MADRID (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Ministros ha aprobado este viernes la primera Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024, liderada por el Ministerio de Sanidad y con el consenso de todas las comunidades autónomas, la comunidad científica y la sociedad civil, en la que se aborda la perspectiva de género y el uso abusivo de las redes sociales por parte de los menores.
Y es que, tal y como ha recordado el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín, el 18 por ciento de la población de entre 14 y 18 años usa de forma abusiva las nuevas tecnologías y, además, un 9,8 por ciento reconoce haber apostado dinero en un juego de redes sociales.
Del mismo modo, Babín ha informado de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy está trabajando en la elaboración de un real decreto, que verá la luz en los "próximos meses", para regular la publicidad de los juegos de apuestas en espacios y actividades dedicadas a menores de edad.
"Una parte de esta estrategia está focalizada en el uso de las nuevas tecnologías y el juego y, especialmente, en la utilización que hacen los menores, de cara a dar una respuesta que sea eficiente para la prevención y la protección de la salud", ha señalado Babín, para informar de que las medidas irán también enfocadas a los padres y a los centros educativos para que sepan detectar y actuar un caso de uso abusivo de nuevas tecnologías.
ATENCIÓN A LA MUJER Y A LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Asimismo, la nueva estrategia, que cuenta con un presupuesto de 1.016.363.333,28 euros, hará énfasis en la mejora del acceso al tratamiento de las adicciones en las mujer, priorizará la existencia de personal formado en la materia de género en los dispositivos de atención, y trabajará con una mayor profundidad en el consumo y adicción de los hipnosedantes, las únicas sustancias que en España presentan una prevalencia mayor en mujeres que en hombres.
En concreto, el plan aprobado por el Gobierno contempla la necesidad de incluir la perspectiva de género en todos los niveles del proceso asistencial, promoviendo los tratamientos centrados en las mujeres y sus consumos, en base a intervenciones integrales que, en el caso de los psicofármacos, contemplen los aspectos ligados a la prescripción por parte del sistema sanitario, desarrollando alternativas de terapia no farmacológica.
Además, se van a potenciar las estrategias dirigidas a disminuir el consumo nocivo de alcohol y a detectar precozmente aquellas mujeres que pueden encontrarse en riesgo de sufrir violencia machista por el consumo nocivo de alcohol de sus parejas. Al mismo tiempo, se subraya la necesidad de prestar especial atención a la detección precoz de consumos nocivos de mujeres víctimas de violencia de género.
Y es que, se considera que las mujeres que han sufrido este tipo de violencia tienen casi el doble de posibilidades de padecer problemas con el alcohol, así como que la violencia sexual ejercida contra ellas puede, a su vez, incrementar su consumo de bebidas alcohólicas.
"La mujer, por tanto, sufre doblemente como víctima el consumo excesivo de alcohol. Por un lado, en relación con la violencia ejercida sobre ella por la pareja que consume alcohol de forma nociva y, por otro, padeciendo ella misma problemas de consumo nocivo como consecuencia de esa violencia", señala el texto de la estrategia.
ATENCIÓN A LOS SUPERVIVIENTES DE LA EPIDEMIA DE HEROÍNA DE LOS AÑOS 80
Otro de los puntos claves de la nueva estrategia es que, por primera vez, se ha puesto el foco en los mayores de 64 años y, especialmente, en aquellos considerados como los "supervivientes" de la epidemia de heroína que se produjo en los años 80 y 90 en España.
El objetivo es conocer sus actuales necesidades y contribuir a su plena integración en la sociedad. Esta población acumula el mayor impacto sociosanitario de los consumos de drogas en España (exclusión social o infecciones por VIH o hepatitis C), por lo que siguen precisando una proporción "muy importante" de los recursos disponibles en este ámbito, a lo que se añade la aparición de comorbilidades asociadas a la edad.
Por otra parte, la estrategia, y a la espera de la aprobación de la futura ley del alcohol en menores, va a priorizar los efectos sobre la salud del consumo de alcohol en menores, puesto que, según los últimos estudios, un 31,9 por ciento de los estudiantes de enseñanzas secundarias de 14 a 18 años realiza un consumo de riesgo de bebidas alcohólicas antes de ser mayor de edad, y el 80 por ciento ha consumido alcohol antes de cumplir los 18 años.
Asimismo, a nivel general, se van a potenciar las medidas para reducir el consumo de alcohol y drogas, teniendo en cuenta que las sustancias más consumidas en España entre la población de 15 a 64 años son legales (tabaco, alcohol e hipnosedantes), y que alrededor de 9,8 millones de españoles de esas franjas de edad han consumido cannabis al menos una vez en su vida, 2,6 millones cocaína y un 1,07 alguna nueva sustancia psicoactiva.
Precisamente, sobre las nuevas sustancias se hace especial hincapié en el texto aprobado por el Consejo de Ministros, dado que se ha observado que, aunque se ha reducido el consumo de sustancias tradicionales, están irrumpiendo otras nuevas cuyos efectos son prácticamente iguales a las drogas clásicas, pero se desconocen los efectos que tienen para la salud en el medio y largo plazo. No obstante, estos consumos son por ahora minoritarios en España.
Finalmente, se han aprobado también el criterio de distribución para el año 2018 del dinero procedente del Fondo de Bienes Decomisados, el cual se va a destinar a programas de prevención, asistencia e inserción social y laboral, en relación con las drogodependencias; actuaciones de prevención, investigación, persecución y represión de los delitos relacionados con el tráfico ilícito de drogas; y cooperación internacional en la material.
Respecto a los programas de prevención, las prioridades del fondo serán la prevención de los nuevos patrones de consumo y de las nuevas sustancias, la atención a los menores en situación de riesgo y los programas centrados en los problemas de las mujeres.