El sueño de los mamíferos se divide en dos fases: la del movimiento no rápido del ojo (NREM) o sueño ligero, y la fase REM, que es la de sueño profundo. Ya se habían identificado los circuitos cerebrales clave para estos dos estados, pero siguen siendo desconocidos los circuitos subyacentes a otros mecanismos del sueño aún más precisos, como el inicio, el mantenimiento o la finalización del sueño.
Lo que Adamantidis y sus colaboradores han identificado ha sido, más concretamente, un circuito neurológico que se encuentra entre dos regiones del cerebro: el hipotálamo y el tálamo, áreas que ya se habían asociado a los ritmos cerebrales del sueño, a partir de registros encefalográficos (EEG).