Resumen
El tabaquismo se asocia con el deterioro cognitivo y la demencia, pero la magnitud de la asociación entre el tabaquismo y los cambios estructurales del cerebro aún no está clara. Es importante destacar que no se sabe si los cambios cerebrales relacionados con el tabaco son reversibles después de dejar de fumar. Se analizaron los datos de 504 sujetos con recuperación de datos del fumar durante toda la vida y de imágenes por resonancia magnética estructural de un cerebro con 73 años de edad a partir del cual se extrajeron las medidas de grosor cortical. Los análisis de regresión múltiple se realizaron controlando género y edad exacta en la exploración. Para determinar las relaciones dosis-respuesta, la asociación entre el fumar paquetes por año y el grosor cortical se puso a prueba y luego se repitió, mientras se controló el obtener una lista completa de covariables incluyendo, entre otras, la capacidad cognitiva antes de comenzar a fumar. Además, probamos las asociaciones entre el grosor cortical y el número de años transcurridos desde el último cigarrillo, mientras se controlaba el fumar durante toda la vida. Hubo una asociación negativa difusa dependiente de la dosis entre tabaquismo y espesor cortical. Algunas asociaciones negativas corticales dependientes de la dosis persistieron después de controlar todas las covariables. Teniendo en cuenta la cantidad total del tiempo de fumar durante la vida, la corteza de los sujetos que dejaron de fumar parece haberse recuperado parcialmente por cada año sin fumar. Sin embargo, tomó unos 25 años la recuperación completa cortical en las áreas afectadas por los que estaban en la media del valor de paquetes-año en esta muestra. Como la corteza se adelgaza con el envejecimiento normal, nuestros datos sugieren que fumar está asociado con una aceleración difusa del adelgazamiento cortical, un biomarcador de deterioro cognitivo en adultos. Aunque parece posible una recuperación parcial, puede ser un proceso largo.
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