Hay una crisis sin precedentes de bienestar emocional y salud mental en adolescentes y jóvenes en los países desarrollados. Aunque la pandemia de COVID-19 ha desenmascarado la elevada tasa y gravedad de los trastornos mentales en los jóvenes, el problema viene de antes. Lo que es preocupante, parece estar empeorando, según datos recientes de los CDC americanos.
Junto con el deterioro de la salud mental de los jóvenes, hay un aumento de las infecciones de transmisión sexual. Aunque se reconoció una caída en 2020 debido al confinamiento y el aislamiento social durante el primer año de pandemia, desde 2021 hay un aumento significativo de los casos de sífilis, gonorrea y clamidia en jóvenes.