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Coping y psicopatología: Comparación entre adolescentes de la muestra general y sub-clínica.

  • Autor/autores: Daniela S. Zanini*; María Forns**.

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Artículo | 03/02/2004

Diversos estudios señalan la existencia de una relación positiva entre el uso de estrategias de coping desadaptadas y la manifestación de psicopatología (1,2,3,4,5). Por otro lado, parece ser que el hecho de presentar conductas psicopatológicas también llevaría el individuo a la puesta en marcha de estrategias de afrontamiento desadaptadas, lo que incrementaría todavía más su probabilidad de manifestar conductas psicopatológicas (6,7). De esta forma se establecería un ciclo vicioso donde la utilización de estrategias desadaptadas llevaría a la manifestación de conductas psicopatológicas y estas, a su vez, también conducirían a la utilización en mayor medida de estrategias desadaptadas.



Por estrategias de afrontamiento desadaptadas se entiende aquellas que no buscan solucionar el problema y/o aumentan la ansiedad del individuo frente a la situación estresante vivenciada. La literatura ha señalado que las estrategias centradas en la emoción [según la nomenclatura de Lazarus y Folkman (5)] o de evitación del problema [según la nomenclatura de Moos (8)] como las estrategias que se encuentran relacionadas con el desarrollo de enfermedades físicas y mentales (1,2,3,4,11,12). Parece ser que el uso de estrategias de tipo aislamiento y las de descarga emocional, -las cuales son caracterizadas como estrategias centradas en la emoción y, en consecuencia, tendentes a reducir o minimizar la tensión causada por la vivencia del evento estresante-, está relacionado paradójicamentecon un aumento de la angustia sentida por el individuo (6). Esto podría ser debido tanto en función de la no resolución del problema –ya que la utilización de este tipo de estrategia, ya por definición, ocurre como un mecanismo para disminuir la angustia proporcionada por el problema y no para solucionarlo-; como porque, tal como indicó Endler y Parker (2), las estrategias centradas en la emoción congregan auto-culpa y pensamientos evitativos, lo que llevaría a encontrar correlaciones positivas entre estas y la depresión.



En este trabajo se busca comparar el uso de estrategias de afrontamiento en población general con puntuaciones normales y sub-clínicas en el test de conductas psicopatológias Youth Self Report (YSR) de Achenbach (9). Se espera que los adolescentes con puntuaciones sub-clínicas en las distintas escalas del YSR utilicen más estrategias de evitación del problema.

Metodología

<B>MUESTRA</B>



La muestra esta compuesta por 1362 sujetos, siendo un 45% (613) chicos y 55% (749) chicas, con edades comprendidas entre 12 y 16 años y una media de edad de 13 años y 8 meses(D.T.=1.24). Todos los sujetos cursaban los cursos correspondientes a la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) en el momento de la aplicación del test.

La mitad de la muestra (54.7%) proviene de escuelas públicas y la otra mitad (45.3%) proviene de escuelas privadas concertadas. El nivel socio-económico de los participantes se sitúa en la media.



La muestra fue obtenida en nueve escuelas diferentes del área metropolitana de Barcelona, dos de las cuales están situadas en el distrito centro-norte donde la población es considerada representativa del nivel socio-económico de la población general de la ciudad. Las demás escuelas pertenecen al cinturón industrial que dista como máximo 36 Km. del centro de Barcelona.



A fin de evitar posibles introducciones de errores en la interpretación de los resultados fueron eliminados del análisis los datos de los sujetos repetidores.



<B>INSTRUMENTOS</B>



Para realización de este trabajo fueron utilizados el COPING RESPONSE INVENTORY – YOUTH FORM (CRI-Y) de Moos (8) y el YOUTH SELF REPORT (YSR) de Achenbach (9). La prueba de CRI-Y de Moos (8) permite analizar dos tipos básicos de afrontamiento, el de Aproximación, compuesto por análisis lógico de los problemas, solución de problemas, búsqueda de guía, etc., y el de Evitación compuesto por descarga emocional, evitación cognitiva, búsqueda de gratificaciones alternativas, etc. La prueba de YSR de Achenbach (9) analiza ocho síndromes psicopatológicos denominados de banda estrecha (aislamiento, quejas somáticas, ansiedad-depresión, problemas sociales, problemas de pensamiento, problemas de atención, conducta delictiva y conducta agresiva. Los dos primeros síntomas configuran la escala de Internalización y los dos últimos la de Externalización. Estas dos escalas se denominan síndromes de banda ancha. El total de ítems puntuados en sentido psicopatológico configura la escala Total Psicopatológica. Ambas pruebas han sido adaptadas a la población adolescente de Barcelona. El coeficiente alfa de Cronbach para el CRI-Y de Moos (8) se sitúa en .77 y .72 para las escalas de Aproximación y Evitación, respectivamente. El coeficiente alfa de Cronbach para el YSR de Achenbach (9) se sitúa entre .54 y .86 para los síndromes de banda estrecha y entre .83 y .91 para los síndromes de banda ancha.





<B>PROCEDIMIENTOS</B>



Después de contactar con la dirección del colegio, y una vez obtenido el permiso para la aplicación de los cuestionarios, fueron programadas dos sesiones de aplicación. Fueron programadas 3 sesiones, correspondiente a tres horas de clase para cada grupo de curso escolar. Las pruebas fueron administradas de forma colectiva y anónima, en el aula del propio sujeto, por un psicólogo y dos alumnos de tercer ciclo previamente entrenados. Antes de la aplicación de los cuestionarios se explicó a los adolescentes que se trataba de una investigación que buscaba comprender los tipos de problemas que experimentaban los adolescentes así como la manera como buscaban solucionarlos. También se les comunicó que la participación en la investigación era voluntaria y que el tratamiento de los datos seria realizado de forma sigilosa.

Para la aplicación de los cuestionarios se respectó las normas del manual y se siguió estrictamente las instrucciones de aplicación.

Resultados

La tabla 1 presenta las medias, desviaciones tipo y diferencias de medias de las distintas escalas del YSR y del CRI-Y según sexo. Los datos se presentan en valores directos. Dado que el análisis de Kolmogrof resultó significativo para gran parte de las escalas analizadas, la técnica utilizada para la comparación de medias fue la U de Mann-Whitney. La escala Total de psicopatología y las dos escalas de afrontamiento a problemas siguen una distribución normal, y en consecuencia, para la comparación de medias se empleó la técnica de ANOVA de un factor.



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Tabla 1 Medias, desviaciones tipo, y contraste de medias según sexo, con técnica de U de Mann-Whitney o Anova de un factor, según fuera pertinente

Las chicas presentan mayores puntuaciones en las escalas de aislamiento, quejas somáticas, y ansiedad/depresión, lo que perfila una mayor puntuación, también, en el síndrome de banda ancha internalización. Además, las chicas también presentan medias superiores en la escala de problemas de atención, mientras que los chicos presentan medias superiores en la escala conducta delictiva. Por ultimo, las chicas también presentan mayores puntuaciones en la escala del sumatorio total de psicopatología.

Por otro lado, las chicas también presentan un uso significativamente mayor del conjunto de estrategias de afrontamiento a problemas que el grupo de sus compañeros del sexo masculino.





PREVALENCIA SINDRÓMICA SEGÚN SEXO



A fin de verificar si la mayor puntuación media observada en algunas de las escalas del YSR, en el grupo de chicas, se traduce en una mayor presencia de trastornos psicopatológicos se ha procedido al contraste de grupo normal y subclínico en relación a cada una de las escalas del YSR según sexo.



Para ello se realizó una recodificación de cada una de las escalas del YSR. A los sujetos que obtuvieron puntuaciones T < 67 en la escala analizada se les consideró como población normal (en relación a dicha síndrome). A los sujetos con puntuaciones T >= 67 se les consideró como población sub-clínica de la escala analizada. Aunque el autor del test en su manual considere los sujetos con puntuaciones comprendidas entre 67 > T < 70 como población límite (borderline), en este estudio se tomó como puntuación de corte T <67 por considerar que, en este cuestionario, dicha puntuación representa el punto crítico que distingue la conducta normal del comportamiento de riesgo.



El término prevalencia será empleado aquí como equivalente a porcentaje de sujetos que superan la puntuación criterio indicativa de riesgo psicopatológico. Sabemos que el diagnóstico de alteración psicopatológica no se puede derivar únicamente de la puntuación de un cuestionario, y por esa razón calificamos al grupo que supera el nivel de riesgo como de grupo sub-clínico. El uso del concepto de prevalencia, aún con las salvedades indicadas, da agilidad a nuestra explicación y pretende reflejar el porcentaje de población identificada, al menos, como de riesgo.

Las figuras 1 y 2 muestran los porcentajes según la clasificación de la población en normal y sub-clínica en cada una de las escalas del YSR, para chicos y chicas respectivamente.

Figura 1  Distribución de la muestra en porcentaje según la clasificación de la población en normal y sub-clínica en cada una de las escalas del YSR, para chicos
Figura 2  Distribución de la muestra en porcentaje según la clasificación de la población en normal y sub-clínica en cada una de las escalas del YSR, para chicas



Como se puede apreciar por las figuras 1 y 2, el nivel de prevalencia en psicopatología sub-clínica varía entre 4.8% y 13.8% para los chicos y 2% y 17.8% para las chicas. Para ambos sexos el síndrome que presenta menor porcentaje de casos sub-clínicos es el aislamiento y el que ofrece mayor nivel es el de problemas de atención.



Estudios anteriores con muestra similares señalan un porcentaje equivalente de prevalencia de trastornos de conducta en esta franja de edad (13).

La variación observada en el número de sujetos considerados normales o sub-clínicos según sexos, no debe ser tomada en consideración. El análisis de chi-cuadrado contrastando cada una de las escalas del YSR, las variables sexo y afectación psicopatológica, no es significativo. Las únicas excepciones se dan para la escala aislamiento y la de problemas de atención. El porcentaje de chicos (4,8%) que presentan problemas de aislamiento es significativamente superior al porcentaje de chicas (2%) que presentan el mismo problema (X2 = 9.094, p = .003); sin embargo, son las chicas quienes presentan un mayor porcentaje de problemas de atención (17,8%) cuando se comparan con los chicos (13,8%), aunque la diferencia sólo se dé a un nivel marginalmente significativo (X2 = 3.905, p = .048).



Contrariamente a lo descrito por la literatura en psicopatología, los datos de este estudio revelan un porcentaje más elevado de chicos (8,4%) que de chicas (6,5%), con problemas internalizantes, aunque estas hayan obtenido un valor medio más elevado. También se ha hallado un número equivalente de chicos y chicas que mencionan conductas externalizantes, en torno al 11%. Aunque la diferencia entre estos datos, según sexo, no es significativa, tiene gran importancia por detectar una tendencia contraria a lo usualmente aceptado por la literatura especializada sobre el tema: más chicos aislados que chicas, y tendencia de las chicas a mostrar conductas externalizantes al igual que los chicos.

A partir de estos datos es obvio que conviene un detallado estudio fijando con mayor precisión los puntos de corte aplicables a cada una de las escalas.



POBLACIÓN NO AFECTADA Y SUB-CLÍNICA: DIFERENCIAS EN EL USO DEL COPING



A fin de comparar el uso de estrategias de coping en los grupos de sujetos no afectados y sub-clínicos según el test del YSR se ha realizado un análisis de variancia univariado. Se ha tomado como variables dependientes las estrategias de afrontamiento y como factor fijo cada uno de los síndromes del test del YSR. Los resultados están expresados en la tabla 2.

Tabla 2 Comparación del uso de coping según puntuación normal y sub-clínica en el test del YSR

Según se puede apreciar por los datos expresados en la tabla 2, los sujetos con puntuaciones sub-clínicas utilizan significativamente más estrategias de evitación del problema que los adolescentes con puntuaciones indicativas de no afectación psicopatológica. La única excepción se detecta para el síndrome de problemas sociales, en cuyo caso, ambos grupos utilizan de forma equiparable las estrategias de evitación del problema.



En cuanto a las estrategias de aproximación al problema sólo se ha hallado diferencia significativa entre los grupos de no afectados y sub-clínicos en el síndrome de problemas de pensamiento, siendo los sujetos del grupo sub-clínico quienes emplean más estrategias de aproximación del problema.



En la escala de Total de Psicopatología se encontró una diferencia marginalmente significativa entre ambos grupos, y nuevamente fue el grupo de sujetos sub-clínicos el que utilizó más estrategias de aproximación del problema.

Discusión

Los datos descriptivos obtenidos en este estudio con adolescentes catalanes corroboran los descritos en la literatura internacional en psicopatología evolutiva (9), en lo que se constata el relato de un mayor malestar psicológico por parte de las chicas (9,14), así como un mayor informe de problemas de conductas del tipo internalizante (7,9), tales como aislamiento, quejas somáticas y ansiedad/depresión (9,15) y mayores problemas de conducta del tipo delictivo, para los chicos (9,14).



Lo mismo se puede decir acerca del uso diferencial de las estrategias de coping según sexo. En general la literatura señala un mayor uso del conjunto de estrategias de afrontamiento a problemas para las chicas en comparación con los chicos tanto en muestra catalana (13) como americana (8,15). En nuestro estudio este patrón diferencial se ve confirmado en los datos, lo que sugiere que al afrontarse a problemas cotidianos las chicas emplean significativamente más estrategias de afrontamiento que sus compañeros varones. Esto revela un mayor compromiso de las adolescentes mujeres en el afrontamiento de sus problemas, lo que les hace utilizar significativamente más todo el conjunto de estrategias para afrontar las situaciones estresantes que vivencian.



Sin embargo, el incremento del uso de las estrategias de evitación, también puede ser indicativo de riesgo psicológico ya que este uso está asociado a un peor ajuste social y a la emergencia de futuros problemas psicopatológicos (16), o incluso a la desadaptación social y psicológica (4). Además, Kirchner, Forns y Amador (13), en un estudio sobre la relación entre el uso de estrategias de afrontamiento y conductas psicopatológicas, señalan que la diferencia entre la adaptación social o la desadaptación no está en un mayor uso de las estrategias, sino en el uso acertado de ellas. De ser así, el uso más acentuado de las estrategias de afrontamiento por parte de las chicas no sería, en sí mismo, indicativo de una mejor adaptación social, sino de un mayor esfuerzo de adaptación, aunque no siempre se fuera traducido en un mejor resultado.



Por otro lado si tomamos en cuenta que la literatura en coping sugiere que el uso de estrategias de evitación está asociado a una peor adaptación social (4), podemos decir que las chicas adolescentes poseen mayor riesgo de desadaptación social que sus compañeros varones. Esta afirmación deberá ser considerada nuevamente a la luz del tipo de consecuencias o repercusiones en el malestar psicológico lo cual quedaría mejor expresado en un estudio longitudinal, ya que en este estudio el análisis de la prevalencia de conductas psicopatológicas entre chicos y chicas no mostró diferencias significativas. De hecho, aunque las chicas tengan obtenido medias superiores en casi todos los síndromes del YSR estas no se traducen en trastornos, sino que son los chicos los que suelen presentar un porcentaje más elevado de puntuaciones sub-clínicas, aunque no estadísticamente significativas. Tal como ya se ha indicado estas diferencias deben ser nuevamente analizadas a partir de la fijación de puntos de corte adaptados para población española.



En relación al uso diferencial de estrategias de afrontamiento según el grado de psicopatología presentado queda confirmada la hipótesis inicial planteada por este estudio.

Los adolescentes con puntuaciones sub-clínicas en el test del YSR utilizan significativamente más estrategias de evitación del problema que sus compañeros con puntuaciones inferiores al rango de riesgo. Este dato corrobora lo descrito por la teoría en este dominio. Se ha encontrado que el hecho de padecer algún trastorno psicológico lleva a un mayor uso de estrategias centradas en la emoción o de evitación del problema (6,7). Una posible explicación podría ser que, al padecer de algún grado de psicopatología, el sujeto ve comprometido su proceso de afrontamiento a problemas.



Esto podría darse tanto a un nivel inicial -como el de un comprometimiento en la capacidad de apreciación del problema-, como en cualquiera de las demás etapas del proceso de coping, o incluso, podría afectar la fuerza de la respuesta de coping. Dado que se conoce que las respuestas de evitación al problema también están relacionadas con la manifestación de un mayor malestar psicológico (5,6,7,8) se puede postular que en intervenciones en adolescentes con problemas de conducta, se torna necesario una intervención dirigida al desarrollo de habilidades de coping a fin de que estos adolescentes puedan superar el ciclo vicioso establecido entre evitación del problema-desarrollo de psicopatología- evitación del problema y adherirse mejor a los programas de salud como vienen demostrando estudios recientes (véase por ejemplo 4).

Referencias bibliográficas

(1) Billings, A. G., & Moos, R. H.. Coping, Stress, and Social Resources Among Adults with Unipolar Depression. Journal of Personality and Social Psyhology 1984; 46: 877-891.



(2) Endler, N. S., & Parker, J. D. A.. Multidimensional Assessment of Coping: A critical evaluation. Journal of Personality and Social Psychology 1990; 58: 844-854.



(3) Holahan, C. J., & Moos, R. H.. Life stress and health: Personality, coping and family support in stress resistance. Journal of Personality and Social Psychology 1985; 49: 739-747.



(4) Holahan, C. J., Moos, R. H., & Schaefer, J. A. Coping, stress, resistance and growth: Conceptualizing adaptative functioning. En Zeidner, M. y Endler, N. S. (Eds.). Handbook of coping: Theory, Research, Applications New York: Wiley; 1996. p. 24-43.



(5) Lazarus, R., & Folkman, S. Stress, Appraisal, and Coping. New York: Springer; 1984.



(6) Aldwin, C., & Revenson, T. Does coping help? A Reexamination of the Relation Between Coping and Mental Health. Journal of Personality and Social Psychology 1987; 53: 337-348.



(7) Seiffge-Krenke, I. Causal links between stressful events, coping style, and adolescent symptomatology. Journal of Adolescence 2000;. 23: 675-691.



(8) Moos, R. H. Coping Response Inventory Youth Form - Professional Manual. Odessa, Florida: PAR Psychological Assessment Resources, Inc.; 1993.



(9) Achenbach, T. M. Manual for the Youth Self-Report and 1991 Profile. Burlington, VT: University of Vermont Department of Psychiatry; 1991.



(10) Folkman, S., Lazarus, R. S., Gruen, R. J., & DeLongis, A.. Appraisal, coping, health status, and psychological symptoms. Journal of Personality and Social Psychology 1986; 50(3): 571-579.



(11) Lohman, B. J., & Jarvis, P. A.. Adolescent stressors, coping strategies, and psychological health studied in the family context. Journal of Youth and Adolescence 2000; 29(1): 15-43.



(12) Peralta-Ramirez, M. I., Pérez-Garcia, M., & Jiménez-Alonso, J.. Afrontamiento al estrés y sus repercusiones físicas y psicológicas en un grupo de pacientes con lupus eritematoso sistémico y lupus crónico cutáneo 2003; Papel presentado en el IV Congreso Virtual de Psiquiatria (Interpsiquis 2003).



(13) Kirchner, T.; Forns, M. y Amador, J. Estrategias de coping y nivel de psicopatología en adolescentes. (en revisión).



(14) Abad, J., Forns, M., & Gómez, J.. Emotional and begavioral problems as measured by YSR. Gender and age differences in Spanish adolescents. European Journal of Psychological Assessment 2002; 18: 149-157.



(15) Plancharel, B., & Bolognini, M.. Coping and mental health in early adolescence. Journal of Adolescence 1995; 18: 459-474.



(16) Jorgensen, R., & Dusek, J. Adolescente adjustment and coping strategies. Journal of Personality 1990; 58: 503-513.


Palabras clave: Estrategias de afrontamiento, Psicopatología, Adolescencia.

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