El número de niños en edad escolar que necesitan ayuda para afrontar dificultades psicológicas está aumentando, y en la actualidad unos 30 millones de ellos sufren "discapacidades mentales", de acuerdo con el estudio.
Los problemas más habituales son el autismo, principalmente vinculado a la adicción a la televisión o a internet, ansiedad relacionada con los exámenes o los deberes escolares, problemas de comportamiento y dificultades de percepción.
Según Zhai Jing, psicóloga que dirigió el estudio realizado en la provincia de Shandong, el 5,1 por ciento de los niños entrevistados se mostró "hostil" y con tendencia a atacar a otras personas.
"Algunos de los niños que se portan bien en el colegio, se transforman en bárbaros cuando llegan a casa, e incluso atacan a sus padres", según Zhai, quien cree que los niños que sacan mejores notas son más vulnerables a problemas como la depresión y el sentimiento de inferioridad.
La experta atribuyó estos problemas a la mala educación por parte de los padres, que dan a sus hijos demasiado cariño y cuidados, aunque otros les tratan con indiferencia ya que tienen mucho trabajo y pasan poco tiempo con sus pequeños.
"Los padres deberían mirar a sus hijos como iguales para ayudarles a formar una personalidad sana. Necesitan jugar y comunicarse más con ellos para entenderse mejor y atender las necesidades de amor y atención de los niños", según la psicóloga.
Las propuestas de Zhai chocan no sólo con las tradiciones confucionistas de respeto y distancia hacia los mayores, sino también con las nuevas tendencias en la China actual, donde los padres intentan trabajar para ganar mucho dinero y dar a sus hijos un mejor futuro, aunque esto implique que no pasen tiempo juntos ni puedan educarlos bien.
El caso extremo, muy frecuente en China, es cuando los padres emigran a otra ciudad o incluso país, dejando que los abuelos eduquen a los hijos, algo que favorece niños mimados y a la vez desarraigados de sus progenitores, según los psicólogos.
Los problemas psicológicos no sólo afectan a los niños sino que van en aumento en toda la población en general, que sufre más estrés, ansiedad y violencia, según un reciente estudio de la Academia China de Ciencias Sociales.
"Vivir bajo tremenda presión" es la expresión que mejor define la vida de muchos ciudadanos chinos, según el estudio, que cita los vertiginosos cambios en el país, con contradicciones, conflictos y confusiones como los mayores obstáculos.
Cifras de la Seguridad Pública china demuestran que un número creciente de crímenes no tiene causas específicas, sino que los delincuentes actúan "por un impulso violento".
La violencia y el exceso de estrés por el trabajo y el dinero son las principales causas de divorcio, alcoholismo, violencia doméstica y criminalidad, y también incrementan el número de personas que se vuelcan hacia las supersticiones o la religión.
Huérfanos de la filosofía confucionista tradicional y con la ideología comunista prácticamente desaparecida, los ciudadanos chinos buscan el alimento espiritual en otras religiones, sectas y movimientos mesiánicos, que están en aumento en el país.
El Ministerio de Sanidad reveló que al menos 280.000 personas se suicidan cada año en China.