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Utilización del EPQ-A de Eysenck como orientación.

  • Autor/autores: Carmen López León; Ribes Torres, Ana.

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Artículo | Fecha de publicación: 12/02/2002
Artículo revisado por nuestra redacción

IntroducciónNuestro planteamiento es el interés que tendría evaluar sistemáticamente las dimensiones teóricas de la personalidad, según el modelo de Eysenck, no para llegar al diagnóstico de un Trastorno de Personalidad que cumpliera los criterios que para tal tipifican tanto el DSM-IV como la CIE 10, sino para tener una orientación a la hora de prescribir medicación para la patología de...



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Introducción

Nuestro planteamiento es el interés que tendría evaluar sistemáticamente las dimensiones teóricas de la personalidad, según el modelo de Eysenck, no para llegar al diagnóstico de un Trastorno de Personalidad que cumpliera los criterios que para tal tipifican tanto el DSM-IV como la CIE 10, sino para tener una orientación a la hora de prescribir medicación para la patología del Eje I que el paciente presenta, basándonos en las características neurobiológicas de su personalidad.



Como es sabido el modelo de Eysenck (1975) ha sido abundantemente validado, se ha tomado como base a otros modelos posteriores y sus dimensiones presentan una heredabilidad del 50 % siendo ampliamente utilizado y, de alguna manera, el soporte de otro más novedoso: el de Cloninger.

Teniendo en cuenta que no disponemos de la versión española del T.C.I. (Inventario de Temperamento y Carácter) de Cloninger, nos proponemos usar el EPQ-A haciendo una comparación entre las dimensiones halladas por ambos autores, como elementos constitutivos del temperamento, para poder considerar las bases neurobiológicas de las mismas.



Eysenck definió su modelo, no sólo para población psiquiátrica, sino también para población sana, lo cual evita el sesgo clínico que otros modelos tienen. Considerando que no tratamos de diagnosticar un Trastorno de personalidad, sino de tener una información sobre las dimensiones más significativas en la personalidad de determinado sujeto, creemos que puede ser un instrumento adecuado el EPQ-A.



Tenemos en cuenta que el concepto de personalidad es un constructo que se infiere a partir de patrones de sentimientos, percepciones y relaciones más o menos estables en el sujeto, por ello nos remontamos a evaluar el temperamento, ya que éste es el que nos va a proporcionar la información sobre las bases neurobiológicas en las que podemos intervenir con fármacos.



Vamos a considerar esta hipótesis sobre uo de los diagnósticos del Eje I más frecuentes estadísticamente en nuestras consultas ambulatorias: el de Trastorno mixto ansioso-depresivo.



Son ese grupo de pacientes que se presenta con malestar vital, estado de ánimo disfórico, persistente o recurrente, quejas de ansiedad, infelicidad, inadecuación. conflictos en el ámbito laboral y social, pérdida de autoestima, hipersensibilidad a la crítica, miedos, fobias, trastornos del sueño, llanto fácil, etc.



En este grupo de pacientes el abordaje farmacológico podría tratar de ser un poco más específico si observamos las posibles combinaciones de datos que nos proporciona el EPQ-A



Así la puntuación elevada en la dimensión NEUROTICISMO, nos indicaría que estamos ante un sujeto con temperamento ansioso, tenso, con tendencia a la tristeza, con poca confianza en sí mismo, facilidad para culpabilizarse y tener reacciones emotivas en exceso.



Esta dimensión tiene muchos puntos en común con la que Cloninger demonima "Evitación del Daño", aunque la dimensión de Eysenck incluye aspectos de emocionabilidad, ansiedad y dependencia que no se corresponden exactamente con la "Evitación del Daño".

Eysenck localiza el NEUROTICISMO en el llamado "Cerebro Visceral", formado por hipocampo, septo, amígdala, cíngulo e hipotálamo; y Cloninger considera que la dimensión citada está sustentada sobre la base de un déficit serotoninérgico.



En consecuencia, los IRSS se han considerado el tratamiento adecuado en los Trastornos de ansiedad y depresivos en los que encontramos elevado el neuroticismo. pero es importante señalar el matiz diferencial que aparece cuando valoramos las otras dimensiones de Eysenck.



Así, el NEUROTICISMO unido a la EXTROVERSION, introduce el elemento de la impulsividad, baja tolerancia a la frustración, tendencia a la actividad, a la búsqueda de sensaciones y a la manipulación del entorno.

La dimensión EXTROVERSIÓN de Eysenck se incluye en la "Búsqueda de Novedades" de Cloninger, si bien esta última otorga aún mayor peso al elemento impulsividad, que también está presente, de alguna manera, en la EXTROVERSIÓN de Eysenck.



Tendrían un sustrato neurobiológico que Eysenck localiza en el S.A.R.A. y en el córtex, y Cloninger define como una función conductual de la actividad dopaminérgica mesolímbica (subcortical), y habría también un aumento de la actividad noradrenérgica, y descenso de la MAO plaquetaria.



En tal caso, el trastorno de ansiedad del paciente y su mal-estar vital, no tendrían un tinte tan depresivo sino disfórico y el tratamiento adecuado se articularía sobre el uso de IMAOS o bien neurolépticos típicos a dosis bajas, con antidepresivos tricíclicos.



Si la dimensión NEUROTICISMO, por el contrario, la encontramos asociada a la INTROVERSIÓN, nos encontraríamos con un sujeto fundamentalmente ansioso, preocupado, dependiente, débil, evitativo, rumiativo y fácilmente impresionable.



En estos casos, además del déficit serotoninérgico que mejoraría con IRSS, podemos asociar BZD, con lo que se cubriría el aspecto de ansiedad anticipatoria que parece existir en estas personalidades.



Eysenck añadió posteriormente una tercera dimensión que denomina PSICOTICISMO o DUREZA, desglosándola de la de NEUROTICISMO, para describir personas caracterizadas por su alejamiento emocional, tendencias solitarias, cierto grado de crueldad, falta de empatía y despreocupación por los sentimientos de los demás.



Esta dimensión sería también ortogonal e iría desde la normalidad hasta el psicoticismo.



Encontró una base biológica que la relacionaba con los índices elevados de actividad androgénica, por lo que parece condicionar una mayor tendencia a la agresividad y violencia.



Esta dimensión no está tan aceptada ni tiene una base experimental tan clara como las dos anteriores, si bien aparece en el EPQ-A.



Siguiendo la comparación con las dimensiones de Cloninger, parece que se encontraría en relación inversa a la "Dependencia de la Recompensa" y "Persistencia" de este último autor, toda vez que el individuo con elevado PSICOTICISMO no responde a los refuerzos positivos y se puede considerar que la noradrenalina podría estar implicada en la fijación de conductas reforzadas positivamente.



Cuando la dimensión EXTROVERSIÓN se asocia a la de PSICOTICISMO o DUREZA, nos encontramos con individuos que, además de ser dominantes, dogmáticos y activos, son fríos, agresivos, egocéntricos, con falta de empatía y con dificultad para controlar los impulsos.



Consideramos que en su impulsividad juega un papel muy importante la elevación de la dopamina subcortical, al mismo tiempo que tienen bajos niveles serotoninérgicos y se encuentran alterados los metabolitos de la noradrenalina.



En tales casos el paciente manifestará su malestar con respuestas que añaden a lo depresivo y ansioso, un tinte de hostilidad, agresividad y dificultad para controlar los impulsos.



Es por ello por lo que se consideraría adecuado utilizar los nuevos antipsicóticos atípicos a dosis bajas que tiene cierta acción serotoninérgica a la vez que regulan la dopamina.



La dimensión DUREZA (PSICOTICISMO) unida a la INTROVERSIÓN por el contrario, daría un perfil en el que lo cognitivio-perceptivo estaría alterado, en mayor o menor grado, lo que se relaciona con un déficit dopaminérgico cortical, una disminución de la MAO plaquetaria y de la serotonina cortical.



Es posible pues, que el paciente se beneficiara de un tratamientpo con IMAOS o antipsicóticos atípicos a dosis medias, con antidepresivos tricíclicos.

Método

Ejemplificamos nuestro planteamiento en una muestra de 35 pacientes que han demandado consulta a nivel ambulatorio y privado durante un período de 12 meses (julio2000-julio2001), y cumplen criterios diagnósticos de Trastorno Mixto Ansioso-Depresivo.



Se trata de 26 mujeres y 9 varones, con edades comprendidas entre los 18 y los 63 años, a los que se les administra el EPQ-A en la primera entrevista.



Tabla 1

En la muestra de pacientes que presentamos, vemos que en el grupo de mujeres aparece una clara incidencia de casos en los que predomina un NEUROTICISMO elevado junto a una baja EXTROVERSIÓN y una baja DUREZA (psicoticismo). Son pacientes que exhiben, por tanto, una sintomatología distímica, se sienten inseguras y dependientes y con quejas somáticas varias y frecuentes.





En el grupo de varones, la diferencia numérica no es tan significativa, pero también existe. Podría considerarse el factor P (DUREZA), influido según Eysenck por la testosterona, se traduce en que existan más casos de DUREZA que en el grupo de mujeres.



Nuestra muestra coincide pues con la respuesta favorable que da la mayoría de pacientes a la combinación de IRSS y BZ, que es la más ampliamente empleada, incluso en Atención Primaria.

Conclusión

En conclusión, y aun teniendo en cuenta el pequeño volumen de pacientes estudiados, parece confirmarse que la práctica habitual de combinar IRSS y BZ se corresponde al perfil psicobiológico de la mayoría de los pacientes, pero, ya que existen casos en los que no se encuentra respuesta favorable, e incluso los IRSS parecen aumentar la ansiedad,la realización del EPQ-A podría detectar a los que se beneficiarían de una combinación farmacológica distinta, tal y como hemos comentado más arriba.

Bibliografía

. BERNARDO ARROYO, M Y ROCA BENNASAR (1999): "Trastornos de la Personalidad: Evaluación y Tratamiento. Perspectiva Psicobiológica". Ed. Masson.



. CERDILLA BALLESTEROS, JA y GARCÍA-RIBERA, C (1999): "Fundamentos Biológicos en Psiquiatría". Ed. Masson.



. SOLER INSA, PA y GASCÓN BARRACHINA, J (1999): "RTM-II. Recomendaciones Terapéuticas en los Trastornos Mentales". Ed. Masson.

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