Introducción
En los últimos años Robert C. Cloninger y sus colaboradores han desarrollado un modelo psicobiológico de la personalidad, que esta teniendo una gran relevancia en la comunidad científica, a juzgar por la importante producción científica que ha suscitado en muy distintas áreas clínicas o de investigación básica y social.
Éste modelo ha mostrado una gran aplicabilidad clínica por su carácter comprensivo, pues intenta integrar el substrato biológico de la personalidad, heredado en una parte importante, con los elementos sobreañadidos durante el desarrollo y por la experiencia socio-cultural, acercando paradigmas aparentemente antagónicos, como son los biológicos, los conductuales o los psicodinámicos. Pero también intenta superar la dicotomía existente entre las descripciones dimensionales y categoriales de la personalidad, desarrollando lo que él denominó una teoría biosocial unificada de la personalidad.
Es un modelo con fines clínicos, que busca distinguir la personalidad normal de la patológica, pero también sirve para describir la personalidad normal.
Partiendo de los trabajos de Eysenk, Cloninger elige inicialmente un modelo dimensional, para dar respuesta a los problemas que plantea el diagnóstico y su aplicabilidad a la clínica de los trastornos de la personalidad, aunque incluirá factores como el significado de la experiencia subjetiva o la historia vital del individuo; aspectos que tampoco son contemplados por las clasificaciones psiquiátricas actuales.
Esta decisión supone una posición crítica frente a aquella que defiende la discontinuidad de algunos de los diagnósticos psiquiátricos, ya que sus categorías no pueden dar cuenta de muchos de los hechos observados en la clínica diaria. Se trata de un problema que, por otra parte, está planteado desde que se realizaron las primeras clasificaciones psiquiátricas modernas, ya que encuentran verdaderas dificultades para mantener una clara distinción entre los trastornos afectivos y la esquizofrenia, o entre los diagnósticos del llamado espectro TOC, o los que se plantean entre las adicciones y los trastornos de control de los impulsos, etc., y que muchos autores han intentado abordar con diferentes resultados.
Lo cierto es que ninguno de los modelos al uso ha podido resolver estas contradicciones, y como resalta C. Bayón en un reciente artículo (1), la práctica clínica, ya sea en la intervención farmacológica como en la psico-social o conductual, tiene un carácter inespecífico que parece regirse más por una comprensión dimensional, que por la categorial enunciada, ya que los fármacos son utilizados para tratar síntomas que son comunes a varias categorías diagnósticas, y las técnicas psicoterapéuticas se aplican de igual manera.
Esta dificultad es aún más acusada en lo relativo a los trastornos de personalidad, sobre todo, debido a la falta de acuerdo en cuanto a cuáles deben ser los descriptores de ésta. Las distintas clasificaciones no consiguen definir unos límites precisos del campo, al tiempo que los diagnósticos sobre un mismo sujeto se multiplican, como consecuencia de que utilizamos distintos paradigmas para definir los distintos grupos de trastornos, produciéndose la sensación de que al mirar un único fenómeno con distintos instrumentos, se superponen distintas formas de percibir el mismo hecho.
Abundando en ello, es frecuente que intuyamos una relación entre algunos trastornos psiquiátricos y determinados rasgos de personalidad, pero cuando la sometemos a estudio riguroso, esta relación carecen de especificidad, añadiéndose más interrogantes a nuestro quehacer.
Lo que subyace en la propuesta de Cloninger, es la creencia de que es necesaria una nueva forma de clasificar, que permita abarcar la descripción de todos los pacientes que se ven en la clínica, y el opta por definir un número limitado de dimensiones capaces de dar cuenta de los fenómenos observados, y en las que los sujetos se situarían en un punto determinado de cada dimensión. Y propone que un grupo de factores con un gran peso genético en su origen y relacionados con módulos o sistemas identificables en el cerebro, interactúan con múltiples factores sociales y ambientales durante el desarrollo para influir en la conducta final. De esta manera la patogenia de los trastornos psiquiátricos sería sumamente compleja y dependería de la interacción continua y recíproca de factores de riesgo ambientales con los factores genéticos (1). La confusión actual tendría su origen en que como los trastornos psiquiátricos solo se diferencian cuantitativamente en la configuración de los antecedentes causales, no se puede esperar una asociación consistente entre la configuración genética o la expresión neurobiológica y los trastornos psiquiátricos.
Como apuntamos antes, para desarrollar su modelo, Cloninger intuye que puede existir una convergencia de distintas líneas de investigación, que permitirían integrar métodos categóricos y dimensionales de diagnosticar los trastornos de la personalidad, y se basa en la observación de determinados hechos (5):
Él observa el avance habido en varias líneas de investigación, y piensa que permitiría integrar los métodos categóricos y los dimensionales. Por un lado se han desarrollado criterios explícitos para definir las categorías tradicionales de los trastornos de personalidad, dando lugar a entrevistas estructuradas. Por otro, se han desarrollado escalas para calcular las dimensiones cuantitativas de la personalidad, por medio del análisis factorial. Este procedimiento se realiza aplicando baterías de pruebas objetivas a distintas poblaciones, comparando después las respuestas y utilizando el análisis factorial para determinar los factores comunes que distinguen a los grupos entre sí (2). De esta manera y basándose en la existencia de unas pautas generales del comportamiento que se repiten en los individuos, podemos saber como se sitúa cada persona a lo largo de las dimensiones ya definidas, y por tanto predecir de alguna manera su conducta o los resultados de un tratamiento.
No obstante, aunque esta línea de investigación psicométrica ha obtenido notables resultados, en cuanto a su estabilidad y capacidad predictiva, aún no ha sido posible establecer un consenso en cuanto al número y contenido de las dimensiones necesarias para describir los trastornos de la personalidad o la personalidad normal, que permita su aplicabilidad a la clínica (9).
Y así vemos que las dimensiones Neuroticismo y Extraversión descritas por Eysenck son recogidas con estos u otros nombres en todas las descripciones existentes. Sin embargo, la dimensión denominada psicoticismo por Eynsenk, reserva por Tellegen o disposición hacia la experiencia (curiosidad intelectual) por Costa y McCrae, no ha tenido tanta suerte.
De todas maneras, el modelo de 5 factores de Costa y MacCrae, ha recibido un importante consenso en estos últimos años por parte de los investigadores. Esta propuesta incluye otros 2 factores, además de los antes enunciados, que se denominan Fiabilidad (regularidad) y Amabilidad (benignidad).
Aceptando este principio Eysenckiano de que la personalidad puede ser descrita por un número reducido de dimensiones, Cloninger (5) plantea algunas objeciones a estos modelos:
1. El contenido de los factores es heterogéneo:
Los elementos que componen las dimensiones de un determinado modelo, pueden estar repartidas entre las dimensiones de otro modelo, o estar descritas solo parcialmente.
2. El contenido de los factores es clínicamente heterogéneo:
Como ilustra la dimensión neuroticismo, en la que los rasgos inherentes a la personalidad están contaminados por elementos procedentes de un grupo de síntomas, como son la angustia, la hostilidad o la depresión.
3. El contenido de los factores es etiológicamente heterogéneo:
Cuando se aplican drogas que actúan a nivel del GABA, bajan las puntuaciones en la escala Neuroticismo, pero también en Introversión, lo que apunta hacia que ambas dimensiones no son etiológicamente independientes, sino que comparten determinantes biológicos.
4. Su escasa utilidad clínica
Pues no son capaces de captar algunos aspectos de la personalidad que son importantes para describir los trastornos de la personalidad, como son la autonomía individual, los valores morales, y otros aspectos relacionados con la madurez y la auto-directividad.
Entonces plantea que la estructura fenotípica de la personalidad difiere de la estructura biogenética subyacente, porque la variación conductual observada es el resultado de la interacción de influencias genéticas y medioambientales. Así, aunque extroversión y psicoticismo están compuestos por elementos genéticamente independientes, comparten factores medioambientales comunes. Este hecho explicaría la confusión existente, que permite la proliferación de modelos alternativos.
A partir de estas conclusiones, Cloninger comenzó a desarrollar un modelo psicobiológico de la personalidad que se ajustara a esta hipótesis causal. De manera que rescata dos antiguos conceptos: los de carácter y temperamento, aunque cronológicamente lo realiza en dos momentos distintos.
Primero, en la segunda parte de la década de los ochenta, describió tres dimensiones de personalidad que constituirían el Temperamento, que se postularon genéticamente independientes entre sí y que denominó:
(1) búsqueda de novedades,
(2) evitación del daño y
(3) dependencia de la recompensa.
Para elaborarlas realizó una síntesis de estudios:
· de gemelos y de familias,
· de desarrollo longitudinal,
· neurofarmacológicos
· neuroconductuales,
· de aprendizaje en humanos y otros animales,
· psicométricos de personalidad en individuos y en pares de gemelos.
Lo que le permitió elaborar un cuestionario autoaplicado 100 ítems que se llamó Cuestionario Tridimensional de la Personalidad (TPQ) (4), para medir las dimensiones citadas y tras su aplicación a distintas poblaciones someterlo al análisis factorial.
Este cuestionario tuvo inicialmente una notable aceptación, dando lugar a numerosos estudios, sin embargo este modelo resultó insuficiente para medir la variabililidad entre los individuos, pues:
1. Por un lado sus dimensiones no explicaban bien algunas observaciones obtenidas con otros modelos, como los aspectos relacionados con la popularidad social, la cooperación social y la compasión, la autoaceptación y la autoestima o la abstracción.
2. Por otra parte, aunque estas tres dimensiones distinguían entre los subtipos de trastornos de personalidad, no eran capaces de diferenciar a los individuos que presentaban un trastorno de personalidad o que tenían un pobre ajuste social de los individuos bien adaptados con perfiles de personalidad extremos. Además, no era capaz de abarcar todo el campo de la personalidad y sus trastornos: algunos factores medidos en otros modelos dimensionales no podían ser explicados por el TPQ y tampoco tenía sensibilidad para detectar los trastornos paranoico y esquizotípico del DSM.
Para subsanar estas dificultades, y basándose en una síntesis de información sobre el desarrollo social y cognoscitivo y descripciones del desarrollo de personalidad en la y psicología humanística y transpersonal, posteriormente en 1993, añadió otras cuatro dimensiones (5):
(1) persistencia (que completaría el espectro temperamental),
y tres dimensiones que describen los aspectos caracteriales:
(2) auto-directividad,
(3) cooperatividad,
(4) y auto-transcendencia.
El cuestionario que permite medir las 7 dimensiones resultantes se compone de 240 ítems, y recibió el nombre de Cuestionario del Temperamento y el Carácter (TCI)
En resumen:
Fundamentos del modelo del temperamento y el carácter
Para desarrollar su modelo, Cloninger (5) toma prestado el concepto de personalidad desarrollado por Allport, que la define como: "la organización dinámica de aquellos sistemas psico-físicos que determinan la adaptación individual al ambiente". Y como Thorpe define el aprendizaje como la organización de la conducta como resultado de la experiencia individual.
A partir de ello, afirma que lo que diferencia la personalidad de los individuos son los distintos sistemas adaptativos que participan en la recepción, el procesamiento, y el almacenamiento de la información que reciben a partir de la experiencia.
Esta adaptación, por tanto, se realiza gracias a la información que podamos recuperar de las experiencias precedentes, pero esta información se encuentra almacenada en dos niveles distintos, o dos tipos de sistemas de memoria que tienen funciones distintas:
1. Un sistema de memoria denominado memoria explícita o episódica: que implica el recuerdo de las experiencias personales identificables con uno mismo (por ejemplo: ayer compré el periódico), y que por tanto, está relacionado con las experiencias conscientes sobre los hechos y eventos, y se representa en forma de palabras, imágenes, o símbolos que tienen significados explícitos, y relaciones funcionales entre sí. Podemos recuperar esta información conscientemente, expresarla verbalmente, y actuar intencionalmente a partir de ella.
2. Un sistema de memoria que se ha denominado memoria implícita o semántica: relacionada con la ejecución de operaciones rutinarias, como puede ser montar en bicicleta o escribir a máquina. Estas operaciones, pueden ser realizadas muy eficazmente, con muy poca intervención de la consciencia en la ejecución o en los episodios de aprendizaje sobre los cuales se basó dicha habilidad. Almacena los recuerdos inconscientes e implícitos, y contiene la memoria procesual, incluyendo los procesos perceptuales presemánticos que se representan en códigos visuospaciales concretos, en estructuras en formación y en valencias afectivas. Estos procesos perceptuales pueden operar independiente de los procesos abstractos conceptuales, intencionales, o declaratorios.
Por tanto:
1. LOS RECUERDOS CONSCIENTES SE BASAN EN LOS CONCEPTOS
2. LOS RECUERDOS INCONSCIENTES SON LA UTILIZACIÓN DE PERCEPCIONES.
Estos sistemas de memoria parecen tener su substrato biológico en dos sistemas neurológicos bien diferenciados:
La información conceptual se procesa y se guardaría en un sistema cortico-limbo-diencefálico, que incluye:
· las áreas sensoriales del cortex,
· la corteza entorhinal,
· la amígdala,
· el hipocampo,
· los núcleos medios del tálamo,
· el cortex vetromedial prefrontal,
· y el cerebro basál anterior.
Mientras que la memoria perceptual, que se rige por hábitos inconscientes, se guarda en un sistema cortico-estriatal, que incluye:
· las áreas sensoriales corticales,
· el núcleo caudado
· y el putamen.
De manera que lo que parece diferenciar ambos sistemas es fundamentalmente la actuación del hipocampo, pues para la consolidación de los recuerdos explícitos que pueden recuperarse intencionalmente, se requiere la asociación del procesamiento del hipocámpico y del almacenamiento a largo plazo en el cortex.
Sin embargo la retención de los recuerdos implícitos, que se recuperan involuntariamente sin traer a la conciencia los eventos de las experiencias originales, no requiere el referido procesamiento. Este aprendizaje asociativo, es un condicionamiento operante de hábitos y respuestas afectivas, que requiere experiencias perceptivas directas de los eventos, pero no incluye llamadas conscientes o el reconocimiento de las contingencias que modifican la conducta.
En contraste, el aprendizaje conceptual es consciente y abstractamente simbólico, como lo es el aprendizaje verbal, en el que la comunicación simbólica puede alterar las expectativas sobre el ambiente y la conducta.
Desde esta perspectiva, y tras el análisis factorial, Cloninger describe:
· CUATRO DIMENSIONES DE LA PERSONALIDAD QUE INCLUYEN AUTOMATISMO: las respuestas preconceptuales a los estímulos percibidos, que reflejan inclinaciones probablemente heredables en los procesos de información del sistema de memoria de perceptual. Estas dimensiones constituirían los factores del TEMPERAMENTO.
· Y TRES FACTORES QUE PARECEN ESTAR BASADOS EN LOS CONCEPTOS que constituirían las dimensiones del CARÁCTER.
Estos dos componentes de la personalidad están organizados jerárquicamente, y como ya se ha dicho, implican diferentes sistemas de aprendizaje y memoria, aunque se hallan altamente interrelacionados tanto dimámicamente, como a través de la evolución de los aprendizajes basados en conceptos o intuiciones hacia aprendizajes de inclinaciones preconceptuales involucradas en temperamento..
Temperamento
Es la predisposición con la que nacemos y está regulado principalmente por factores constitucionales.
Se refiere a los aspectos de la personalidad que:
1. Están ligados a sistemas neurobiológicos definidos, heredables moderadamente (40-65 % de la varianza de personalidad) de forma independiente (8).
2. Se manifiestan precozmente en la vida, pudiéndose observar ya en la infancia temprana.
3. Se mantienen estables a lo largo de la vida y no están influidos por el ambiente social, prediciendo moderadamente la conducta de la adolescencia y del adulto (10).
4. Implica las respuestas automáticas a estímulos emocionales, por lo que incluye aprendizajes preconceptuales o inclinaciones inconscientes, determinando:
· hábitos,
· emociones,
· reacciones automáticas a la experiencia
5. Están basados en los principios de condicionamiento de la conducta.
6. Están regulados principalmente por el sistema límbico.
Cloninger (5) propone que la estructura del temperamento es un sistema complejo, organizado jerárquicamente, y que puede descomponerse en subsistemas estables.
Filogenéticamente primero apareció:
1. un sistema de inhibición conductual (Evitación del Daño) en todos los animales,
2. luego se agregó un sistema de activación (búsqueda de novedades) en animales más avanzados,
3. y más tarde se agregaron subsistemas para el mantenimiento conductual (Dependencia de la Recompensa y Persistencia) en los reptiles y los mamíferos.
Dimensiones del temperamento
1. BÚSQUEDA DE NOVEDADES:
Se trata de una inclinación heredable hacia una intensa excitación como respuesta estímulos que indican potenciales recompensas o alivio del dolor. Como consecuencia, aparecen conductas exploratorias cuya finalidad es alcanzar posibles premios y evitar la monotonía o los posibles castigos. Los dos polos de la dimensión se expresarían de la siguiente manera:
- Esta en relación con los sistemas de activación, (es una función conductual de la actividad dopaminérgica mesolímbica)
- Posiblemente regulada por la dopamina.
2. EVITACIÓN DEL DAÑO:
Implica una inclinación heredable a responder intensamente a las señales de estímulos aversivos, aprendiendo así a inhibir la respuesta con la finalidad de evitar el castigo, la novedad frustración por la falta de recompensa.
- Al igual que la dimensión neuroticismo de Eynsenck, esta en relación con los sistemas de inhibición, (sistema septohipocámpico, y proyecciones serotoninérgicas de los núcleos del Rafe).
- Esta regulado por la serotonina.
- Las benzodiazepinas pueden reducir las conductas evitativas mediante la inhibición, a través del GABA, de las proyecciones serotoninérgicas de los núcleos del Rafe.
3. DEPENDENCIA DE LA RECOMPENSA:
Es una inclinación heredable a responder intensamente a los signos de recompensa y a mantener o resistir la extinción de la conducta que ha sido previamente asociada con premios o con la evitación de castigos, y se manifiesta:
- Esta en relación con los sistemas de mantenimiento de la conducta.
- Aunque los fundamentos biológicos son menos claros, algunos datos parecen indicar que estaría regulada por la noradrenalina.
4. PERSISTENCIA
Originalmente, en el desarrollo del TPQ (precursor del TCI), se pensó que era una subescala de la dimensión Dependencia de la Recompensa, y medía la perseverancia en la conducta a pesar de la frustración y fatiga; pero no correlacionaba con los otros componentes escala (sentimentalismo, dependencia social, y dependencia de la aprobación), por lo que en el desarrollo del TCI, emergió como una dimensión independiente. (7, 10)
Como se ha indicado anteriormente, estas dimensiones están reguladas por un conjunto de redes neuroquímicas específicas que modulan la activación, el mantenimiento y la inhibición de las respuestas ante la experiencia. Cada uno de estos complejos sistemas abarca numerosas áreas cerebrales y substratos bioquímicos, aunque algunos neurotransmisores parecen desempeñar un papel específico en cada uno de los sistemas (dopamina para sistema de activación, serotonina en la inhibición y noradrenalina para mantenimiento) (3, 6).
Un estudio (8) realizado sobre una población de gemelos permitió concluir que estos cuatro factores del temperamento:
· tienen una heredabilidad de entre 50% y 65% y
· son genéticamente homogéneos e independientes unos de otros.
· aunque existe entre ellos una conexión funcional
Así, las diferencias individuales en dichos sistemas y sus diferentes conexiones funcionales constituyen la base de las diferencias en las respuestas y disposiciones conductuales entre unos individuos y otros.
Carácter
El carácter proporciona una descripción del psiquismo del sujeto como una estructura de auto-conceptos y relaciones objetales que están modulados por el conocimiento de uno mismo y por el simbolismo (5).
El carácter hace referencia a los autoconceptos que influyen en nuestras intenciones y actitudes, es lo que hacemos con nosotros mismos de manera intencional y básicamente se produce por la socialización
Se desarrolla por medio del aprendizaje introspectivo o por la reorganización de los auto-conceptos.
La introspección es la aprehensión de relaciones, e incluye la organización conceptual de la percepción. En consecuencia, el aprendizaje introspectivo supone el desarrollo de una nueva respuesta adaptativa como resultado de una reorganización conceptual súbita de la experiencia.
En los seres humanos, el aprendizaje introspectivo incluye:
1. el aprendizaje verbal,
2. la adquisición de repertorios de aprendizaje o de cómo aprender,
3. y la conceptualización abstracta que influye en las metas, en las conductas y en las esperanzas.
De manera que algunas percepciones se trasforman en símbolos abstractos (conceptos), y por consiguiente, las características de la relación estímulo-respuesta depende de la importancia conceptual dada a los estímulos percibidos.
El carácter, entonces, puede describirse como la inclinación a responder a los estímulos en función de los diferentes conceptos que los sujetos tienen sobre lo que yo soy, sobre qué somos nosotros, y sobre por qué estamos aquí.
La capacidad para iniciar, mantener o detener las conductas como respuestas automáticas inconscientes esta inicialmente determinada por los factores del temperamento, pero éstos pueden modificarse y condicionarse como resultado de los cambios en la valoración que hacemos de los estímulos. Esta valoración esta determinada por el concepto que tenemos de nuestra identidad.
Desde esta perspectiva, el desarrollo de la personalidad es un proceso epigenético reiterativo en el que los factores heredables del temperamento motivan aprendizajes introspectivos de auto-conceptos que a su vez modifican la valoración que hacemos de los estímulos percibidos a los que respondemos inicialmente. De esta manera, se influencian el temperamento y el carácter en su desarrollo y motivan la conducta final.
· Las dimensiones del carácter se heredan en una medida muy escasa,
· están moderadamente influidas por el ambiente sociocultural, y en particular por el ambiente familiar.
· Están reguladas por el hipocampo y el neocortex.
· Sus dimensiones se afianzan con el desarrollo y la relación con el entorno.
Estas escalas describen el grado en que una persona se percibe a sí misma como:
· un individuo independiente, es decir seguro de sí mismo (autodirigido),
· como parte integral de la sociedad (cooperativo),
· y como parte integrante del universo entendido como un todo interdependiente (autotrascendente)
· Se denominan:
· auto-dirección,
· cooperación
· transcendencia.
Cloninger, para su elaboración, se basa en el conocimiento actual sobre la neuropsicología del aprendizaje y la memoria, y en las teorías de la psicología humanista de la personalidad.
Dimensiones del carácter
<B>1. AUTO-DIRECTIVIDAD</B>
Mide la habilidad de un individuo para controlar, regular y adaptar su conducta, ajustándose a una situación de acuerdo con unas metas y valores escogidos individualmente.
Abarca aspectos tomados de la psicología humanística como:
· hasta que punto una persona identifica su imagen del Self de una forma integrada, como un individuo completo con una finalidad, en lugar de verse un conjunto desorganizado de reacciones impulsivas,
· la fuerza intencional de los individuos para afirmarse o comprometerse con unas determinadas metas particulares o propósitos,
· la habilidad para elegir entre opciones alternativas,
· la capacidad de cambiar en función de la experiencia y de acuerdo con la propia historia,
· y se refiere también a la responsabilidad individual ante lo que uno hace.
Sus puntuaciones en el TCI se manifiestan de la siguiente manera:
La auto-directividad puede formularse como un proceso de desarrollo con varias fases que han quedado descritas en las distintas subescalas de esta dimensión:
La auto-directividad esta relacionada con una autoestima positiva en edades tempranas, y esta a su vez con la presencia de unos padres capaces de mostrar un afecto consistente y de animar al niño a adquirir autonomía.
Los individuos con ajuste pobre y sentimientos de inferioridad o incapacidad son a menudo reactivos y niegan, reprimen, o ignoran sus faltas, deseando siempre ser mejores que los demás. Frente a ellos, los sujetos con buen ajuste pueden reconocer y admitir verdades poco halagüeñas sobre sí mismos. Y así observamos que la autoestima positiva y la capacidad para aceptar las limitaciones individuales correlacionan con la responsabilidad y los recursos.
Una puntuación baja en auto-directividad es la característica común de todas las categorías de los trastornos de la personalidad (11). Sin tener en cuenta otros rasgos de la personalidad u otras circunstancias, el trastorno de personalidad es probable que esté presente si el sujeto puntúa bajo en auto-directividad, y viceversa.
<B>2. COOPERATIVIDAD</B>
Mide las diferencias individuales en la capacidad de aceptar e identificarse con otras personas. Este factor se diseñó para medir los aspectos del carácter relacionados con la amabilidad versus el egoísmo agresivo y la hostilidad.
Se basa en los trabajos de Rogers, que describe a las personas cooperativas como aquellas que muestran:
- aceptación incondicional al otro,
- empatía con los sentimientos de otros,
- buena disposición para ayudar a otros a lograr sus metas sin una dominación egoísta.
En resumen, puede formularse la cooperatividad como un proceso de desarrollo compuesto por varios aspectos o fases. Éstas fases quedan reflejadas en las siguientes subescalas:
En consecuencia, los individuos no cooperativos tienden a ver el mundo y a los otros como ajenos y hostiles. En contraste, los individuos cooperativos se sienten componentes sinérgicos de una comunidad favorable y útil, que se organiza sobre los principios de la compasión y el respeto recíproco.
Todas las categorías de los trastornos de personalidad están asociadas a una baja Cooperatividad, relación que es más consistente cuando los individuos tienen puntuaciones altas o sólo ligeramente bajas en Auto-directividad (11).
<B>3. AUTO-TRASCENDENCIA</B>
Se ha considerado que las personas que tienen un concepto trascendente de la vida y meditan tienen una mayor satisfacción en la vida, una comunicación sexual más frecuente, y una mayor efectividad personal, que va desarrollándose a lo largo de la maduración.
Por Auto-transcendencia entendemos la identificación del individuo con un todo, del cual procede, y del que es una parte esencial. Esto incluye un estado de conciencia de unidad en el que no existe ningún Yo individual, porque no hay ninguna distinción significativa entre Yo y el otro, y la persona es absolutamente consciente de ser una parte integrada de la evolución del cosmos. Esta perspectiva unitaria puede describirse como una aceptación, identificación, o unión espiritual con la naturaleza y su origen.
Los rasgos del carácter asociados a la espiritualidad o a la trascendencia no han sido anteriormente objeto de la investigación sistemática. Cloninger se apoya en las descripciones de las vidas de los místicos y santos, y en las descripciones de la psicología transpersonal sobre experiencias subjetivas y los cambios la conducta de las personas que logran el estado de nirvana como resultado de técnicas de meditación para describir esta dimensión.
La auto-tanscendencia es un proceso en desarrollo que tiene múltiples aspectos, que podemos simplificar en unas pocas fases basándonos experiencias básicas y conductas que se han descrito en un amplio espectro de personas y culturas:
Cloninger y Cols. (11) encontraron que:
1. Los pacientes psiquiátricos ingresados puntuaban más bajo en auto-trascendencia que un grupo de adultos de la población general
2. A diferencia de las escalas de auto-directividad y cooperatividad que presentaban puntuaciones bajas en todos los individuos con trastorno de personalidad, esta escala no fue capaz de diferenciar a los pacientes con trastorno de la personalidad de aquéllos que no lo tenían
3. Solo correlacionaron significativamente los criterios de trastorno esquizoide con una auto-trascendencia baja, por lo que esta escala se consideró útil para diferenciar a los pacientes esquizoides de los pacientes esquizotípicos, ya que estos últimos tienden a respaldar preguntas sobre la percepción extrasensorial y otros aspectos de la auto-transcendencia.
Para estos autores, los fenómenos medidos por esta dimensión son particularmente importantes para describir el ajuste y la satisfacción de los individuos mayores de 35 años, aunque sus características no estén recogidas en las descripciones de los trastornos de personalidad DSM. No obstante, señalan que es necesario proseguir un estudio sistemático de la Auto-transcendencia en muestras de poblaciones clínicas y generales para determinar su importancia clínica.
Referencias
1. Bayón C; Cloninger, CR: Los siete ratones ciegos y el elefante de la psicopatología. Arch Neurobiol (Madr) 1998; 61 (3): 169-174
2. Catarineu, S; Gili, M: Modelos psicológicos y psicobiológicos de la personalidad. En Trastornos de la personalidad: Evaluación y tratamiento. Perspectiva psicobiológica. Bernardo M y Roca M (Ed.) Ed. Masson. Barcelona 1998
3. Cloninger CR. A unified biosocial theory of personality and its role in the development of anxiety states. Psychiatr Dev. 1986;3:167-226.
4. Cloninger CR, Svrakic DM, Przybeck TR. The Tridimensional Personality Questionnaire: US normative data. Psychol Rep. 1991; 69:1047-1057.
5. Cloninger, CR; Svrakic, DM; Przybeck TR: A Psychobiological Model of Temperament and Character. Arch Gen Psychiatry. 1993;50:975-990
6. Cloninger CR, Gilligan SB. Neurogenetic mechanisms of learning: a phylogenetic perspective. J Psychiatr Res. 1987;21:457-472.
7. Cloninger CR, Sigvardsson S. Bohman M. Childhood personality predicts alcohol abuse in young adults. Alcoholism. 1988;12:494-505.
8. Heath AC, Cloninger CR, Martin NG Testing a model for the genetic structure of personality: a comparison of the personality systems of Cloninger and Eysenck. J Pers Soc Psychol 1994 Apr;66 (4):762-75
9. Tobeña A: De la psicometría a la psicogenética en la identificación de los temperamentos desadaptativos. Ponencia presentada en el Simposio: la Personalidad, del Rasgo al Síndrome. Libro de Actas. II Congreso Nacional de Psiquiatría. Valencia. 1997
10. Sigvardsson S, Bohman M, Cloninger CR. Structure and stability of childhood personality: prediction of later social adjustment. J Child Psychol Psychiatry. 1987;28:929-946.
11. Svrakic DM, Whitehead C, Przybeck TR, Cloninger CR. Differential diagnosis of personality disorders by the seven-factor model of temperament and character. Arch Gen Psychiatry. 1993; 50:991 -999.
ANEXO ÍTEMS DE LAS DIFERENTES SUBESCALAS DEL TCI
Subescalas | Ítems del TCI correspondientes a la dimensión Búsqueda de Novedades (40) |
NS1 (11 ítems) |
|
NS2 (10 ítems) |
|
NS3 (9 ítems) |
|
NS4 (10 ítems) |
|
Sub-escalas | Ítems del TCI correspondientes a la dimensión Evitación del Daño (35) |
HA1 (11 ítems) |
|
HA2 (7 ítems) |
|
HA3 (8 ítems) |
|
HA4 (9 ítems) |
|
Subescalas | Ítems del TCI correspondientes a la dimensión Dependencia de la Recompensa (24) |
RD1 (10 ítems) |
|
RD3 (8 ítems) |
|
RD4 (6 ítems) |
|
Sub-escalas | Ítems del TCI correspondientes a la dimensión Persistencia (8) |
RD2 (8 ítems) |
|
2. ECALAS DEL CARÁCTER
Subescalas | Ítems del TCI correspondientes a la dimensión Autodirectivisad (44) |
S1 (8 ítems) |
|
S2 (8 ítems) |
|
S3 (5 ítems) |
|
S4 (11 ítems) |
|