“Los pacientes con enfermedad mental grave como el trastorno bipolarpueden perder en torno a 25 años de expectativa de vida, atribuyendo el exceso de muertes prematuras principalmente a la enfermedad cardiovascular”, asegura Pedro Iborra, médico psiquiatra en el Hospital de Día Salud Mental del Hospital Clínico Universitario San Juan de Alicante.
El trastorno bipolar es una enfermedad compleja que afecta entre el 1 y 2% de la población, encontrándose además entre las enfermedades más incapacitantes. “El trastorno bipolar es multisistémico afectando no solo a la regulación del estado de ánimo, sino a la función inmunológica y al estado cardiovascular. Independientemente del tratamiento con antipsicóticos, el trastorno bipolar se asocia a un incremento del riesgo de trastornos metabólicos respecto a la población general. De acuerdo con algunos estudios, hasta el 37% de los pacientes con trastorno bipolar pueden sufrir síndrome metabólico, casi el doble de la tasa en la población general”, explica Iborra.
La importancia de los trastornos metabólicos
El síndrome metabólico constituye un conjunto de factores de riesgo clínicos y bioquímicos que predisponen a la enfermedad cardiovascular, la diabetes y una mortalidad precoz. Se incluyen síntomas como obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión, y dislipemia. Además, el riesgo cardiovascular, particularmente, la obesidad, puede asociarse a una peor respuesta al tratamiento psiquiátrico. Gran parte de estos factores de riesgo son modificables, lo que representa una oportunidad para mejorar la calidad de vida de los pacientes, algo en lo que quieren incidir los expertos con motivo del Día Mundial del Trastorno Bipolar que se celebra el 30 de marzo.
Existe una evidencia creciente respecto al hecho de que los pacientes con trastorno bipolar presentan una morbilidad física y mortalidad superior a la de la población general. Los datos disponibles sugieren que diversas enfermedades médicas (cardiovasculares, metabólicas, infecciosas, neurológicas y respiratorias) presentan una prevalencia más elevada en estos pacientes.
Las razones que contribuyen a esta mayor prevalencia son variadas. En primer lugar, las dificultades derivadas de un acceso adecuado a los servicios de prevención y tratamiento primarios de salud. Los hábitos de vida, con mayor consumo de sustancias adictivas, una vida sedentaria o la realización de dietas inadecuadas, representan también un factor de riesgo, entre otros.
¿Cómo se debe abordar esta situación? Para Iborra, “en primer lugar, teniendo en cuenta la alta probabilidad de desarrollo de síndrome metabólico en esta población de pacientes. Es importante, no solo tratar los síntomas psiquiátricos, sino también las alteraciones orgánicas que acompañan al trastorno bipolar. La detección, tratamiento y seguimiento del síndrome metabólico en el paciente con trastorno bipolar, debe ser una prioridad para el psiquiatra de referencia”.
Identificar y actuar sobre los factores de riesgo modificables es de vital importancia, entre ellos, peso, presión arterial, niveles de lípidos, niveles de glucosa, tabaquismo, alcohol/uso de drogas y tratamiento antipsicótico. “Para reducir el riesgo de síndrome metabólico en trastorno bipolar serían recomendables programas de colaboración con atención primaria para seguimiento conjunto de esta población; una medicina más colaborativa con el paciente, que facilite entre otros un rol activo en la toma de decisiones a la hora de elegir un tratamiento farmacológico teniendo en cuenta las características del mismo, así como en el manejo de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y en pro de un estilo de vida más saludable; para ello sería importante la implementación de programas específicos de salud física centrados en el riesgo cardiovascular y dirigidos a los pacientes con trastorno bipolar”, explica Iborra.
En cuanto al tratamiento del paciente con trastorno bipolar y problemas metabólicos, Iborra considera que “en aquellos pacientes con síndrome metabólico o aumento de peso relacionado con el tratamiento con algunos antipsicóticos, se recomienda el cambio a otros antipsicóticos, que además de mantener la eficacia a nivel psicopatológico, se asocien a un mínimo o menor efecto sobre el aumento de peso. Esta recomendación es importante ya que el aumento de peso parece ser el factor de riesgo modificable desencadenante del resto de factores determinantes en la enfermedad cardiovascular. Además, el aumento de peso es uno de los efectos adversos más probablemente asociado con la falta de adherencia terapéutica”.
El psiquiatra en el Hospital de Día Salud Mental del Hospital Clínico Universitario San Juan de Alicante se refiere, además, al “Consenso de Salud Física del paciente con Trastorno Bipolar, realizado en España, como herramienta de monitorización y seguimiento, cuya aplicación es necesaria e imprescindible para el adecuado abordaje integral del paciente con trastorno bipolar.