El especialista en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia de IMQ Amsa, Javier Goti, ha asegurado que cualquier comportamiento adictivo "tiende a un curso evolutivo en el que la remisión espontánea sin apoyo terapéutico, aunque posible, es poco probable", ya que se establecen patrones de pensamiento, conducta y reacciones emocionales que, además, "tienen bases neurobiológicas reconocibles".En este sentido, el experto ha señalado que la intervención terapéutica para tratar los comportamientos adictivos requiere "un esfuerzo multidisciplinar" y debe adecuarse "al momento evolutivo del sujeto, ya que su capacidad de introspección respecto al problema será muy determinante en la respuesta a la intervención".Asimismo, ha apuntado que los cambios en los aspectos socioculturales "condicionan la prevalencia e incidencia" de conductas con potencial de resultar adictivas, siendo la población adolescente "especialmente sensible a los riesgos psicosociales atribuibles a nuevos modelos de ocio o gratificación"."La prevención universal, en los ámbitos de intervención escolar, familiar o comunitaria sigue siendo una estrategia fundamental, dados los costes a nivel psicosocial que se derivan de estos procesos adictivos, una vez establecidos", ha aseverado el experto durante su participación en las jornadas de la LI Semana de Humanidades de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao.Así, el psiquiatra ha explicado que las conductas adictivas, tanto las vinculadas al uso de sustancias psicoactivas como las llamadas adicciones comportamentales (como por ejemplo el juego patológico o el trastorno por juego en Internet) "comparten elementos con respecto a los factores que las originan"."Partiendo de rasgos de vulnerabilidad propios del individuo, y ante la exposición a factores ambientales (culturales, familiares, sociales) que interaccionan entre sí a lo largo del desarrollo del niño y el adolescente, emergen situaciones que pueden derivar en conductas con potencial capacidad adictiva", ha añadido.