de que si no se trata bien a un niño, de adolescente o adulto, puede llegar a tener problemas muy graves.
-La intervención temprana especializada, como en otros trastornos crónicos, de inicio en la etapa infantil, es crucial para garantizar al máximo posible una buena adaptación en la etapa adulta y evitar la aparición de problemas futuros como el fracaso académico o laboral, incluso problemas de pareja y convivencia, problemas financieros, problemas psiquiátricos, etc.
-Sin un buen diagnóstico y tratamiento, la adolescencia puede ser un campo de minas.
-La adolescencia en sí misma es una etapa difícil, porque es un duelo y como tal conlleva malestar, sufrimiento y aprendizaje. Es normal rebelarse y estar enfadado. A eso le añadimos la inseguridad de la crisis de identidad, los sesgos de pensamiento propios del adolescente y la hiperreactividad hormonal y emocional. Así se entiende que exista tanta 'rebeldía'. Si, además, este chico tiene una condición que le hace más vulnerable psicológicamente -como un TDAH- se debe prestar aún más atención y buscar ayuda profesional, si es necesario. El diagnóstico y el tratamiento evitan que los chicos con TDAH puedan tener adolescencias más graves.
- ¿A qué deben de estar atentos unos padres para detectar a tiempo este trastorno?
-Este es un trastorno muy heterogéneo. No es lo mismo un perfil inatento que uno hiperactivo. Los primeros síntomas pueden aparecer en la etapa preescolar, afectando al desarrollo global del niño, siendo recomendable acudir a un especialista, que oriente a padres y docentes.
- Hay padres que se niegan a medicar a sus hijos. ¿Hay alternativas?
-La medicación es una opción científicamente respaldada por todas las guías clínicas del TDAH, pero no debería considerarse nunca como la primera opción, ni todos los casos la requieren. Dependerá de cada paciente, pero se tratan de medicamentos seguros y eficaces.
- ¿El trastorno es de por vida o el déficit se puede llegar a corregir?
-A pesar de la cronicidad de la condición, lo que se busca es minimizar los efectos y los problemas asociados para que la persona pueda llevar una vida lo más exitosa posible, y sea capaz de manejar los síntomas y sus consecuencias sin ayudas externas. Esto es que cuando lleguen a la edad adulta sean capaces de encontrar un trabajo, una pareja o familia y una red social, y lo más difícil para un TDAH, conservarlos.
-¿Se ha avanzado estos años?
-El salto de la última década ha sido muy notable, especialmente en el campo de la neurociencia. De ahí han surgido opciones terapéuticas más eficaces, mejores herramientas de detección y diagnóstico e incluso la necesidad de cambiar el enfoque de la educación prestando más atención a cómo funcionan los cerebros de los niños.
-¿Los colegios colaboran como a ustedes les gustaría?
-La Fundación lleva trabajando, en colaboración con los centros educativos, desde su creación, en 2006. Una de nuestras principales actividades es la divulgación sobre el TDAH y los problemas asociados. La asignatura pendiente sigue siendo adaptar el sistema educativo para que este pueda responder a las necesidades reales y actuales del alumnado, especialmente los colectivos más vulnerables, no solo desde la formación académica sino también desde una perspectiva de educación emocional y social. Los alumnos con TDAH siguen siendo un grupo infradetectado, incomprendido, y cuyo camino académico está más marcado por llantos que por alegrías.
-¿Y las administraciones públicas?
-La alta demanda en salud mental infantil se ha visto incrementada exponencialmente desde la pandemia, y esto ha puesto de manifiesto la falta de recursos técnicos y logísticos. Desde nuestra fundación intentamos mitigar esta falta de recursos públicos.
