El estudio del envejecimiento en soledad despierta el interés institucional por tratarse de un colectivo que representa el 18.4% de la población española (INE, 2016; Lorente, 2017). Desde el modelo de Discrepancia Cognitiva de Peplau y Perlman (1979) y los Modelos de Relación Persona-Ambiente (Bronfenbrenner, 1977; Kaplan, 1983; Mary Law, 1996; Moos, 1980) se han identificado los factores personales y ambientales como el apoyo social y la participación social, relativas a la frecuencia y calidad de las actividades formales e informales que el individuo realiza con los miembros de su red social que generan soledad percibida.
Objetivo: diagnosticar los niveles de soledad percibidos en la población rural salmantina mayor de 60 años, e identificar los riesgos personales y ambientales a ella asociados.
Método: Se administra un cuestionario sociodemográfico que incluye variables sociodemográficas, personales, de participación en la comunidad y ambientales. Medimos la soledad percibida con la Escala de Soledad UCLA-3 (Velarde-Mayor et al., 2015), los apoyos sociales con el cuestionario de Apoyo Social Funcional (Ayala et al, 2012) y los factores ambientales con la escala Measure of the Quality of the Environment (MQE) en la versión corta (Fougeyrollas et al., 2008).
Conclusiones: (1) Vivir solo/a incrementa los sentimientos de soledad percibida, y las mujeres manifiestan sentirse más solas que los hombres, (2) a mayor participación en actividades sociales y mayor actividad en el hogar menor percepción de soledad sienten.
Universidad de Salamanca