La evolución del tratamiento penal del delito y del delincuente ha sufrido a lo largo del tiempo una transformación en la forma y el contenido, con un progresivo desplazamiento al concepto de pena como medio de rehabilitación social del delincuente más que a un objetivo sancionador exclusivo y de disuasión social. La respuesta social ante el enfermo mental que comete una acción delictiva está teñida de una serie de prejuicios que determinan un factor asociado de rechazo a la condición de enfermo mental. Nos encontramos ante el concepto de peligrosidad potencial mal utilizado en algunas leyes, afortunadamente derogadas, donde la confrontación de una defensa social frente a un supuesto estado peligroso se concretaban en normas que vulneraban derechos fundamentales. Los síntomas psicóticos afectan aproximadamente al 0,4% de pacientes diagnosticados de depresión mayor. En estos pacientes, las conductas auto y heteroagresivas se dan con mayor frecuencia. Existe un porcentaje elevado de crímenes cometidos por personas con síntomas psicóticos, de ahí la importancia de detectar y tratar los signos de psicosis que advierten sobre actos violentos.