Dr. Luis Miguel Torres y Dr. Ignacio Velázquez, ambos presidentes de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (Semdor), junto a la Dra. Esperanza Regueras, vocal de la misma sociedad, discuten sobre el uso de los opioides como analgésicos de gran eficacia. Sin embargo, reconocen los problemas asociados con su uso ilegal fuera del entorno médico, incluido el abuso y la mala prescripción, que han contribuido a la epidemia de opioides en Estados Unidos y al aumento de la preocupación a nivel mundial sobre su uso. A pesar de esto, destacan que la situación en España es marcadamente diferente gracias a estrictos sistemas de control en la distribución, prescripción y dispensación de estos medicamentos. Los datos del Sistema de Farmacovigilancia en España reflejan muy pocas notificaciones de efectos adversos severos, lo cual contrasta con el ruido mediático generado en algunos medios de comunicación.
Los analgésicos opioides representan un elemento clave en el manejo multimodal del dolor crónico (DC), con un enfoque particular en su aplicación para el dolor crónico no oncológico (DCNO). Su uso, especialmente de opioides potentes como el fentanilo de liberación rápida, cuenta con el respaldo y está bien regulado por organismos tanto internacionales como nacionales, como Semdor o la EPF. Los expertos en dolor y farmacología concuerdan en que los opioides han permitido mejorar significativamente el control del dolor y la calidad de vida de estos pacientes de manera segura, sin que existan alternativas terapéuticas adecuadas para un amplio porcentaje de ellos.
Aunque el uso de opioides conlleva el riesgo de efectos adversos, mal uso o falta de respuesta, estos riesgos son mínimos con una prescripción adecuada. Siguiendo las guías clínicas correctamente, se logra no solo un alivio efectivo del dolor sino también una mejora en la funcionalidad, calidad de vida y autonomía de los pacientes, que son los objetivos fundamentales en el tratamiento del DC.
Para una prescripción apropiada, es esencial considerar cinco aspectos clave: seleccionar correctamente al paciente, personalizar el tratamiento, derivar a especialistas si es necesario, realizar un seguimiento adecuado y mantener un registro detallado. Ignorar estas directrices puede llevar a la mala prescripción, abuso y, potencialmente, a la adicción o la muerte por sobredosis, resaltando la importancia de una prescripción y seguimiento rigurosos.
El desafío de equilibrar la disponibilidad y el control de estos medicamentos plantea una responsabilidad bioética, especialmente en el tratamiento del DCNO. Garantizar el acceso a un tratamiento adecuado del dolor es una obligación ética, médica y social. Con el aumento del uso de opioides en España y la alta prevalencia del DC, que se espera que continúe creciendo, asegurar este acceso es crucial.
El manejo efectivo del DC es clave para mejorar la calidad de vida en la población afectada, generando además un ahorro económico para el sistema de salud. En consonancia con la declaración de Montreal 2010 y la OMS, es fundamental que los gobiernos garanticen un sistema de control que permita la disponibilidad de estas sustancias para fines médicos mientras se previene su abuso. El balance entre disponibilidad y control implica una responsabilidad bioética fundamental en el uso de opioides para el tratamiento del DCNO, donde el derecho a un tratamiento adecuado del dolor es una obligación ética, médica y social. Frente a los retos futuros, es imperativo abordar estos temas con determinación, basándonos en datos, evidencia, conocimiento y experiencia científica.
