Los perjuicios del cannabis pesan mucho más que sus beneficios terapéuticos.
Es la taxativa conclusión del mayor análisis que se ha hecho hasta ahora sobre esta cuestión y que fue presentado ayer en el hospital Clínic de Barcelona.
Aunque los cannabinoides "pueden mejorar algunas condiciones médicas en la epilepsia, dolor crónico, espasticidad (músculos tensos y rígidos), esclerosis o inflamaciones intestinales, los perjuicios pesan mucho más".
Son palabras de los doctores Eduard Vieta y Joquim Raduà, que han participado en este estudio, publicado en un medio de referencia, la revista semanal British Medical Journal. Los investigadores han analizado todos los trabajos académicos previos sobre los beneficios y perjuicios de esta sustancia psicoactiva, que ven especialmente peligrosa para los menores de 25 años por el riesgo de desarrollar psicosis, esquizofrenia o trastornos bipolares, entre otras enfermedades.
¿Por qué? “Porque el de los jóvenes es un cerebro en maduración y el cannabis interfiere en este proceso”, explicaron los especialistas, que consideran que al igual que la ley prohíbe el consumo de alcohol a los menores, debería reforzarse la protección de los más jóvenes de 25 ante el cannabis y tenerlo en cuenta a la vez, por ejemplo, de los clubs y locales de fumadores.
Los responsables catalanes de la investigación consideran que las autoridades deberían tomar medidas y no autorizar el acceso a los clubs cannábicos a los más jóvenes de 25 años, puesto que el cerebro humano acaba de desarrollarse y madurar entre los 25 y los 30 años. Los efectos adversos de esta sustancia, además, no terminan aquí. El trabajo también advierte del peligro del consumo en embarazadas, conductores y personas con predisposición o trastornos de salud mental.
Si el cannabis fuera un iceberg, la punta serían los beneficios y los perjuicios, la gran masa de hielo bajo el mar. Pero aún así hay que tener en cuenta que los beneficios pueden comportar igualmente para estos pacientes efectos secundarios. Son conclusiones rotundas y sencillas, aunque no muy sorprendentes, pero nunca hasta ahora se habían revisado de forma sistemática todos los estudios de importancia al respecto.
Los cannabinoides son balsámicos en algunos casos, pero los efectos adversos son mayores
Jefe de psiquiatría y psicología del Clínic y del grupo de trastornos bipolares y depresivos del Idibaps, el doctor Vieta es investigador del Cibersam y catedrático de psiquiatría de la Universidad de Barcelona (UB).
El Idibaps o Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (en honor al eminente fisiólogo fallecido en 1965) es un referente en el campo de la biomedicina y está integrado por el Clínic, la UB, la Generalitat y el Consejo Superior de ' Investigaciones Científicas.
Por su parte, el Centro de Investigación Médica en Red de Salud Mental o Cibersam está vinculado al Instituto de Salud Carlos III, otro referente nacional e internacional en la investigación médica y la sanidad pública. Joaquim Raduà, el segundo especialista catalán que ha participado en el estudio, es jefe del grupo de imagen de los trastornos relacionados con el estado de ánimo y la ansiedad del Idibaps. El doctor Raduà es también investigador del Cibersam y profesor asociado de la UB.
El estudio en el que él y su compañero han participado ha sido dirigido por investigadores de la Universidad de Linköping ( Suecia), la Universidad de Ottawa ( Canadá) y la Universidad de Yonsei ( Corea del Sur). Todos estos expertos han evaluado a las asociaciones entre el cannabis, los cannabinoides, los medicamentos y la salud.
Los efectos dañinos importantes son evidentes en determinados grupos, afirma el estudio: aumento del riesgo de psicosis en jóvenes, adolescentes y personas con predisposición a tener un problema de salud mental. Y también es el responsable del "bajo peso de las criaturas en bebés de mujeres embarazadas consumidoras", así como de un riesgo "más importante de accidentes de coche". Somnolencia y problemas gastrointestinales pueden ser otros efectos colaterales.
El estudio, indicaron los participantes, “señala claramente que debe prevenirse el uso de cannabis y derivados en personas de riesgo, que son los más jóvenes de 25 años, las embarazadas y los conductores”. Su conclusión es taxativa: “Todas estas personas no deberían consumir cannabis en modo alguno”. De hecho, esta sustancia no debería consumirse, “salvo en los casos concretos en los que se ha demostrado un beneficio clínico”.
Los investigadores alertan del riesgo del consumo entre embarazadas, jóvenes y conductores
Estos beneficios están restringidos a personas con epilepsia, dolor crónico, espasticidad o esclerosis. No todo el mundo que consuma desarrollará una psicosis u otros problemas mentales, pero el riesgo es alto y está determinado por factores genéticos que todavía se desconocen. En el caso de las embarazadas, como los conductores, todas las sustancias psicoactivas están contraindicadas, incluyendo la más importante: el alcohol.
