Existe evidencia empírica que demuestra que los estilos educativos parentales, así como sus competencias emocionales y de regulación emocional, tienen impacto en el bienestar socioemocional de los menores y en el desarrollo de trastornos psicológicos y enfermedades médicas crónicas en la infancia y la adolescencia. Por ese motivo, se apuesta por intervenciones familiares cuya finalidad sea la de mejorar las competencias parentales, emocionales y el interés por fomentar una parentalidad positiva. En otras palabras, las nuevas formas de intervenir en terapia familiar e infanto-juvenil dan importancia a la eduación emocional, lo que implica el reconocimiento, la expresión y la regulación emocional. Así, se pone el foco de atención en la valoración del contexto desde el análisis funcional y se ponen en marcha estrategias de aceptación y cambio a partir de la adquisición de habilidades de regulación emocional.
David Pedrosa Palomino
Psiquiatría - Cuba
Fecha: 29/05/2023