Resumen
Importancia:
Los individuos con trastorno del espectro autista (TEA) presentan graves dificultades en la interacción social, en la coordinación motora, en la flexibilidad comportamental y en el procesamiento sensorial atípico, con una considerable variabilidad interindividual. Este conjunto heterogéneo de síntomas recientemente llevó a investigar la presencia de anomalías en la interacción a través de la red cerebral a gran escala. Hasta la fecha, los estudios se han centrado tanto en conjuntos restringidos de las regiones cerebrales como en análisis de todo el cerebro, en lugar de centrarse en la interacción entre las redes cerebrales.
Objetivos:
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Comparar la conectividad funcional intrínseca entre redes cerebrales en una amplia muestra de individuos con TEA y sujetos control con desarrollo normal y estimar en qué medida las diferencias de grupo pueden predecir rasgos autistas y reflejar diferentes trayectorias de desarrollo.
Diseño, Lugar y Participantes:
Estudiamos a 166 individuos varones (edad media, 17,6 años; rango de edad, de 7-50 años) diagnosticados de autismo o del síndrome de Asperger según el DSM-IV-TR y a 193 individuos varones en desarrollo típico (edad media, 16,9 años; rango de edad, 6.5- 39,4 años) utilizando imágenes de resonancia magnética funcional en estado de reposo (IRM). Los participantes fueron agrupados por edad, CI, movimiento de la cabeza y condición de los ojos (abiertos o cerrados) en el escáner de IRM. Analizamos los datos del Intercambio de Datos de Imágenes del Cerebro Autista (ABIDE), un conglomerado de datos de IRM fijados en 17 centros, hecho público en agosto del 2012.
Principales Resultados y Medidas:
Estimamos correlaciones entre las trayectorias temporales de redes cerebrales extraídas usando un método basado en datos (análisis de componentes independientes). Posteriormente, asociamos las estimaciones de la fuerza de interacción entre las redes con la edad y los rasgos autistas indexados por la Escala de Capacidad de Respuesta Social.
Resultados:
En relación al desarrollo de los participantes de control, los individuos con TEA mostraron un aumento de la conectividad funcional entre las redes sensoriales primarias y las redes subcorticales (tálamo y ganglios basales) (corregido todo t ? 3,13, P <0,001). La fuerza de este tipo de conexiones se asoció con la gravedad de los rasgos autistas en el grupo de TEA (todo r ? 0,21, P <0,0067 corregido). Además, la interacción subcortico-cortical disminuyó con la edad en la muestra total (todo corregido r ? -0,09; p <0,012), aunque esta asociación fue significativa sólo en los participantes con desarrollo típico (todo corregido r ? -0,13; p <0,009).
Conclusiones y Relevancia:
Nuestros resultados mostrando un deterioro relacionado con el TEA en la interacción entre las cortezas sensoriales primarias y las regiones subcorticales sugieren que los procesos sensoriales a los que sirven influyen anormalmente en el procesamiento de información del cerebro en individuos con TEA. Esto podría contribuir a la aparición de hiposensibilidad o hipersensibilidad y dificultades en la regulación de la conducta "de arriba abajo".
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