Comer por estrés es algo que muchas personas conocen, pero la forma en que el cerebro vincula el refuerzo positivo --como la comida-- a estados emocionales --como el miedo o la ansiedad --no se entiende bien; pero el cableado en el cerebro del ratón permite ahora clarificar un poco más esta cuestión. Dos caminos opuestos dentro de la amígdala, un importante centro de memoria, actúan para promover y suprimir los comportamientos de apetito e impulsan las respuestas a los estímulos que inducen el miedo. La nueva investigación, publicada este martes en 'Neuron', se basa en la evidencia de que la amígdala regula comportamientos vinculados a estímulos negativos y positivos.
Científicos del laboratorio de Susumu Tonegawa en el Centro RIKEN-MIT para la Genética de Circuitos Neuronales, en Japón, identificaron recientemente neuronas en la amígdala vinculadas a memorias positivas y negativas. Ahora, el equipo presenta de una cartografía más amplia de los circuitos entre las regiones basolateral y central de la amígdala que también revela cómo estas proyecciones del sistema límbico son muy similares a las cortico-estriatales que promueven e inhiben el movimiento.
Tonegawa explica: "Nuestros datos sugieren que la función principal de la CeA es para los comportamientos relacionados con la recompensa, en lugar de para el comportamiento relacionado con el miedo, como se creía en muchos estudios anteriores".
En este trabajo, se encontró que las neuronas "negativas" y "positivas" previamente detectadas de la amígdala basolateral se alimentaban en tres zonas centrales de la amígdala. Los investigadores descubrieron que las interacciones complejas entre los siete tipos genéticamente distintos de neuronas en la amígdala central podrían promover o extinguir el comportamiento de búsqueda de recompensas en los ratones usando la optogenética, un método para manipular células marcadas genéticamente con luz.
NEURONAS MEDIADORAS DE VÍAS QUE SUPRIMEN O PROMUEVEN COMPORTAMIENTOS
Los siete tipos de neuronas también presentaban diferentes patrones de activación en respuesta a estímulos opuestos de hambre y amenazas, como alimento ilimitado versus privación de alimentos o descargas eléctricas frente a ninguna descarga. Las neuronas "negativas" y "positivas" previamente descritas, identificadas por su expresión de los genes Rpso2 y Ppp1r1b, se determinaron como mediadores de vías que suprimen o promueven comportamientos de apetito, respectivamente.
Las neuronas que expresan el gen Prkcd emergieron como esenciales para regular los comportamientos defensivos: grupos separados de estas neuronas en los núcleos capsular y lateral de la amígdala central actuaban en oposición para inhibir o promover la congelación en respuesta a las descargas, por ejemplo. Otro subtipo, las neuronas que expresan el gen Drd1 en la amígdala central, fueron críticas para la alimentación y el comportamiento de beber.
Se encontró que la vía de la amígdala basolateral a la central que regula el comportamiento del apetitivo tiene similitudes en el nivel celular con una conexión desde la corteza hasta el estriado subcortical. Esta última proyección tiene neuronas que antagónicamente promueven o suprimen el movimiento y se vio que los mismos marcadores genéticos se comparten por las neuronas en los circuitos opuestos de la amígdala.
Ésta es otra indicación de que diferentes partes del cerebro pueden estar organizadas a lo largo de los principios comunes de desarrollo. Aunque se conocía de la participación de la amígdala en el miedo y las respuestas de defensa, este estudio demuestra que los comportamientos en lo que respecta al hambre también son impulsados por el mismo circuito, demostrando las interacciones antagónicas entre las emociones negativas y positivas y las recompensas en el cerebro.
Para acceder al texto completo es necesario consultar las características de suscripción de la fuente original: http://www.cell.com/neuron/home