El caso que presentamos sirve para ilustrar las consecuencias éticas y legales de la emisión de un diagnóstico de paidofilia. A pesar de que desde la psiquiatría se afirme que un comportamiento sexual que incluya la participación de niños durante al menos seis meses es considerado paidofilia (1), el Programa de Tratamiento para Delincuentes Sexuales de Instituciones Penitenciarias del Ministerio del Interior, considera que el delicuente sexual no es un enfermo (2). De esta forma el paciente no puede ser incluído en un programa de rehabilitación si no existe reconocimiento del delito.