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En la investigación se trabajó con 34 hombres y mujeres que fumaban cada uno más de 15 cigarrillos al día. Se indagó en diversos aspectos de su salud, vida cotidiana y relación con el tabaco, y se les sometió a escaneos cerebrales mediante resonancia magnética por imágenes. Esos escaneos se hicieron mientras miraban ya fuese imágenes neutras o imágenes diseñadas para hacerles querer fumar. Las mujeres fueron escaneadas dos veces, una al principio de la fase folicular de su ciclo menstrual y otra en mitad de su fase lútea. Se midieron también los niveles de estrógeno y progesterona.
Los resultados revelaron, entre otras cosas, que las ansias de fumar en las mujeres eran claramente más fuertes al principio de la fase folicular. Por otro lado, a raíz de la investigación, parece que podría ser por tanto más fácil para las mujeres superar los síntomas de abstinencia durante la fase lútea media, cuando sus niveles de estrógeno y progesterona están altos. Tener en cuenta el ciclo menstrual podría ayudar a las mujeres a dejar de fumar.
