PUBLICIDAD
Maria M. Wong, Gail C. Robertson y Rachel B. Dyson, del Departamento de Psicología de la Universidad Estatal de Idaho en la ciudad estadounidense de Pocatello, analizaron datos procedentes de 6.504 adolescentes (52% chicas, 48% chicos). Se prestó especial atención a cuántas horas pasaban durmiendo cada noche estos jóvenes, y a las dificultades que pudieran sufrir a la hora de intentar conciliar el sueño. Dormir poco puede ser el resultado de padecer insomnio o simplemente de dedicar demasiado tiempo a otras cosas e irse a dormir demasiado tarde.
El análisis de los datos ha indicado que las dificultades para conciliar el sueño y la escasez de horas en las que se ha estado durmiendo permiten predecir un mayor riesgo de padecer varios problemas concretos, incluyendo beber más de la cuenta, conducir bajo la influencia del alcohol, e incluso adoptar un comportamiento sexual de alto riesgo, al menos en esa muestra de la población estadounidense.
Es difícil extraer conclusiones firmes de estos datos, más allá de que, como todos sabemos, conviene dormir lo suficiente, y a tal fin debemos ir a la cama a la hora adecuada o buscar ayuda médica si sufrimos insomnio.
Entre adultos cuya salud por lo demás es normal, el insomnio y otras dificultades para dormir han permitido predecir un mayor riesgo de consumo excesivo de alcohol un año después, y un riesgo superior de problemas de consumo de drogas y de dependencia de la nicotina 3,5 años más tarde. Entre los alcohólicos adultos que recibieron tratamiento por dependencia del alcohol, los que previamente ya sufrían insomnio tenían mayores probabilidades de recaer en su consumo. Se ha hallado también la asociación entre dormir mal y el consumo de drogas en grupos de edad más jóvenes.
Sean cuales sean las causas de esta asociación, resulta un tanto preocupante el porcentaje de gente que no duerme lo suficiente. En el caso de la población estadounidense, por ejemplo, las encuestas indican que el 27 por ciento de los niños en edad escolar y el 45 por ciento de los adolescentes no duermen lo suficiente. En los casos de otras naciones, los porcentajes también son preocupantes.
PUBLICIDAD
