La Enfermedad de Parkinson (EP) fue descrita por primera vez por James Parkinson en 1817 en su libro “Ensayo sobre la parálisis agitante”. Se trata de una enfermedad neurodegenerativa, de curso crónico y progresivo, con afectación multisistémica. La fisiopatología se basa en la degeneración y destrucción progresiva de las neuronas dopaminérgicas de los ganglios basales, y en concreto de la sustancia negra del mesencéfalo. Constituye una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes en la edad adulta y una de las principales causas de morbilidad y mortalidad neurológica en todo el mundo.
Aunque sus síntomas cardinales son motores: temblor, bradicinesia, rigidez, inestabilidad postural; en ocasiones pueden presentarse síntomas no motores que afecten a la funcionalidad de la persona y que pueden preceder a los síntomas motores en años e incluso décadas: hiposmia, trastornos del sueño, estreñimiento.
Entre dichos síntomas no motores se encuentran las manifestaciones neuropsiquiátricas, destacando: depresión mayor (estando presente hasta en el 30-50% de las personas con EP y que puede preceder al diagnóstico), sintomatología psicótica (prevalencia del 20-40% entre las personas con EP), ansiedad y deterioro cognitivo.
Dado la prevalencia de los síntomas neuropsiquiátricos en los pacientes con EP, consideramos de vital importancia la actualización de los profesionales de la Salud Mental en la detección y tratamiento de dichos síntomas. Por ello, en la presente ponencia realizaremos una revisión de la psicopatología que puede presentarse en una de las enfermedades neurodegenerativas más frecuentes: la Enfermedad de Parkinson.