Resumen
La desregulación de expresión del gen en el cerebro se ha asociado con el trastorno bipolar a través de genes candidatos y de estudios de expresión microarray, pero sigue habiendo dudas sobre la desregulación isoforma-específica y el papel de los RNAs no codificantes cuya importancia en el cerebro se ha sugerido recientemente, pero aún no es caracterizado para el trastorno bipolar. Los autores utilizaron secuenciación del ARN, una poderosa técnica que captura la complejidad de la expresión génica, en el tejido postmortem de la corteza cingulada anterior de 13 sujetos con trastorno bipolar y 13 sujetos de comparación emparejados. La expresión diferencial se calculó y se detectó un patrón global de regulación a la baja, con 10 transcripciones significativas a una tasa de falso descubrimiento ?5%. Es importante destacar que los 10 genes también fueron replicados en un conjunto independiente de secuenciación de datos de ARN (N = 61) de la corteza cingulada anterior.
Entre los resultados más significativos fueron los genes que codifican los receptores acoplados a la proteína G de clase A: SSTR2 (receptor de somatostatina 2), CHRM2 (receptores colinérgicos, muscarínicos 2), y RXFP1 (relaxina / receptor del péptido de la familia similar a la insulina 1). Un análisis de ontología de genes de todo el conjunto de genes expresados diferencialmente se refirió a una sobrerrepresentación de los genes implicados en la regulación del receptor acoplado a la proteína G. Los principales genes fueron seguidos consultando el efecto del tratamiento con estabilizadores del estado de ánimo comúnmente prescritos en el trastorno bipolar, lo que demuestra que estos fármacos modulan la expresión de los genes candidatos.
Mediante el uso de la secuenciación del ARN en el cerebro postmortem del trastorno bipolar, se identificó un perfil interesante de desregulación del receptor acoplado a la proteína G, se indicaron varios nuevos genes del trastorno bipolar, y se caracterizó el transcriptoma no codificante en el trastorno bipolar. Estos resultados tienen implicaciones importantes con respecto a la puesta a punto de nuestra comprensión del cerebro del trastorno bipolar, así como para la identificación de posibles nuevas vías objetivo de fármacos.
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